¿Por qué, señor Marlaska?

¿Por qué acabaron el año beneficiando a los presos de ETA y lo han empezado igual? Los españoles no le debemos nada a ETA, y debería preguntarse, Sr. Marlaska, si ustedes le deben algo. Porque no se entiende que, mientras despedíamos el año, nos colaran una decena de terroristas beneficiados, y por Reyes, cuatro más. Si sigue así, Sr. Marlaska -o Sr. Sánchez, lo mismo da-, acercando a asesinos de ETA a su tierra, no va a dejar ni uno en las cárceles de Andalucía. Y aunque los terroristas que mataron a mi hermano y a su mujer ya hicieron ese viaje del Sur al Norte hace meses, mi rabia por la cascada de presos de ETA premiados sigue intacta  y aumenta al comprobar que la mayoría de ellos tienen delitos de sangre. Sí, Sr. Marlaska, por matar y herir a miles de españoles inocentes.

¿Por qué quiere usted, Sr. Sánchez, ponerlos en la calle lo antes posible? ¿Por qué está usted negociando la competencia de Prisiones con los nacionalistas? Imposible entender que la Secretaría de Instituciones Penitenciarias se haya convertido en una máquina de dar beneficios a sanguinarios etarras, alegando que aceptan la legalidad penitenciaria, como si fuera una fórmula mágica. Quitaron la vida a cientos de inocentes y sólo les piden una firmita, y ya tienen el salvoconducto hacia esa libertad que ellos negaron a sus víctimas. ¿Acaso miento, Sr. Marlaska? ¿Puede mirarme de frente y decirme que esos ciento cuarenta presos de ETA premiados están arrepentidos?

Mienten cuando nos dicen que los etarras «reconocen el sufrimiento causado a las víctimas y expresan su esperanza de reparar ese dolor». ¿Si? Yo no creo que ninguno de estos asesinos de ETA sea capaz de reconocer el sufrimiento de mi madre cuando le dijeron que le habían matado a su hijo. Aun cumpliendo íntegras sus condenas, algo poco probable con Sánchez gobernando, podrían reparar el dolor de sus víctimas. Si de verdad quieren que les creamos, colaboren con la Justicia para esclarecer los 370 crímenes de ETA sin resolver. No lo harán porque no se arrepienten, y usted, Sr. Marlaska, lo sabe tan bien como yo.

Cuánta razón tenía la madre de mi amiga Mayte Pagaza cuando dijo que veríamos cosas que nos helarían la sangre. Las vimos, Pilar, y las vemos. Y tanta injusticia e indignidad nos hiela no solo la sangre, sino el alma, al ver al presidente del Gobierno de España entregado a Bildu, que no condena los asesinatos de ETA. Y al Sr. Marlaska, desde la admiración perdida, le preguntaría: ¿vale la pena traicionar a tantas víctimas del terrorismo? La mayoría de los españoles tenemos claro que a ETA no le debemos nada y no vamos a consentir pagar una deuda que nos envilece como nación para que Sánchez siga en el poder. Quizá crean que tienen vía libre para humillarnos, porque nos ven impotentes ante el rodillo democrático de un presidente rendido al nacionalismo y huido del consenso. Pero le daremos respuesta, Sr. Sánchez, porque hay cosas que no se pueden permitir, y aun con la sangre helada, las víctimas del terrorismo y los españoles que están a nuestro lado no dejaremos que el sacrificio de quienes dieron sus vidas en defensa de nuestra libertad y de la unidad de España haya sido en vano. No en nuestro nombre.

Teresa Jiménez Becerril es diputada del PP por Sevilla en el Congreso.

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