¿Para cuándo la política?

Acabado ya el ciclo electoral que nos ha tenido mucho tiempo distraídos de los problemas reales que nos afectan, es hora de retomar el debate de las cuestiones de fondo que necesitan ser abordadas, y que requieren debates con profundidad, no sólo en el Congreso de los Diputados y en el Senado, sino en la sociedad en su conjunto.

Esperamos que la resaca electoral sea breve y que pronto tengamos nuevo Gobierno con la necesaria estabilidad parlamentaria. El año 2019 ha sido un año prácticamente perdido, y hay que hacer todo lo posible para orientar de forma fructífera el próximo año.

Hemos de entender la política como el mecanismo civilizado para resolver los problemas de la sociedad, pero cuando la política se convierte en un problema en sí misma tenemos delante un fracaso colectivo. Fomento trabajará sin descanso y será proactivo para crear puentes de diálogo y de negociación que ayuden a resolver el actual bloqueo político entre el Gobierno de Cataluña y el Gobierno de España. Es una situación que, en caso de cronificarse, será muy perjudicial para la estabilidad necesaria que garantice el progreso social y económico. Con la discreción que sea necesaria, nos implicaremos a fondo en facilitar el diálogo entre Gobiernos, con el pleno convencimiento de que es lo que nos toca hacer. Pondremos todos los mecanismos a nuestro alcance para favorecer el progreso de nuestro país, mejorar el bienestar de los ciudadanos y reforzar al máximo la cohesión social para rebajar las desigualdades económicas existentes hoy.

Las organizaciones empresariales debemos impulsar foros de pensamiento y debate a medio y largo plazo, sobre todo en unos momentos en que nuestra sociedad, como consecuencia de la reciente crisis, vive inmersa en profundos cambios. Nada será como era, o quizás nada es ya como era.

La crisis ha puesto en evidencia nuestro modelo, hasta ahora exitoso. El contrato social que se fraguó en Europa tras la II Guerra Mundial ha saltado por los aires: las desigualdades sociales, la excesiva precariedad de muchos puestos de trabajo y los salarios bajos son factores de inestabilidad que pueden poner en riesgo el futuro crecimiento. Debemos dedicar tiempo e inteligencia a formular propuestas que nos conduzcan a un nuevo pacto social que estabilice nuestra sociedad.

Esta es una cuestión que no sólo afecta a España, afecta al conjunto de la Unión Europea. Hemos de ser valientes ante la opinión pública, con el objetivo de colaborar en un debate necesario. Las ideas son fundamentales para garantizar una sociedad justa, equilibrada y culta. Las empresas deben orientarse a reconocer esta nueva realidad. Los factores que definen una empresa, empresarios, directivos, trabajadores, tecnología y capital, deben armonizarse adecuadamente para perseguir la excelencia y la generación de riqueza. Probablemente, un elemento determinante será analizar si la retribución al capital y al trabajo es la más adecuada.

La OCDE nos ha advertido de la importante reducción de la clase media, sobre todo entre los más jóvenes. Situación que tenemos la obligación de revertir si queremos garantizar un futuro próspero para las próximas generaciones. Aquí cobra vital importancia una buena formación dual.

En Fomento del Trabajo Nacional, la gran patronal catalana, hemos puesto en marcha un think tank para estudiar todas estas cuestiones y lanzar ideas a la opinión pública, con el objetivo de colaborar en un debate necesario. Las ideas son fundamentales para garantizar una sociedad justa, equilibrada y culta.

Es necesario recordar algunas cuestiones fundamentales si queremos garantizar el futuro. Me refiero a la verdadera cultura industrial, basada en el esfuerzo a medio y largo plazo, de la inversión que no busca el rendimiento inmediato, sino consolidar un proyecto industrial y orientarlo al futuro. Es la perseverancia en construir una industria con vocación de permanencia. Estos valores son los que nos permitirán afrontar el futuro y facilitarán a nuestras empresas ganar en tamaño. El tamaño de nuestras empresas está por debajo de la media de Europa, lo que nos resta competitividad en el mercado europeo y nos deja en inferioridad de condiciones en los demás mercados.

Esta debería ser una prioridad del Gobierno de España coordinado con las comunidades autónomas. Es una cuestión de vital importancia para la economía española y para evitar que una futura recesión nos deje en inferioridad de condiciones.

Otro gran debate pendiente es la fiscalidad en España. El sistema fiscal ha de tener dos grandes objetivos: la redistribución de la riqueza y favorecer la actividad productiva. Ambos objetivos deben ser compatibles, de no ser así no conseguiremos ni una sociedad justa, ni una economía productiva, moderna y generadora de trabajo y riqueza. Ha llegado la hora de la política sin más dilación. En el futuro hemos de evitar situaciones en las que tengamos que volver a preguntarnos ¿para cuándo la política?

Josep Sánchez Llibre es presidente de Fomento del Trabajo Nacional.

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