Pregúntate cuánta carne comes, pero también de dónde viene esa carne

Los alimentos son la palanca más potente para cuidar la salud humana y la del planeta. Sin embargo, el sistema alimentario industrializado amenaza actualmente tanto a las personas como a la Tierra que habitamos.

En los últimos 40 años nuestra alimentación, la forma en la que se producen nuestros alimentos y su lugar de procedencia, ha cambiado significativamente. La globalización, la presión de la industria agroalimentaria, la precarización del mercado laboral, el envejecimiento de la población y otros aspectos han transformado nuestra forma de comer.

En el marco de esta transformación profunda de nuestros hábitos alimentarios, el consumo de carne ha jugado un papel clave. La ingesta de proteína animal se ha quintuplicado en el último medio siglo. En la actualidad cada persona comemos de media 46 kg de carne al año, tan solo en España, según datos del Ministerio de Agricultura.

Pero además de ser conscientes de la cantidad de carne que consumimos, y reducirla, es necesario conocer la procedencia de la misma, ya que los impactos en nuestro medio ambiente y en nuestra salud varían. En las últimas décadas, las macroexplotaciones industriales de carne se han convertido en el método de producción ganadera con mayor crecimiento en todo el mundo, produciendo aproximadamente el 72% de la carne de pollo, el 55% de la de cerdo y el 60% de los huevos a nivel mundial.

En Amigos de la Tierra conocemos muy bien los impactos del consumo desmesurado de carne, y de la carne producida industrialmente: impactos muy graves, tanto sociales como ambientales. Por este motivo podemos afirmar que el 80% de todas las tierras agrícolas a nivel mundial se destinan a la alimentación de ganado, que el 14% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial las genera la ganadería industrial (la misma cantidad que todas las generadas por el transporte), y que la ganadería industrial es responsable del 70% de la deforestación en el Amazonas.

Para que nos hagamos una idea de la magnitud del problema, se estima que, en su conjunto, las cinco principales corporaciones productoras de carne y lácteos del mundo, emiten anualmente más gases de efecto invernadero que una gran petrolera como Shell.

Pero no todo son malas noticias: hay estudios que sugieren que los cambios en la dieta de los países ricos tendrían el potencial de reducir hasta un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero, y por tanto contribuir a la lucha frente a la crisis climática, además de reducir la demanda de tierra asociada a la alimentación.

La Comisión EAT-Lancet ha establecido el nuevo término de "dieta de salud planetaria" para resaltar el papel fundamental que desempeña nuestra alimentación en la salud humana y la sostenibilidad ambiental, y la necesidad de integrar estas agendas, a menudo separadas, en una agenda global común para la transformación del sistema alimentario para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, y el Acuerdo del Clima de París.

Dichas dietas saludables, “tienen una ingesta calórica óptima y consisten principalmente en una diversidad de alimentos de origen vegetal, bajas cantidades de alimentos de origen animal, contienen grasas insaturadas en lugar de saturadas, y cantidades limitadas de granos refinados, de alimentos altamente procesados y de azúcares añadidos”.

Así en Amigos de la Tierra apostamos por un consumo de Menos Carne y Mejor Carne porque consideramos vital reducir el consumo de carne y apoyar la producción de carne procedente de la ganadería extensiva y agroecológica, que es un modelo que mitiga los efectos del cambio climático, preserva la biodiversidad, promueve el bienestar animal y garantiza las condiciones para que las personas productoras trabajen dignamente en entornos rurales vivos.

También creemos que el consumo es un acto político, y que cada cual podemos elegir qué queremos fomentar con el mismo. Un acto que está marcado por decisiones políticas que afectan al conjunto de la ciudadanía. Por ello, solicitamos que la nueva Política Agraria Común (PAC) que apoye un modelo alimentario basado en un consumo responsable de carne procedente de ganadería extensiva y agroecológica.

Andrés Muñoz Rico es responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra.

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