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Por razones fáciles de entender, últimamente se escucha con frecuencia la siguiente sentencia: "No todos los políticos son iguales", lo cual es una obviedad, aunque se diga con intención de defender la honradez de los más frente a la corrupción de los menos. Y es una obviedad porque los políticos, como cualesquiera otras personas, son únicos e irrepetibles... Pero el recordatorio no sirve absolutamente para nada, pues ni siquiera trata de aportar solución alguna contra la marea negra que está cubriendo de basura a la política española.

Pero, ¿en verdad, la mayoría de los políticos son honrados? Si por honrado se entiende aquel servidor público que sólo se lleva para casa su sueldo, puede afirmarse sin demasiado riesgo que la mayoría de los políticos españoles son honrados.…  Seguir leyendo »

Nueve políticos de Santa Coloma de Gramanet procesados, veinte, en El Egido, un número indeterminado en Mallorca, Madrid, Valencia, Canarias, Andalucía y, prácticamente, todas las Comunidades. Cargos: cohecho, tráfico de influencias, falsificación de documentos, apropiación indebida y otros por el estilo. La buena noticia es que la ley les exija cuentas. La mala, lo fácil que les ha sido durante todos estos años burlarla. La corrupción empieza a llenar la escena política española como una niebla, impidiéndonos ver claramente los perfiles y robándonos, junto al dinero, tiempo y energías para los problemas realmente importantes, como la crisis económica, hasta el punto de que otro de los problemas más urgentes sea impedir que los jóvenes se habitúen a ella y los mayores pierdan la confianza en el sistema, desvinculándose de él, hartos de que «todos los políticos son unos ladrones.»…  Seguir leyendo »

La corrupción genera un efecto ambivalente: provoca un escándalo que la propia política da por amortizado, como si se tratara de un peaje que cada partido sabe que deberá abonar en algún momento. Además, el traslado de los detenidos en la operación Pretoria a Madrid sería la metáfora de cómo la actuación de la justicia, que destapa la podredumbre, aleja a esta del ámbito de responsabilidad que los partidos y las instituciones representativas admiten como suyo. Es el propio contacto entre el poder y el dinero lo que segrega corrupción. Aunque la clase política a menudo encuentra su mejor disculpa en la aparición de personajes peculiares que encarnan una estética acorde con las acusaciones que recaen sobre ellos.…  Seguir leyendo »

Es posible que en una cena de viernes o en alguna conversación distendida, algún amigo pontifique en estos términos: «Desengañaos, el problema no es este o aquel fenómeno de corrupción aislado, sino la quiebra de todo el sistema político, que ha entrado ya en una etapa de perversión plena. El esquema es el siguiente: la sociedad está dominada por el Estado (vía controles y subvenciones); el Estado está dominado por el Gobierno (dado que el Parlamento no es más que un patio de Monipodio); el Gobierno está dominado por el partido (de hecho, los ministros no es que sean secretarios, como dice Solchaga, sino que son floreros); y el partido (huérfano de democracia interna) está dominado por un grupo de políticos de hoja perenne, inasequibles al desaliento, que se renuevan por cooptación, ligeros de equipaje ideológico y sin remilgos para matar –metafóricamente– a quien se les ponga por delante.…  Seguir leyendo »

Poco antes de la medianoche del lunes pasado, el ex president Jordi Pujol declaraba a TV3, en referencia a la corrupción política, que no le parecía conveniente "tirar de la manta" porque "todos" saldríamos perdiendo. Diez horas más tarde, en una operación policial dirigida por el juez Garzón, eran detenidas diversas personalidades, entre ellas conocidos políticos de CiUy del PSC: ya sabíamos, si es que teníamos dudas, a quién se refería Pujol al decir "todos".

¿Es cierto que si de una vez tiramos de la manta saldremos "todos" perdiendo? Si este "todos" se refiere a los ciudadanos, al contrario: ha llegado el momento de ir aclarando las cosas, de ponerlas en su lugar, antes de que, de verdad, salgamos todos perdiendo, todos los ciudadanos, por supuesto.…  Seguir leyendo »

La prensa se nos cae de las manos. Es difícil recordar una época tan deprimente en la España democrática; sí, ya sé que aquella en la que los titulares llevaban los nombres de los GAL y/o de Filesa fue igualmente tremenda, oscura e insoportable. Pero produce un enorme desasosiego que tantos años después estemos en las mismas. O peor; porque no extraer consecuencias de nuestra historia, no aprender de los errores y de los vicios del pasado y repetir las mismas irregularidades, las mismas acciones escandalosas, resulta punible en sí mismo y endurece la gravedad de los hechos.

Me llama la atención la ceguera con la que partidos políticos, medios de comunicación y comentaristas en general se enfrentan con los escándalos de corrupción (política y judicial) que estamos sufriendo.…  Seguir leyendo »

La marea informativa del 'caso Gürtel' ha girado en estos últimos días en torno al polémico cese de Ricardo Costa como secretario general del PP valenciano, incluyendo la férrea resistencia de éste a su defenestración política «temporal». Todo parece indicar que la dirección nacional de los populares ha considerado que el sacrificio de Costa era absolutamente necesario para aplacar posibles vientos adversos en el electorado y para demostrar la capacidad de reacción y el liderazgo de Rajoy ante la crisis política abierta por las revelaciones aún parciales del sumario del caso. ¿Deberíamos darnos por satisfechos con este rosario de ceses/dimisiones de aquellos militantes del PP que tienen los papeles más comprometidos en el sumario judicial?…  Seguir leyendo »

Parece indiscutible un hecho: la mejor garantía para que un sistema democrático funcione en estos tiempos reside en la existencia de los partidos políticos. El engranaje de la democracia no ha encontrado mejor herramienta que esas agrupaciones de personas que se mueven en la política para proponer fórmulas diversas de administrar la cosa pública, con la referencia de su ideología y sus propuestas concretas, ligadas a momentos concretos.

Pero ese reconocimiento no significa, en absoluto, que se pueda admitir la arbitrariedad cuando falta el debido control sobre las estructuras partidarias, que pueden actuar en muchos casos como agrupaciones de intereses oligárquicos, incluso con matices corporativos, que conducen a corrupciones, a ventajismos y a una acumulación de poder que pueden llegar a poner en juego la propia salud de la democracia.…  Seguir leyendo »

En La boda de Ana y Alejandro, la sátira política del dramaturgo Juan Mayorga, el convite de la hija de Aznar se convierte en un espacio de intrigas y trapicheos entre rufianes vestidos de gala. Por lo visto, la ficción se ha quedado pequeña a la vista de lo que vamos sabiendo de las investigaciones del juez Garzón. Pues bien, las elecciones gallegas y vascas han demostrado que pesa más en el voto del ciudadano el coche oficial de medio millón del expresidente Touriño que la trama de espías y corrupciones que ronda al Partido Popular. ¿Por qué la ciudadanía es tan severa con unos y tan comprensiva con otros?…  Seguir leyendo »

Por Santiago Carrillo, ex secretario general del PCE y comentarista político (EL PAIS, 22/03/05):

El incidente surgido en la política catalana -y por extensión en la española- con motivo del debate en el Parlamento autonómico sobre el suceso acaecido en las obras del barrio del Carmel y que podía haber complicado seriamente la situación política general, parece haberse serenado. Lo que al principio fue considerado una imprudencia provocada por el acaloramiento del debate, ha servido para abordar un problema que, sospecho, no es exclusivamente catalán.

Hay un runrún difícilmente comprobable en torno a la política y los políticos generalizado en el conjunto de España que atribuye a los partidos el financiarse con recursos que proporcionan las empresas a las que se conceden encargos de obras públicas.…  Seguir leyendo »