Punto de vista: Elecciones autonómicas y municipales decisivas

Mad Max o el aire de lo fragmentado. Luis Martínez.

Nos hemos convencido de que la alternativa a que gobierne o un partido que se hace llamar liberal y que actúa como si fuese conservador, u otro que se autodenomina socialdemócrata y no pasa de liberal con problemas de conciencia, es la fragmentación. Que así dicho suena a algo muy triste. No es momento de analizar si las alternativas son más fiables, mejor vestidas o simplemente menos confusas, pero lo cierto es que nada indica que vayan a ser peores. Al fin y al cabo, y por poner un ejemplo, parece ser que Esperanza Aguirre ha acabado por ingresar diez veces más que Monedero.

Lo que se discute es la recurrente coletilla de «o bipartidismo o el averno». Y quizá es el momento de airear por enésima vez aquella genialidad de Chumy Chúmez en la portada de Hermano Lobo. «¡O nosotros o el caos!», gritaba un orador ante la muchedumbre. Los allí presentes respondían tranquilos: «¡El caos, el caos!». Y el prohombre no podía resistirse a un arranque de sinceridad: «Es igual, también somos nosotros».

Escribo estas líneas desde Cannes. Desde el mismo sitio donde hace una semana se pudo ver la cuarta entrega de Mad Max. En la película anterior, cuando el protagonista era castigado por no haber cumplido con su deber de asesinar a su rival en la arena, una especie de ruleta de la fortuna se levantaba ante él con una serie de opciones: «Muerte, trabajos forzados, perdón, destierro, decisión de Tía Ama, gira otra vez, confiscar mercancías, submundo, amputación y cadena perpetua». Digamos que la decisión estaba fragmentada y, acuérdense, la cosa acababa por funcionar. Había pocas posibilidades de salvarse, pero... Dado el lugar en el que estamos, Tía Ama no es tan mala opción.

Está demostrado que los gobiernos que exigen coaliciones por culpa del supuesto caos fragmentado son menos corruptos (se vigilan unos a otros), más reformistas (los cambios duran más) y hasta más progresistas (en la mayoría de los modelos bipartidistas acostumbra a ganar la derecha. Es así). La fragmentación es garantía de que, por pequeña que sea, alguna alternativa se escapa al imperativo de «Two men enter, one man leaves» (Dos hombres entran, uno sale), que cantaban a coro los congregados en Mad Max y que tenían que soportar estoicamente los presentes en el chiste de Chumy.

No se dejen engañar. En la antigua Grecia que no en la nueva, la voz original ‘caos’ hace mención a una hendidura y el verbo derivado se asociaba a algo que se abre. La traducción estaba más cerca de ‘aire’ que de ‘desastre’. Pues eso, que entre el aire, por Dios. Fragméntense.


¡Qué pereza ser tan ‘cool’! Emilia Landaluce.

No me gusta el Partido Popular ni el Partido Socialista. Les doy algunos argumentos:

– Mariano Rajoy me parece un sobrero de ganadería de cuarta: barcení, negro zahíno y poco bragado.

– La Soraya Sáenz de Santamaría de la foto de la niña es como un matasuegras.

– Montoro me ha quitado hasta las ganas de tener dinero.

– La explicación de Cospedal sobre el despido en diferido de Bárcenas.

– Moreno Bonilla y Arenas haciendo el ridículo en Andalucía.

– Cuando escucho a Margallo, anhelo un Estado catalán independiente.

– Los hombros de García Tejerina me producen una envidia insana.

– Rita Barberá es como Parrita con una sobredosis de caballo de cazalla.

Y tengo más bestias negras peperas. Desde Casado hasta las diputadas con hechuras de hurón que hablan sin asento inglés y francés.

Los sociatas también tienen sus cosas:

– Zapatero nos llevó a la ruina.

– Pedro Sánchez ha perdido la oportunidad de devolver al PSOE al centro.

– De Susana Díaz no sé ni qué decir. Le cantaría Mocedades. «Eeeeres tú».

– Carmona es un histrión.

– Gabilondo fue frailo antes que cocinero, como diría Mandatela Álvarez.

– Bono, prununcie: Ejcuela, Esjeje.

Y, sin embargo.

– Qué buena es Carmena.

– Ada Colau lleva muchos años luchando por los desfavorecidos.

– Rivera es muy guapo.

– ¡Hay que regenerar España!

¡Qué pesados! Sólo por ver el canto en los dientes que se van a llevar los guardianes de la ética de chau chau estoy dispuesta a defender el bipartidismo y a ir a las urnas como si cada voto (el de las municipales y el de las autonómicas) a PP o PSOE fuera un par de banderillas en Las Ventas.

Imaginen a ese cuñado bohemio del todo a zen. Seguro que hoy en la comida en casa de los suegros confiesa sin rubor alguno su voto a... Podemos o a Rivera. Es tan cool. ¿Verdad? Usted, sin embargo, permanecerá callado. Dirá que, por supuesto, apoya las tesis de Rivera e incluso que simpatiza con la coleta de Iglesias aunque secretamente como muchos caballeros, las prefiera rubias como Esperanza y Cifuentes.

Todo lo malo es susceptible de empeorar. Ya verán cuando en Valencia voten a la Punset.

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