Incendios
No se puede echar la culpa a los gobiernos de la falta de lluvia. Ni de su exceso. Pero la tentación siempre está ahí. Estos días, como cada verano, lo que más descansados nos deja es echarles a los gobiernos, preferiblemente al más próximo, por más débil, la culpa de los incendios forestales; ya les afearemos en otoño la próxima inundación. Más aún; como uno no termina nunca de aprender, últimamente he sabido que la culpa de que los bosques se quemen, o de la virulencia de los incendios, o de que no se apaguen en media hora, la tienen las autonomías.… Seguir leyendo »