PP: del cuaderno azul a las primarias

La reciente propuesta del PSOE de realizar primarias para la elección del secretario general y, en su día, del candidato a presidente del Gobierno, supone una reducción del poder de la cúpula dirigente socialista y un indudable incremento de la democracia interna de sus militantes. Después de treinta y cinco años de libertad y democracia garantizada por la Constitución de 1978, se advierten claros elementos en nuestro sistema político que precisan un estudio y debate sereno con el objeto de mejorar la calidad de nuestra democracia. No se trata de iniciar un nuevo periodo constituyente, pero sí de proponer reformas puntuales que mejoren el funcionamiento institucional y muchos de los cambios posibles no requieren reformas legales o constitucionales inmediatas.

Uno de esos elementos mejorables es el funcionamiento interno de los partidos que pasa por democratizar el procedimiento de elección de los dirigentes y de los candidatos a todos los procesos electorales. Por lo que respecta al PP, la expresión máxima de capacidad decisoria del presidente y mínima del partido para elegir un candidato fue en su día «el cuaderno azul» en el que se hallaba escrito, en secreto, el nombre del sucesor, futuro presidente del PP y del Gobierno de la Nación. Del mismo modo que don Manuel Fraga nombró sucesor refrendado en un Congreso del Partido, el presidente Aznar propuso un sucesor inmediatamente aceptado por el PP. El procedimiento es expeditivo, pero de escasa calidad democrática.

La pregunta que nos podemos hacer los militantes y simpatizantes del PP es si no ha llegado la hora de invertir los términos en la elección de candidatos y dirigentes como se propone hacer el PSOE. Pasar de una cooptación desde arriba a una elección desde abajo. Lo cual es válido tanto para el presidente como para los comités de dirección y para las listas electorales. El procedimiento de cooptación refrendada (el presidente saliente propone un candidato que el Congreso del partido refrenda a la búlgara) tiene su explicación, que no justificación, en una lectura sesgada, y probablemente errónea, de la experiencia de la elección competitiva como presidente de AP del Sr. Hernández Mancha en 1986. Sin embargo, aquella elección fue un paso positivo en un mensaje de renovación y de democracia interna que favoreció la mejora de imagen del partido de la derecha, finalizado el ciclo de Fraga y de su secretario general, señor Verstrynge.

La elección competitiva del presidente de AP, Hernández Mancha, fue un paréntesis en una tradición de liderazgo por referéndum en el centro derecha español. Veamos en la práctica cómo funciona el procedimiento de cooptación. En relación a los Congresos del Partido, las respectivas direcciones regionales se arrogan la posesión de cierto número de compromisarios precisamente porque éstos, en su mayoría, han sido también cooptados: el presidente del PP de Andalucía aporta, «tiene», quinientos compromisarios; el de Valencia «tiene» cuatrocientos; Madrid, trescientos cincuenta….Basta un acuerdo de dos o tres presidentes regionales, a su vez también cooptados, para que se decida el presidente del partido, que además cuenta con quinientos avales, número de partida inalcanzable para cualquier otro posible candidato alternativo. Igualmente, las listas electorales dependen del dirigente de turno. De modo que la lealtad y obediencia se garantiza hacia arriba so pena de no repetir en las próximas elecciones. Por tanto, el diputado o concejal responde mucho más a quien le incluye en las listas que a las bases del partido, al programa electoral o a los electores.

Una forma de mejorar el actual sistema es, sin duda, entregar a los militantes (y si fuera posible, también a los simpatizantes) la capacidad de selección de candidatos. Ahora hay una oportunidad en el PP para elegir el cabeza de lista de unas elecciones europeas que se adivinan de escasa participación por diversos motivos. Me permito advertir que si la elección del cabeza de lista se realiza por el procedimiento del «cuaderno azul», la movilización y apoyo de la militancia va a resultar llamativamente baja. Por no hablar del descriptible entusiasmo de los electores españoles. Al amparo del art. 49.1 de los Estatutos, el Comité Electoral Nacional puede permitir una carrera competitiva entre cuatro o cinco candidatos del PP a cabeza de lista europea, con debates en directo en televisión, y con las urnas abiertas en las sedes del Partido en un día determinado para que los militantes decidan, al más votado, cabeza de lista en las elecciones europeas. Este puede ser un nuevo camino en la buena dirección de regeneración democrática y en la recuperación del prestigio de los políticos. Como decía el Conde de Romanones: «para un país, no hay profesión más noble y útil que la de político, si se ejerce con honradez y altura de miras».

Guillermo Gortázar fue secretario de Formación del Partido Popular.

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