Estoy seguro de que escuchar al presidente Sánchez decir en la sesión de control de esta semana que «la inflación, los precios de la energía, son única responsabilidad de Putin y de su guerra ilegal en Ucrania» habrá sorprendido incluso al director de este diario a pesar de que, tan solo 24 horas antes, había escrito un premonitorio Astrolabio titulado «La guerra como disculpa».
Porque el desparpajo con el que nos miente Sánchez y la desvergüenza con la que insulta nuestra inteligencia supera incluso las más altas expectativas y, créanme, en el caso de este profesional de la mentira están muy, pero que muy altas.
Y como buen trilero, contó para su engaño con un gancho, la ministra de Asuntos Económicos, que ha pasado de poner los ojos en blanco cuando escuchaba en su propia bancada aquello de derogar la reforma laboral a dar cabezazos de apoyo a la gran mentira que nos contaba su jefe y que luego ella ratificó: Putin tiene la culpa de todos los males económicos que asolan nuestro país.
Empecemos con un poco de historia económica y parlamentaria. En una sesión de control de hace poco más de 7 años, el 24 de febrero de 2015, Sánchez le decía al entonces presidente Rajoy: «los precios que dependen de usted no han hecho más que subir durante sus años de gobierno» y le puso como ejemplos que “la factura del gas había subido un 10%, la del agua un 16% y la de la electricidad un 13%. “
Aquel febrero de 2015, la inflación anual era negativa (-1,2%), el MegaWatio hora (MWh) costaba 60 euros y, para el Sánchez de la oposición, los precios del gas, del agua y de la electricidad dependían directamente del presidente del gobierno. Eran aquellos días en los que Podemos pedía un minuto de silencio por las personas que morían a causa de la pobreza energética, más de 7.000 al año nos decían, y las televisiones hacían especiales con el drama de los españoles que tenían que iluminar sus casas con velas.
¿Qué diría ese Sánchez de la oposición si hoy gobernara el Partido Popular y los precios del gas hubiesen subido un 33%, los de la gasolina un 23%, y los de la electricidad un 72% en el último año? ¿Cuántas personas cree Ione Belarra que van a morir este año a causa de la pobreza energética después de que el MWh haya tocado los 700 euros, casi 12 veces más que en 2015? ¿Qué día emite la Televisión Pública que pagamos todos los españoles el especial sobre pobreza energética? Cuando terminen de contar los 17 millones de euros que acaban de recibir los sindicatos en nuevas subvenciones aprobadas por el gobierno en el último consejo de ministros ¿van a organizar por fin alguna manifestación para protestar por el precio de la luz o van a esperar a que haya un gobierno de derechas para volver a salir a la calle?
Y ahora volvamos a la última sesión de control de 2022, exactamente al día en el que Pedro Sánchez quiso darnos la razón en aquello de que «errar es humano, pero echarle la culpa a otro lo es más todavía». Presidente, ¿de verdad que los precios de la energía son «única responsabilidad de Putin y de su guerra ilegal en Ucrania»? ¿de verdad que su gobierno y sus decisiones no tienen nada que ver?
Permítame decirle abiertamente que nos miente en el quien y en el cuándo. En el quien porque, hasta donde sabemos, Putin no ha elegido nuestro mix energético, no fue quien apostó por unas renovables en un momento en el que la tecnología no era suficientemente madura, ni decidió el cierre de nuestras centrales nucleares ni la renuncia al uso de nuestro carbón autóctono. Todo esto, créame, no lo decidió Putin sino un gobierno que antepone la ideología a la seguridad en el suministro energético.
Según el Operador de Mercado Eléctrico Designado (OMIE), la demanda de electricidad fue cubierta con el siguiente peso por tecnologías:
Esta distribución es la base de las fluctuaciones en el precio de la electricidad. Si tuviéramos más aportación de la energía nuclear -como es el caso de Francia- o el carbón nacional sirviese de tecnología de refuerzo -como es el caso de Alemania- para garantizar el suministro en momentos en los que no hay viento, sol o lluvia, el gas tendría un peso menor y la evolución de precios sería diferente.
Y aquí viene su segunda mentira, la del cuándo. Según los datos de OMIE, el precio medio de la electricidad subía prácticamente todos los meses de 2021, como puede verse en el gráfico adjunto.
Los precios de la electricidad ya subían, en términos interanuales, un 268% en abril de 2021, un 446% en octubre de 2021 y un 470% en diciembre de 2021. En su opinión Sr Sánchez, ¿en qué mes de 2021 cree que Putin decidió invadir Rusia y empezó a afectar los precios de la electricidad en nuestro país?
Para completar su relato e intentar engañar a los incautos que se acercan al trile, el presidente decidió utilizar de gancho a Nadia Calviño, otrora profesional de reconocido prestigio, hoy irreconocible populista abrazada al sanchismo, que ha pasado de decirnos que la subida de precios no le preocupaba porque era coyuntural a decirnos que esto viene de lejos porque Putin llevaba meses planeando la invasión de Ucrania. ¿Exactamente de cuantos meses atrás nos está hablando?
Porque tenemos que recordarle a la ministra que hace sólo 3 meses aprobó un cuadro macroeconómico para elaborar los Presupuestos Generales del Estado en el que se recogía un precio del petróleo de 60$ -hoy vale justo el doble-, un deflactor del PIB del 1,5% -la inflación ya es del 7,4% y se espera que alcance los dos dígitos- y un crecimiento del 7,0% -que ya antes de la invasión de Ucrania no se creía nadie y que tendrá que revisar otra vez de forma escandalosa-.
Y hace tan sólo 3 semanas que llamaba negacionistas a quienes decíamos que el crecimiento no era tan sólido como nos decía el gobierno y a quienes señalábamos que teníamos un problema con la inflación, que llevaba 10 meses consecutivos subiendo y que en diciembre del año pasado alcanzó los mayores niveles de los últimos 30 años.
Por eso, cuando usted llene mañana el depósito pagando el litro de gasolina 95 a 1,85 euros, reciba una factura de la luz escandalosamente elevada, o tenga que despedir a algún empleado porque no puede mantener su negocio, recuerde que el culpable es Putin… o por lo menos eso dice el trilero Sánchez…
Javier Escribano es economista.