Pandemia y cuidados paliativos

Pandemia y cuidados paliativos
Pascal Pochard-Casabianca/AFP via Getty Images

Cuando la COVID-19 llegó a Ucrania, el especialista en enfermedades infecciosas Stepan Karabinyosh quedó en el centro de la crisis. Mientras trabajaba un día tras otro en una unidad de terapia intensiva, Karabinyosh descubrió que su entrenamiento médico lo había preparado para el desafío práctico de tratar a sus pacientes, pero no para el desafío emocional que implicaba informar a cada vez más de ellos que, por el riesgo de contagiar a sus seres queridos, lo más probable era que muriesen sin volver a verlos.

Pero Karabinyosh estaba mejor equipado para esta experiencia que muchos de sus colegas: se había capacitado además en cuidados paliativos, un enfoque multidisciplinario que optimiza la calidad de vida del paciente durante las enfermedades graves y terminales.

Karabinyosh aprendió a los golpes sobre la necesidad de capacitarse en cuidados paliativos. Cuando comenzó su carrera, se sintió abrumado por la carga que implicaba la interacción con los pacientes muy enfermos. A pesar de que tenía poco tiempo para comer, subió de peso, dejó de hablar con sus amigos y familiares, y no hizo otra cosa que trabajar y dormir.

Luego, un día, mientras tomaba una radiografía a una mujer de más de 70 años, ella tomó su mano y le dijo: «Haz algo, por favor, hijo... ¡me estoy muriendo!». En ese momento, vio a su madre. Supo que tenía que guiarla a través de un procedimiento médico al que tal vez no sobreviviera, pero le resultaba difícil encarar esa conversación. Se dio cuenta de que si deseaba seguir trabajando como médico, eso debía cambiar.

Después de recibir capacitación en cuidados paliativos, esas conversaciones le resultaron más fáciles. Dice que la capacitación lo ayudó a desarrollar técnicas para la escucha activa, establecer una relación de comunicación y crear empatía. La capacitación en cuidados paliativos le enseñó algo fundamental: a separar a la persona que necesita ayuda de la enfermedad a tratar. La capacidad para responder a los temores de los pacientes fue especialmente importante durante los primeros días de la pandemia, cuando todavía no se había determinado el mejor enfoque para la COVID-19 y las opciones médicas eran limitadas.

Los cuidados paliativos también ayudan a crear un espacio para la discusión sobre la muerte cuando se han agotado todas las opciones médicas. Los pacientes y sus familiares suelen desconocer el curso que siguen las enfermedades. En esas circunstancias, los cuidados paliativos los ayudan a entender el pronóstico y prepararse mejor para el fin de la vida.

Aunque la capacitación en cuidados paliativos se asocia más con la mejora de la calidad de vida de los pacientes terminales y gravemente enfermos, también incluye técnicas para ayudar a que quienes brindan atención para la salud lidien con la carga emocional de su experiencia laboral. Incluye recomendaciones para el cuidado de uno mismo y apoyo psicológico (especialmente para el personal médico que trabaja en entornos donde fallecen pacientes con frecuencia, o que debe hacer frente a la pérdida de pacientes cuya muerte normalmente no esperaría, como personas jóvenes).

Este tipo de apoyo es ahora más necesario que nunca. Durante la pandemia los trabajadores de la salud enfrentaron niveles de estrés sin precedentes. Las tasas de agotamiento, depresión y ansiedad entre los médicos, enfermeras y asociados médicos se dispararon. Un experto comentó en un artículo en la revista médica The Lancet que los efectos sobre la profesión impiden la recuperación de la pandemia y ponen en peligro la salud en el mundo en términos más generales.

Mantener en campo a los trabajadores experimentados es importante para los hospitales que ya sufren escasez de mano de obra. Junto con otros hemos observado en campo que los trabajadores de la salud con capacitación y experiencia en cuidados paliativos estuvieron mejor preparados para enfrentar esos desafíos y evitar el agotamiento.

Muchas organizaciones —entre ellas, la mía, la International Renaissance Foundation— promueven iniciativas para capacitar a más trabajadores de la salud en cuidados paliativos. Con el apoyo de los equipos de cuidados paliativos del Centro Ivano-Frankivsk y la Fundación Madre Teresa creamos seminarios en línea sobre  duelo y pérdida para los trabajadores de la salud. También llevamos a cabo tres cursos prácticos para el personal médico que trabajó durante la pandemia. El programa incluyó capacitación psicológica, consultas grupales e individuales con un psicólogo y un capellán, oración, visitas virtuales y programas de arte. Más de 50 trabajadores de la salud participaron en los cursos y todos notaron que se estabilizó su estado psicoemocional y mejoraron sus patrones de sueño.

De todas formas, queda mucho más por hacer. Para prepararnos para las futuras pandemias y brindar mejor atención en términos generales hay que integrar completamente los cuidados paliativos en los seguros de salud y convertirlos en parte de la capacitación estándar. El personal médico debiera rotar por cuidados paliativos para adquirir experiencia práctica. A medida que se reevalúan las estrategias para la atención de la salud a la luz de la COVID-19, debemos reconocer a los cuidados paliativos como una parte fundamental del proceso terapéutico.

Kseniia Shapoval is a public health program manager at the International Renaissance Foundation. Traducción al español por Ant-Translation.

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