Primera y última vez olímpica

Cuando hoy abra el famoso sobre con el nombre de la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, tendré tanta curiosidad como cualquier otro. Nadie sabe quién ganará, pero la decisión tendrá un impacto duradero en una de estas dos ciudades muy diferentes: Almaty (Kazajistán) y Pekín (China).

Sea cual sea la decisión, dará lugar a una primera vez olímpica. Almaty se convertiría en la primera sede olímpica de la región y Pekín en la primera ciudad que acoge tanto los Juegos de verano como los de invierno. Pero también será una última vez olímpica: Almaty y Pekín serán las últimas ciudades que iniciaron su candidatura antes de que el COI aprobara la Agenda Olímpica 2020, las reformas que han modificado considerablemente el proceso de selección. Los cambios dan una mayor importancia a la sostenibilidad, el legado y la transparencia, y permiten que las sedes adapten más fácilmente los Juegos a sus necesidades, en lugar de intentar encajar en un modelo.

A pesar de que el proceso de evaluación para 2022 se hallaba en una fase avanzada cuando el COI aprobó la Agenda Olímpica 2020, el pasado diciembre las reformas tuvieron algunas repercusiones inmediatas. Las dos candidatas aprovecharon la flexibilidad para mejorar sus planes para los Juegos y reducir costes.

Almaty espera dejar un legado de deportes de invierno a Kazajistán e impulsar las reformas económicas y sociales. Pekín desea acelerar el desarrollo de una nueva zona deportiva y turística y fomentar el interés por los deportes de invierno en esta región del norte de China, en la que viven más de 300 millones de personas.

Independientemente de cuál sea la elegida, los Juegos de 2022 serán bastante menos costosos que los anteriores. Los presupuestos para la inversión en villas olímpicas, instalaciones deportivas y otras infraestructuras son de 1.850 millones de dólares para Almaty y de 1.500 para Pekín.

Las dos harán gran uso de las instalaciones existentes. Almaty aprovecharía sus infraestructuras de invierno de gran calidad, como la célebre pista de patinaje Medeo, escenario de numerosos récords del mundo, mientras que Pekín reutilizaría las instalaciones de los Juegos de 2008, incluido el emblemático estadio Nido de Pájaro. Las dos han definido ya un uso posterior para las instalaciones permanentes, a fin de garantizar que las inversiones sigan generando beneficios en el futuro.

El presupuesto de operaciones de las dos candidatas es inferior a 1.800 millones, cifra que se verá compensada con la venta de entradas, patrocinios y otros ingresos. El COI contribuirá con unos 880 millones y las dos ciudades esperan encontrar un equilibrio presupuestario e, incluso, obtener beneficios.

El COI ha tomado otras medidas para simplificar la labor de las candidatas. A fin de disminuir el coste y la complejidad de las visitas de evaluación, corrió con los gastos relacionados con estas visitas. La comisión de evaluación adoptó un enfoque de colaboración y fomentó un diálogo abierto, en lugar de limitarse a evaluar y a explicar cómo se pueden organizar los Juegos de manera más sostenible y viable.

La Agenda Olímpica 2020 ha aportado más transparencia al proceso. Por primera vez, el informe de la comisión de evaluación incluye un análisis explícito de las oportunidades y riesgos de cada ciudad. Esto no solo ayudará a tomar la decisión, sino que permite orientar mejor a las ciudades. La Agenda transmite claramente el respeto del COI por la diversidad: forma parte de la magia de los Juegos y es fundamental para proteger la unidad olímpica. Y se da mayor importancia a cuestiones relacionadas con los derechos humanos y laborales, la libertad de los medios y el medio ambiente. Se han recibido garantías de no discriminación, acceso a Internet y el derecho a manifestarse durante los Juegos. Al tiempo, el COI reconoce que fuera del periodo de los Juegos debe respetar las leyes de los Estados soberanos. No es un gobierno mundial.

Tanto Almaty como Pekín son capaces de acoger unos Juegos exitosos. No puedo predecir quién ganará. Pero sí afirmar que habrá representantes de varios países que aspiran a acoger los Juegos de 2024, entre ellos Francia, Alemania, Hungría, Italia y EE UU. Así comenzará un nuevo capítulo en el que las ciudades se beneficiarán plenamente de la Agenda Olímpica 2020, con una mayor flexibilidad para ofrecer unos Juegos que respondan a sus necesidades y que sean un escenario mundial para los mejores atletas del mundo.

Por todo ello, estoy impaciente por abrir hoy el sobre olímpico.

Thomas Bach es presidente del Comité Olímpico Internacional.

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