¿"¡Que les den!"? No, por favor, que no les den

Entiendo que el hartazgo de tantísima gente ha llegado a un punto en el que cambia de dial o de canal o deja de leer cuando escuchan la palabra "Cataluña". La cosa ha llegado a tal punto que en los últimos días he escuchado pronunciar a muchísima gente templada esta frase tremenda: "¡Que les den!". Es un estado de ánimo que comprendo, no crean que no. Pero déjenme argumentarles por qué considero que desde el punto de vista democrático es completamente incorrecto dejarse llevar por ese impulso.

En primer lugar, yo ya sé que ese "que les den" va dirigido a los nacionalistas. Pero si dejamos que la actitud de pasar de lo que está ocurriendo en Cataluña se instale en nuestra conciencia y determine nuestra actitud estaremos comportándonos como los sucesivos gobiernos de España que han permitido a los nacionalistas romper las reglas democráticas y/o han ido cediendo a sus chantajes.

Ya sé que cada uno de nosotros se siente impotente ante lo que ya ha ocurrido y ante lo que aún queda por ver; pero cada uno de nosotros es un ciudadano con libre albedrío y dispone de un ámbito personal en el que lo puede ejercer: a pesar del Gobierno o para impulsar al Gobierno, y sobre todo para no convertirse en cómplice del Gobierno si éste no actúa como debe.

En segundo lugar, y esto es lo más importante, esa frase de "que les den" contribuye a dejar abandonados a los millones de catalanes no nacionalistas que llevan años soportando la presión del nacionalismo catalán. Años en los que los gobernantes nacionalistas han pisoteado los derechos de los constitucionalistas catalanes; años en los que se han incumplido las sentencias de los tribunales y los "malos catalanes" ( los que Puigdemont califica así por no ser nacionalistas) han tenido que soportar la muerte civil en su propia tierra; años en los que una violencia no física -pero no por eso menos dura y execrable- ha marcado a fuego a quien no estaba dispuesto a homologarse con el nacionalismo.

Si decimos "que les den", lo que hacemos es contribuir a que les den más privilegios a los nacioanalistas, a que los golpistas se salgan con la suya, a que les premien por haberse comportado como unos delincuentes. Vamos, a que salga rentable ser unos delincuentes.

No, que no les den. Sé bien de lo que hablo. En los años de plomo en Euskadi muchos ciudadanos españoles de cualquier lugar de nuestro país, gentes de bien, me solían decir: "que les den". Y al pronunciar esa frase pensaban en los nacionalistas vascos y pensaban en ETA. Yo siempre les decía:"No. Con esa actitud lo que se haces es abandonarnos a nosotros, a los vascos no nacionalistas, a los vascos víctimas políticas del nacionalismo y víctimas del terrorismo". Ahora, queridos compatriotas, os digo lo mismo.

No, que no les den; que la democracia no ceda al chantaje. No, que no les den; que no concedan más privilegios a los nacionalistas. No, que no les den; que no tenga premio ser golpista. No, que no les den. Que, por fin, defender la igualdad entre ciudadanos sea rentable en España. No, que no les den; que ser valiente en Cataluña "no salga tan caro"; que ser cobarde en Cataluña "no valga la pena".

No, que no les den. Por favor, no abandonemos a la gente de bien de Cataluña, que son la mayoría, y que siguen viviendo allí, que se resisten a ser expulsados de su tierra por una minoría de golpistas que han ocupado las instituciones.

No, que no les den. Si estás de acuerdo, firma la petición de Jaime de Berenguer "No más cesiones a los nacionalistas. Sí a la igualdad de todos los españoles" en la plataforma Change.org. Y, por favor, no vuelvas a decir "¡que les den!".

Rosa Díez es cofundadora de UPyD.

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