Presidente, le llama Bush

Por César Alonso de los Ríos (ABC, 11/11/04):

EL arreglo de las relaciones entre España y Estados Unidos no pasa por los buenos oficios de nadie. Ni siquiera por los de José María Aznar. Es verdaderamente infantil hacer depender aquéllas de unas llamadas telefónicas. Pero éste es el nivel diplomático y periodístico en el que estamos. La única salida al aislamiento del Gobierno español pasa, en primer lugar, por que éste tenga conciencia de su situación y de las causas que le han llevado hasta este punto; en segundo lugar, por que haga una real rectificación.

Que no se engañe nadie. Fue Zapatero quien jugó a fondo la baza antiamericana en todas sus formas: desde el simbólico desprecio a Estados Unidos a través de la humillación a su bandera hasta la peor de las traiciones, como es la de abandonar al socio en el terreno bélico. Si ahora Zapatero quiere ganarse al Gobierno de EE.UU., tendrá que hacer algo más que una llamada telefónica. Y eso es algo posible. Por supuesto, no con Moratinos. Un político como Javier Solana podría ser el puente. En el caso, naturalmente, de que Zapatero tenga un verdadero propósito de enmienda.

Los obsesionados con Aznar, los mismos que le acusaron de patriotero, ahora le endosan el problema que se creó el propio Zapatero.

Pero hablemos de verdad de política exterior y patriotismo. Y del mismo modo que un partido debe defender una política social o cultural o económica, está obligado a hacer una política internacional propia, esté en el poder o en la oposición. Quiero decir que el PP debe tener y mantener su política internacional, al igual que debe hacerlo el PSOE. Y cada uno debe limpiarse su propia mierda.

EL PSOE -y los compañeros de viaje del PSOE- deberían recordar en estos momentos amargos que durante la oposición se dedicaron a romper la política internacional de Aznar. Con manifestaciones y con contactos con franceses y alemanes. Con todos los medios que pudieron. No fueron solidarios para nada ni con Aznar ni con la Patria. Cuando España llegó a tener la política internacional más brillante desde Carlos III hasta hoy los socialistas se dedicaron -con odio- a desprestigiarla. Recordemos las Azores. Para el PSOE y sus compañeros tontos el protagonismo español fue mero sevilismo al Imperio. Ésta fue la aportación patriótica de Zapatero.

AHORA, sin embargo, piden árnica al PP. Y el asesino de Aznar tiene que echarles un cable con el fascista de Bush. O ¿acaso hacer la oposición a la política exterior de Aznar no era perjudicar los intereses de España mientras sí lo es no apoyar a Zapatero? Los socialistas deberían pensar que el aislamiento en el que situaron a Aznar y su política exterior -su relación con EE.UU.- contribuyó a que alguien planeara la terrible masacre del 11 de marzo. Eso es, al menos, lo que pienso yo.

A mi entender, el PP -o sea el partido que dirige Mariano Rajoy- tiene que hacer «su» política internacional. Al margen de la socialista. O en contra de ella. Todo lo demás es cuento de tertulias periodísticas. El PP está obligado a contrarrestar el antiamericanismo y a hacer atlantismo como en tiempos de Aznar: el cinturón periférico europeo, con Gran Bretaña, Portugal, Italia, Polonia y la República Checa. ¿Y el PSOE? Tendrá que rectificar. Es problema suyo. Estamos en un sistema de partidos incluso cuando se trata de política exterior.

La Moncloa, no terceros, tendrá que hacer una rectificación tal que un día la secretaria pueda llamar por teléfono a Zapatero para decirle: «Presidente, le llama Bush».