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Edurne Uriarte, catedrática de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos (ABC, 06/02/04).

Vivimos un momento en el que es interesante preguntarse si sigue siendo válido el tradicional esquema analítico sobre la seguridad según el cual la izquierda está más preocupada por la libertad, es más renuente a la aplicación de políticas represivas y tiende a creer algo más en los métodos pacifistas, mientras que la derecha da prioridad a la seguridad, cree en las políticas de mano dura y es más belicista.

Porque las cosas no están tan claras con los profundos cambios que se han producido en los países occidentales desde los atentados del 11-S, ni tampoco con la extensión de la inseguridad ciudadana como uno de los problemas sociales más importantes, ni con la progresiva conversión en las últimas décadas de los partidos de izquierdas en partidos de gobierno con responsabilidades en la gestión de medidas de seguridad.…  Seguir leyendo »

Mario Soares, presidente de Portugal entre 1986 y 1996 (LA VANGUARDIA, 01/02/04).

Dos años y unos meses de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 que alcanzaron a Nueva York y a Washington –y conmocionaron a Estados Unidos– constituyen tiempo más que suficiente para reflexionar sobre la estrategia seguida desde entonces en la lucha contra el terrorismo.

No digo “guerra”, como la llama Bush, ya que este término me parece impropio en el plano conceptual y resulta incluso perjudicial para Estados Unidos. Porque, en tal caso, serían de aplicación contra los terroristas las garantías de las convenciones de Ginebra, lo que no ha sido el caso.…  Seguir leyendo »

Mateo Madridejos, periodista e historiador (EL PERIODICO, 07/01/04).

La obsesión norteamericana por la seguridad, disparada por los atentados del 11 de septiembre del 2001, alcanza dos años después niveles paranoicos, alimentada por las decisiones de la Administración. La gran paradoja de la superpotencia, como reza el título del ensayo del profesor Joseph S. Nye, consiste en que "el país más fuerte desde Roma no puede proteger a sus propios ciudadanos actuando en solitario". Ignoramos si los estadounidenses superarán la pesadilla del golpe terrorista que perturba su conciencia, altera su equilibrio nervioso, destruye la tradición liberal de sus leyes o refuerza las tentaciones de la venganza o del patriotismo herido, o de ambas a la vez, de las que se aprovechan políticos sin escrúpulos en año electoral.…  Seguir leyendo »

Joseph S. Nye, decano de la Harvard's Kennedy School of Government (LA VANGUARDIA, 04/12/03)

Hace algo más de un año, el Gobierno Bush publicó la “Estrategia de seguridad nacional”, donde se daba expresión a un drástico cambio en la política exterior de Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre del 2001. La nueva estrategia declaraba: “Nos vemos amenazados no tanto por flotas y ejércitos como por tecnologías catastróficas en manos de unos pocos amargados”. En lugar de rivalidad estratégica, “hoy las grandes potencias del mundo nos encontramos del mismo lado, unidas por los peligros comunes de la violencia y el caos terroristas”.…  Seguir leyendo »

Joan Subirats es catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona (EL PAIS, 18/09/03).

La confusión crece día a día en Irak, y van cumpliéndose, por otra parte, las predicciones más agoreras sobre las escasas capacidades de la Administración de Bush para convertir la rápida victoria militar estadounidense en algo parecido a un régimen democrático y estable. El unilateralismo y el doctrinarismo parecen recoger sus frutos. Pero mientras, la erosión de las libertades y los derechos fundamentales en distintas partes del mundo se ha visto acrecentada por la política de emergencia permanente que ha puesto en pie la llamada guerra total contra el terrorismo.…  Seguir leyendo »

Joseph S. Nye, autor de La paradoja del poder norteamericano (2003, Taurus Ediciones) y ex subsecretario de Defensa estadounidense, es decano de la Kennedy School of Government de Harvard (EL PAIS, 22/06/03).

Las deslumbrantes victorias militares en Afganistán e Irak podrían confundirnos en lo que a la guerra contra el terrorismo se refiere. Si fuera meramente cuestión de países rebeldes, podríamos pensar que se ha avanzado. Pero el progreso tecnológico está poniendo en manos de grupos e individuos degenerados unas capacidades destructivas en otro tiempo limitadas básicamente a gobiernos y ejércitos. Aun cuando la eliminación total de incidentes terroristas resulte imposible, reducir su frecuencia y su capacidad letal supondrá una gran diferencia en el impacto que éstos pueden tener sobre nuestras sociedades.…  Seguir leyendo »