Preferimos la conciliación al conflicto

Fue un noviazgo complicado. Durante años, el editor alemán Axel Springer nos plantó cara en asunto tras asunto, desde los derechos de autor a la competencia. Viajé a Alemania en numerosas ocasiones para reunirme con directivos de Springer a fin de proponer un camino diferente, una alianza rentable. Mi argumento era que, mediante la innovación, podríamos construir nuevos modelos de negocio y extraer un beneficio mutuo de las tecnologías móviles y sociales emergentes. A finales del año pasado, aparcamos nuestras diferencias y firmamos una alianza publicitaria multianual entre nuestra plataforma AdExchange y la sofisticada Smart-AdServer de Springer, que abarca tanto plataformas web como móviles.

Aunque son muchos los editores europeos que han firmado alianzas similares, tales como los prestigiosos The Telegraph y The Guardian, algunos editores en Europa todavía parecen creer que la mejor forma de avanzar consiste en exigir mano dura en la regulación, reivindicar nuevas tarifas por derechos de autor sobre los enlaces a sus artículos y exigir medidas antimonopolio contra empresas como Facebook, Amazon y nosotros. Solo en la última semana, tanto el alemán FAZ (Frankfurter Allgemeine Zeitung) como el francés Le Monde han publicado columnas de opinión tituladas El miedo a Google y Google o el camino a la servidumbre. Las columnas atacan a Internet en su conjunto y a su mágico poder, que da a cualquier persona y en cualquier lugar acceso a la información que antes era difícil de encontrar.

De adoptarse finalmente, este enfoque tendrá graves repercusiones económicas. Por encima de todo, se corre el riesgo de que la innovación en Europa se convierta en un páramo. Algunas empresas se marcharán y, lo que es peor, otras nunca llegarán a despegar, bloqueadas por reglas diseñadas para proteger a los negocios tradicionales. Estoy convencido de que existe un modelo mejor, más próspero, a través de acuerdos de cooperación y comerciales.

Como demuestra nuestro vanguardista pacto publicitario con Springer, Google está más que dispuesto a cumplir su parte. En las últimas décadas, muchos innovadores estadounidenses han cruzado el Atlántico y han hecho caso omiso a la cultura y las sensibilidades locales, han batallado contra los organismos reguladores y no han querido escuchar. Cuando la Comisión Europea instruyó su expediente antimonopolio contra Microsoft en la década de los noventa, la empresa rechazó todas las preguntas sobre sus prácticas, malgastando por millones el dinero de los contribuyentes a medida que la investigación se alargaba durante años. Nosotros emprendimos un camino diferente. Escuchamos las inquietudes de la Comisión y ofrecimos soluciones. Aunque muchos de los cambios que la Comisión exigía son dolorosos, preferimos la conciliación al conflicto.

En otro orden de cosas, hemos roto con el viejo modelo de confrontación y hemos tratado de crear un futuro digital próspero. En un continente que busca esperanza económica, Internet representa el principal motor de crecimiento económico. Según la OCDE, el mundo digital representa hasta el 13% de la producción económica y está impulsando la creación de nuevas empresas, nuevos puestos de trabajo y nuevas oportunidades. Permite que, con unos pocos clics de ratón, el dueño de un hostal griego, un diseñador de moda francés y un fabricante de caramelos sueco lleguen a un mercado mundial. Mientras que muchas industrias tradicionales se enfrentan a tiempos difíciles, las industrias basadas en Internet están invirtiendo miles de millones en nuevas oficinas, centros de datos y laboratorios de investigación.

El arte, la gastronomía y el estilo de vida europeo se admiran en todo el mundo. Internet pone estos tesoros culturales al alcance de todos. Los ingenieros de la sede francesa de nuestro Cultural Institute han creado una plataforma que permite que los museos compartan archivos y muestren cuadros en detalle a personas de todo el mundo. En la ciudad belga de Gante, hemos digitalizado más de 200.000 libros no protegidos por derechos de autor, escritos en latín, francés, neerlandés, alemán e inglés desde el siglo XV al XIX en la biblioteca de la universidad local. Muchas de estas obras, como un tratado de botánica holandés de 1783, se leían solo unas pocas veces al año. Ahora, en la plataforma Google Books, se reciben hasta 100.000 visitas al día, y son más los investigadores que viajan a Gante para acudir a la biblioteca y estudiar las obras físicas.

Los editores de prensa podrían aprovechar oportunidades parecidas. Han corrido ríos de tinta respecto a Google News y a cómo supuestamente mata el periodismo, así que permítanme que ponga las cosas en claro: Google News se creó después del 11-S para ofrecer al público análisis e información sobre los atentados. Desde su lanzamiento en 2002, el servicio ya existe en más de 70 versiones en todo el mundo, y conecta a los lectores con los editores de prensa, grandes y pequeños.

No hay publicidad en Google News. El producto conecta a los lectores con las mejores y más relevantes fuentes de información fidedigna, puntos de vista y opiniones acreditadas de todo el mundo. La idea es que la gente salga de nuestra página y entre en la del editor. Para leer los artículos completos, el usuario debe hacer clic y acceder a la página web del editor. De hecho, cada mes Google hace que editores de todo el mundo reciban más de 10.000 millones de visitas.

Cada clic es una oportunidad de negocio para aumentar la audiencia y generar ingresos. En 2013, solo a través de nuestro producto AdSense, proporcionamos 9.000 millones de dólares en ingresos a nuestros editores asociados. Con todo, hemos pagado más de 30.000 millones de dólares a las empresas asociadas desde que se puso en marcha el programa hace una década. Los editores conservan el control total sobre la posibilidad de que se les incluya en Google News y en las búsquedas en la web. Existen herramientas sencillas que permiten que el editor decida si se le debe incluir o no en Google News. Google respeta los deseos de los editores: pueden aparecer en Google Search, en Google News, en ambos, o en ninguno.

Cierto es que recibimos muchas más solicitudes para que se les incluya en Google News que para lo contrario, ya que muchos editores perciben el beneficio que supone que nuevos lectores puedan acceder a sus contenidos. Al igual que con Springer en Alemania, hemos trabajado con los editores en la monetización de ese tráfico. La innovación y los nuevos modelos de negocio, no las subvenciones y la regulación, son el mejor camino a seguir.

Eric E. Schmidt es presidente ejecutivo de Google.

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