Pregunta curiosa es la de nuestro encabezamiento de esta semana. Yendo a lo básico, sin bajar a las partículas elementales, mi cuerpo es un conjunto de células, muy distintas entre sí, con vidas y características diversas pero unidas en un proyecto común: la existencia y el funcionamiento de mi cuerpo asegurándole el mayor tiempo de vida posible, en las mejores condiciones posibles, porque con eso cada célula se asegura su propia existencia en las mejores condiciones posibles. La parte no material de mi cuerpo, el pensamiento, sentimientos, etc…hace que cuide esas células, y que, a veces, intente mejorarlas (cirugía estética, por ejemplo) o que a veces no tenga más remedio que desprenderme de algunas (vesícula, muelas…) para asegurar el mejor funcionamiento en capacidad y felicidad de la enorme mayoría del conjunto de las otras células, que son mi cuerpo. También es cierto que se puede dar, con demasiada frecuencia, que un conjunto de células renuncie a cumplir con su objetivo natural y existencial y se dediquen a destruir otras células hasta acabar con el cuerpo…y con ellas mismas. Se llama cáncer, por ejemplo. Las otras células, mayoritarias, lucharán por sobrevivir y hacer sobrevivir al cuerpo. A veces, cada vez más veces, ganan y laminan a las células destructivas, y otras no y el cuerpo muere, deja de ser. Dicho lo cual, lo insólito de todo esto, es que no hemos conocido a nadie, en una ya larga vida, que se planteara la pregunta de marras. Porque, al fin y a la postre, mi cuerpo es lo que hay y con lo que cuento para ser.
Viene esto a cuenta porque recientemente, tal vez la semana pasada, se han lanzado una serie de entrevistas televisadas dirigidas por uno de los periodistas más afamados y ensalzados de nuestro país con el título de: ¿Qué (diablos) es España? Con la verdad por delante, y tras habernos paseado intensamente por cuatro continentes, debemos reconocer que no hemos encontrado nación alguna dónde se hicieran esa pregunta. Ni se les ocurre planteárselo. Y en los países democráticos lo tienen más claro que el ampo: la nación es lo que hay, y a trabajar…Por eso, de esta circunstancia televisiva, nos parece más importante reflexionar sobre por qué surge esa insólita pregunta en nuestra vieja nación que sobre las respuestas que puedan dar ilustres personajes públicos, sin menospreciarlas, por supuesto. Es decir, ¿A qué viene esta pregunta? ¿Por qué hay dudas nada descartianas, es decir irracionales? Aportaremos sólo una consideración breve al tema. Quienes no tienen dudas de lo que es y ha sido España son, sin lugar a dudas, los que la están deconstruyendo y quieren destruirla. Saben que es una vieja nación, que es un colectivo de ciudadanos herederos de una larga lucha en común por un proyecto de vida en común a cada vez mejor. España es, para ellos, para las células cancerosas, el objetivo a laminar: el cuerpo.
Por lo que es interesante recalcar que las dudas que encierra la pregunta televisiva afectan al conjunto de ciudadanos que, en principio, como en otros países, ambicionan una Patria común de ciudadanos libres, iguales en derechos y obligaciones y solidarios. Incluso algunos sienten la necesidad de trabajar para ello. Incluso ciudadanos que creyeron que las dudas habían quedado meridianamente esclarecidas por la democracia, es decir por la votación positiva e inmensísimamente mayoritaria en pro de la Constitución Española de 1978. La situación de consternación muy probablemente se deba a que dicha Carta Magna ha sido retorcida, pervertida, salvajemente violada y rara vez aplicada en su esencia. Y la confusión entre los que creyeron votar una España y se encuentran con que les cuentan que es otra cosa antagónica puede llevar a preguntas existenciales. Pero la pregunta también pudiera ser entonces no qué es España, sino sencillamente si España es o sigue siendo o ha dejado de ser. Desde luego si creemos que la España democrática sólo puede ser un conjunto de ciudadanos libres, iguales ante la Ley, unidos en un proyecto común y solidarios, España no es. Ni se le espera, desgraciadamente. Será otra cosa.
Coda a modo estrambótico: “Lo más práctico e importante en un hombre es su concepto del universo” (Chesterton)
Por Enrique Calvet Chambon, ex europarlamentario y Presidente de ULIS.