Pederastas en internet, agente encubierto

Internet se ha convertido, en muy poco tiempo, en un elemento irrenunciable para todos, pero especialmente para los adolescentes y los jóvenes, que han hecho de la Red un factor de ocio y una herramienta fundamental de estudio y trabajo. Hoy sabemos que los adolescentes se conectan con mucha frecuencia a internet y la media de edad a la que acceden por primera vez está entre los 10 y los 11. A medida que la edad aumenta, va creciendo también la frecuencia de las conexiones.

Sabemos además que los fines de semana se multiplica por dos el porcentaje de los que dedican mucho tiempo (tres horas o más) a navegar, por lo que parece que internet se ha convertido claramente en una opción de ocio con ascendente sobre unos menores que, a menudo, carecen de demasiadas opciones alternativas.

Según el informe del Defensor del Pueblo titulado Protección de Menores ante la TV e Internet, la gran mayoría de los adolescentes españoles entre 12 y 18 años están solos cuando navegan por la Red (76% de la muestra), y son menos de la cuarta parte (23,7%) los que lo hacen acompañados. Qué duda cabe de que la Red puede ser un espacio de riesgo para los menores porque, por una parte, les permite acceder a determinados contenidos peligrosos, y, por otra, facilita la exhibición y rápida difusión de imágenes y contenidos de su vida personal e íntima, especialmente en las redes sociales.

Todo ello les puede convertir, fácilmente, en víctimas de otros usuarios. Así, no es de extrañar que tanto chicos -un 2,1%- como chicas -un 5%- digan haber sido víctimas de agresiones sexuales a través de la Red, lo que constituye una estadística inadmisible.

España se ha convertido en el segundo país del mundo y primero de Europa en consumo de pornografía infantil, según han detectado nuestras Fuerzas de Seguridad. Hoy sabemos que los pedófilos contactan con los adolescentes a través de chats, redes sociales o foros haciéndose pasar por alguien más joven e intentando entablar una relación de amistad, buscando gustos, aficiones o intereses afines con los menores.

Es en este momento cuando se pasa de la pedofilia (consumo de pornografía infantil) a la pederastia (abusos sexuales).

La reciente reforma del Código Penal ha supuesto una importante modificación en cuanto a comportamientos y penas a aplicar a estos delitos abyectos, pero se puede, y se debe, hacer más. El agente encubierto en internet es un funcionario miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que actúa en la clandestinidad, con identidad supuesta, con sujeción a la ley, bajo el control de un juez y con la finalidad de reprimir o prevenir el delito.

Estas características son las idóneas para adentrarse en los herméticos grupos de pedófilos, toda vez que estos desalmados sólo admiten entre sus miembros a quienes les han proporcionado material sensible, cosa que hasta ahora la ley española prohíbe porque castiga la tenencia de pornografía infantil.

El pasado mes de marzo, el Senado aprobó, a instancia del Grupo Popular, que el Gobierno remitiera a las Cortes Generales en dos meses una modificación legal que cree la figura del agente encubierto en internet. La propuesta recabó el voto favorable de PP, CiU, CC, SN, PAR y UPN; ERC y el senador de PSM se abstuvieron; PSOE y PSC, por su parte, votaron en contra.

No hay manera de entender al Grupo Socialista del Senado, lo mismo que a este Gobierno, que se opusieron a nuestra petición. Entiendo que, no habiendo razones ideológicas (que no las hay), ni económicas (que tampoco las hay), ni de inoportunidad de la iniciativa (España, reitero, es el segundo país del mundo y primero de Europa en descargas de pornografía infantil en internet), el voto en contra no encuentra ninguna justificación más allá de, otra vez, el sectarismo.

Y es que no cambian.

Dotarnos de instrumentos legales más eficaces y perfeccionar nuestra respuesta jurídica al delito no es un asunto menor. Quienes formamos parte del Poder Legislativo no deberíamos tener ninguna otra preocupación.

Por Rosa Vindel, portavoz adjunta del Grupo Parlamentario Popular en el Senado y autora de la moción que aprobó la Cámara Alta para crear el agente encubierto en internet contra la pederastia.

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