Pemán: alzhéimer democrático

El alzhéimer es una enfermedad que ninguno desearía ni para su peor enemigo. Los enfermos de alzhéimer olvidan. El hombre es presente, pero sobre todo es pasado y futuro, y este lo construye con los cimientos de su pasado. Sin recuerdos no somos nadie. Y eso mismo le puede suceder a un país que se empeña en borrar su pasado. De un tiempo a esta parte se ha acuñado un término, la ‘memoria histórica’, o la ‘memoria historica y democratica’, que como suele ser habitual tiene un significado contrario al que las palabras trasmiten. La memoria histórica o democrática es el alzhéimer histórico voluntario y sectario. Por eso creo que su verdadero título debería ser ‘Ley del Alzhéimer Democrático’.

Con el ‘alzhéimer democrático’ se pretende borrar, al estilo Orwelliano (’1984’), una parte de nuestro pasado y moldear la historia al gusto del gobernante. En nuestro caso cualquier persona relevante en su actividad profesional que tuviera ideología de derechas en la primera mitad del siglo pasado, debe ser borrada de la historia. Del ‘alzhéimer histórico’ al pensamiento único de Schopenhauer solo hay un paso, y lo terrible es que estamos asistiendo a este fenómeno sin apenas reaccionar. Somos hijos de nuestra historia. De los capítulos brillantes y de los más sombríos. Somos hijos de la España que era imperio y también del desastre del 98. Si eliminamos lo que no nos gusta nos empobreceremos como pueblo y no aprenderemos de nuestros errores.

¿Y qué tiene que ver Pemán con esto? Pues simplemente que el Ayuntamiento de Cádiz, con Kichi a la cabeza, ha desplegado en estos días un furibundo ataque a su persona, ordenando la retirada de la lápida conmemorativa del lugar donde nació. La lápida solo indicaba su condición de escritor y que en esa casa había nacido Pemán. Pemán tuvo la desgracia de ser joven en una España rota en dos mitades. Esa España rota padeció una terrible guerra. Pemán perteneció, como una mitad de los españoles, a uno de los bandos contendientes, pero no cometió ningún crimen, salvo que la ideología monárquica lo sea.

Pemán dedicó toda su vida a escribir y a trabajar por la vuelta de la monarquía a España como elemento catalizador de la reconciliación de las dos Españas. No era franquista, era monárquico y liberal, y ante todo era poeta, dramaturgo y articulista. Pues bien, el caso es que Kichi, en su afán de aplicar el ‘alzhéimer democrático’, ha sufrido personalmente una grave pérdida de memoria; ha olvidado que él es Pemaniano hasta la médula. Así lo proclamó en agosto de 2015 al manifestar su gran admiración por Pemán con estas palabras literales: «José María Pemán ha sido y será de forma indeleble uno de los mayores representantes de las letras gaditanas», «Pemán es un embajador de las letras gaditanas y así tiene que seguir siendo».

La retirada de la lápida es un gran error del alcalde de Cádiz. Alguien le ha asesorado mal. Es imposible tener tan clara la grandeza de Pemán y ahora pasar a intentar eliminar cualquier vestigio de su existencia.

José Mª del Cuvillo Pemán

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