¿Quién teme la globalización en la UE?

Por Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, siendo sus áreas de interés la política fiscal, el crecimiento económico y la globalización, sobre los que ha publicado artículos en revistas de investigación españolas y extranjeras; y Ferrán Martínez i Coma, licenciado en Ciencia Política y de la Administración por Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, doctor en Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Ciencias Sociales por el Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales del Instituto Juan March (REAL INSTITUTO ELCANO, 19/09/06):

Tema: La globalización se ha convertido en fenómeno controvertido que levanta muchas suspicacias. En base al Eurobarómetro realizado por la Comisión Europea a finales de 2003, en este trabajo respondemos a la pregunta de quienes y por qué temen a la globalización.

Resumen: La percepción de la globalización como una amenaza al empleo, o como una oportunidad, es la que explica la actitud de los individuos ante la globalización. Los trabajadores manuales son los que en mayor medida se oponen a este proceso, seguidos de los empleados. Por edades, además, las personas en edad de trabajar son las que más reticencias muestran a este proceso. Es interesante observar que retirarse del mercado laboral incrementa el apoyo a la globalización. En suma, la inseguridad en el trabajo está en base de las reticencias hacia la globalización. Otros factores sociales –como el género, área de residencia o factores idiosincrásicos– o de índole política –como la percepción de las consecuencias de la globalización sobre los servicios públicos o de los beneficios que reporta a las multinacionales y a EEUU– juegan un papel muy limitado. Al delimitar las causas que están en la base de las reticencias de un sector de la población hacia la globalización a los aspectos laborales es más fácil saber como incrementar el apoyo a este proceso.

Análisis

Introducción

“La globalización se ha convertido en un fenómeno que está condenado a una interminable controversia, blanco principal de pasiones siempre hostiles y en algunas ocasiones violentas protestas”. Así comienza Jagdish Bhagwati el primer capítulo –“Actitud antiglobalización: ¿por qué?”– de su libro titulado “En defensa de la globalización” (Oxford University Press, Nueva York, 2004). La globalización tiene efectos económicos positivos agregados, pero la distribución de estos beneficios genera ganadores y perdedores. De ahí que este proceso despierte recelos entre los que piensen que pueden salir perjudicados y apoyos entre los que vislumbran que serán beneficiarios. Las consecuencias individuales no son las únicas que contribuyen a formar una opinión sobre la globalización. Otros factores de índole social o demográfica también influyen en el apoyo a este proceso.

En este análisis pretendemos evaluar que aspectos se encuentran sobre la base del temor que genera la globalización en la UE y la relativa importancia de cada uno de ellos. Para realizar este análisis utilizamos el Eurobarométro Flash 151b realizado por Gallup-Europa para la Comisión Europea. Después de definir la globalización como la apertura de todas las economías y la creación de un mercado mundial realmente integrado, la encuesta pregunta a los ciudadanos europeos: “¿Está usted totalmente a favor, más bien a favor, más bien en contra o totalmente en contra del proceso de globalización?”. Nuestro análisis de la globalización dejará de lado, por lo tanto, sus implicaciones sobre la inmigración, centrándose exclusivamente en los aspectos económicos.

Determinantes del apoyo a la globalización

En nuestro estudio utilizaremos las variables señaladas por la literatura sobre política económica como relevantes en el apoyo a la globalización. Los individuos evalúan la globalización en función de cómo creen que le va a afectar. Las preferencias individuales sobre la política comercial dependen críticamente de la movilidad intersectorial de los trabajadores. Cuando los trabajadores no pueden cambiar fácilmente de sector, como en el contexto del modelo de Ricardo-Viner, sus preferencias sobre la política de integración económica dependerán del sector en el que estén empleados. Los trabajadores de sectores con ventajas comparativas relativas apoyarán el comercio libre puesto que esta medida redundará en un incremento en las exportaciones y salarios del sector en el que están especializados. Por el contrario, los trabajadores de los sectores con desventajas comparativas se opondrán a la apertura, por cuanto sus sectores se verán afectados por un incremento de importaciones del exterior que redundarán en una reducción de sus salarios y del empleo.

Si por el contrario, los factores se pueden mover libremente entre los sectores, como ocurre en el caso del modelo Heckscher-Ohlin, entonces la habilidad de los trabajadores será la variable fundamental en el apoyo a la globalización. En este modelo la integración económica incrementa la rentabilidad de los factores de producción que son abundantes en términos relativos en una región determinada, mientras que los reduce para los factores que son relativamente escasos. En consecuencia, los factores de producción abundantes estarán a favor del libre comercio y los que sean escasos en contra. Dado que la UE es un área con mayor dotación de capital humano en relación al resto del mundo, la globalización inducirá a un incremento en la demanda relativa de trabajadores de alta cualificación incrementado sus salarios. Por tanto los trabajadores europeos con alta cualificación estarán a favor de la globalización, mientras que los de baja cualificación estarán en contra. El tipo de formación también puede ser importante en la actitud hacia la globalización. Los trabajadores con formación específica tienen más que temer que los que tienen una formación general si pierden su trabajo, pues los primeros pueden tener que cambiarse a sectores que precisan de una formación muy diferente a la que tienen.

No obstante, los intereses individuales no explican completamente el apoyo a la globalización. Las consideraciones relativas a aspectos ideológicos y sociodemográficos también pueden jugar un papel relevante. Así, algunos análisis sugieren que los electores tuvieron en gran medida en cuenta la repercusión de la apertura económica sobre el mantenimiento del Estado de Bienestar en el referéndum de la adhesión de Suecia a la UE. Diversos estudios también muestran que las mujeres tienen opiniones más proteccionistas que los hombres, lo que se puede deber a que el mercado laboral está segmentado de modo que las mujeres afrontan mayores riesgos provenientes de la apertura comercial. Aspectos sociales pueden, finalmente, contribuir a que el apoyo a la globalización en áreas rurales sea menor que en el resto de zonas.

La encuesta del Eurobarómetro Flash 151b

La Comisión Europea ha venido haciendo encuestas desde 1973 conocidas como Eurobarómetro. La que se analizará aquí se realizó entre el 8 y el 16 de octubre de 2003 entre los 15 Estados miembros que, por entonces, formaban parte de la UE. El Eurobarómetro Flash 151b está compuesto de una muestra de 7.515 individuos de la EU-15 que fueron entrevistados telefónicamente. El numero de entrevistados por país es muy similar: Portugal es el país con menos, 403, y Grecia el que más, 491. En la encuesta se pregunta: “Esta usted personalmente totalmente a favor del desarrollo del proceso de globalización, más bien a favor, más bien en contra o totalmente en contra”. Esta será la medida del apoyo a la globalización a usar en este capitulo.

Una mayoría de europeos está a favor de la globalización: el 14.5% está totalmente a favor, el 47.9% más bien a favor, el 20.4% más bien en contra, el 8.0% totalmente en contra y el 9.2% no sabe o no contesta. La variable de apoyo a la globalización se ha codificado de modo que el que está totalmente a favor recibe un 4, el que esta más bien a favor un 3, el que esta más bien en contra un 2 y el que está totalmente en contra un 1. Se ha excluido del análisis a los que no saben o no contestan. La Tabla 1 ofrece un resumen del apoyo a la globalización por países y para el total de la UE. La media para la UE es de 2,76, indicando que los ciudadanos de la UE se inclinan a favor de la globalización. Los ciudadanos de Irlanda, Luxemburgo, los Países Bajos y Portugal apoyan de una forma significativamente mayor la globalización que la media de los ciudadanos comunitarios. Por el contrario Grecia, España, Francia y Austria tienen reticencias significativamente mayores sobre este proceso. Además, la dispersión en la opinión sobre la globalización en Alemania y Finlandia es significativamente menor que en la UE, justo lo contrario de lo que ocurre con Grecia, Suecia y el Reino Unido. Una posición más homogénea puede ser importante para lograr un consenso sobre el grado de integración económica de un país.

Tabla 1. Apoyo a la globalización entre los países de la UE
País

Media

Desviación típica

Nº obs.

Media

2,76

0,82

6824

Bélgica

2,72

0,83

450

Dinamarca

2,79

0,81

436

Alemania

2,78

0,71***

487

Grecia

2,40***

0,94***

491

España

2,67**

0,86

404

Francia

2,65***

0,80

481

Irlanda

2,92***

0,79

465

Italia

2,79

0,80

481

Luxemburgo

2,83*

0,78

476

Países Bajos

3,00***

0,78*

475

Austria

2,50***

0,81

456

Portugal

3,00***

0,77*

403

Finlandia

2,79

0,68***

465

Suecia

2,82

0,87*

424

Reino Unido

2,77

0,90**

430

(*), (**) y (***): la hipótesis nula de igualdad de la media y desviación típica del país con respecto a la UE se rechaza al 10%, 5% y 1% de nivel de significación.

Las variables que se tendrán en cuenta para analizar los determinantes del apoyo a la globalización se basan en la disponibilidad de información de los entrevistados en el Eurobarométro. Algunas de estas variables son de tipo sociodemográfico: hombre (HOMBRE, dummy que toma el valor 1 si es hombre y 0 si es mujer), edad (EDAD, de 15 a 93) o área donde el entrevistado vive (METROPOLITANA, URBANA o RURAL), ocupación actual (AUTÓNOMO, EMPLEADO, TRABAJADOR MANUAL o NO ACTIVO –que incluye desempleado–), y nivel educativo (EDUCACIÓN, expresado como la edad a la que el entrevistado terminó su formación).

Se incluirán dos variables que reflejan como cree el entrevistado que la globalización le afectará personalmente. La primera de ellas es la percepción del individuo sobre las ventajas que una intensificación del proceso de globalización tendrá para él y su familia (VENTAJA). Esta variable se codifica de modo que un 3 indica que el individuo piensa que la globalización tendrá ventajas, 2 si cree que no tendrá ningún efecto y 1 si cree que será negativo. Se tendrá en cuenta, asimismo, si el individuo ve la globalización como una oportunidad o como una amenaza al empleo y las empresas domésticas (OPORTUNIDAD). La variable se codifica de modo que un 2 significa que el individuo ve la globalización como una oportunidad y un 1 que la ve como una amenaza. Un 41,2% de los europeos ve la globalización como una amenaza al empleo y a las compañías nacionales, mientras que un 58,8% la ve como una buena oportunidad para la creación de empleo y para la economía en general.

También se incorporarán como determinantes la opinión sobre aspectos relativos a las repercusiones económicas más generales de la globalización. La inclusión de estas variables se basa en el supuesto de que la globalización es multidimensional, de modo que los ciudadanos piensan que algunos aspectos son positivos y otros negativos. De hecho, una mayoría de europeos (56.3%) sostiene que la globalización perjudica a las empresas medianas y pequeñas, pero a la vez una mayoría (69.6%) mantiene que beneficia a los consumidores. Así, la decisión final de un individuo sobre su apoyo a la globalización es el resultado de un análisis sobre los aspectos positivos y negativos de este proceso, en el que cada aspecto puede influir en mayor o menor medida. Se considerarán, así, las percepciones sobre si la globalización tendrá un impacto positivo sobre: el crecimiento económico (CRECIMIENTO), el progreso científico y tecnológico (CIENTIFICO) y la calidad de los servicios públicos (SERVICIOS PUBLICOS). Éstas variables se han codificado de modo que un 3 indica que creen que el efecto será mas bien positivo, 2 que no tendrá ningún efecto y 1 que será más bien negativo. Finalmente, se ha incluido la pregunta sobre quiénes se benefician de la globalización: consumidores (CONSUMIDORES), mercados financieros (FINANCIEROS), Unión Europea, EEUU, multinacionales (MULTINACIONALES), pequeñas y medianas empresas (PYME), países en vías de desarrollo (VIAS DESARROLLO) y agricultores (AGRICULTORES), donde 4 significa que son beneficiarios, 3 que son más bien beneficiarios, 2 que más bien no se benefician y 1 que no se benefician en nada.

¿Quiénes apoyan la globalización en la UE?

En la Tabla 2 se presentan los resultados de la estimación por probit ordenado de los determinantes del apoyo a la globalización. Este método de estimación tiene en cuenta que la distancia entre estar totalmente a favor de la globalización y estar más bien a favor puede no ser la misma que entre estar más bien a favor y estar más bien en contra. En la primera estimación de la Tabla 2 se considera únicamente los aspectos sociodemográficos. Encontramos que la variable hombre resulta no ser significativa, indicando que el apoyo a la globalización en la UE no es diferente entre sexos. La edad afecta negativamente a la probabilidad de estar a favor de la globalización, mientras que la edad al cuadrado tiene un impacto positivo. Es decir se encuentra una relación en forma de U entre edad y apoyo a la globalización. De hecho, la edad comienza de nuevo a afectar positivamente a la probabilidad de apoyar la globalización con 48 años. En la base de este resultado se puede encontrar que son las personas no activas las que más a favor están de la globalización mientras que los que están en edad de trabajar son los que menos. Parece, por tanto, que los problemas relacionados con el mercado laboral están detrás del rechazo de algunos individuos a la globalización.

Los años de formación no afectan al apoyo a la globalización mientras que ser trabajador manual incrementa las reticencias hacia la globalización. Esta evidencia está acorde con el modelo HO, sugiriendo que la cualificación de los trabajadores es más importante para determinar sus actitudes hacia la globalización que el sector al que pertenecen. En efecto, si la rama de actividad fuera más relevante, entonces ser trabajador manual no debería ser significativo como determinante del apoyo a la globalización. En contra de lo esperado, se halla que los individuos que viven en zonas rurales tienen más probabilidad de estar en el grupo de los que apoyan la globalización.

Tabla 2. Determinantes del apoyo a la globalización (probit ordenado)
Variable

Model 1

Model 2

Model 3

Hombre

-0,0050

(-0,19)

-0,0063

(-0,19)

0,0021

(0,06)

Edad

 -0,0191***

(-4,20)

-0,0028

(-0,46)

-0,0032

(-0,51)

Edad al cuadrado

0,0002***

(4,05)

0,0001

(0,89)

0,0001

(0,91)

Educación

0,0199

(0,99)

0,0085

(0,33)

-0,0068

(-0,25)

Empleado

-0,0756

(-1,51)

-0,1241**

(-2,06)

-0,1373**

(-2,21)

Trabajador manual

-01090*

(-1,84)

-0,1551**

(-2,16)

-0,1744**

(-2,36)

No activo

-0,04536

(-1,02)

-0,0659

(-1,01)

-0,0888

(-1,33)

Área urbana

0,0314

(0,96)

0,0150

(0,37)

-0,0672

(-1,24)

Área rural

0,0673**

(1,96)

0,0043

(0,10)

-0,0220

(-0,39)

Ventaja

0,2670***

(10,86)

0,2652***

(10,59)

Oportunidad

0,5024***

(10,61)

0,5044***

(10,21)

Crecimiento

0,0313

(1,32)

0,0443*

(1,84)

Científico

0,1065***

(3,65)

0,1055***

(3,54)

Servicios públicos

0,0979***

(5,07)

0,1083***

(5,32)

Empleo

-0,0066

(-0,32)

0,0028

(0,13)

Consumidores

0,2253***

(9,28)

0,2205***

(8,56)

Financieros

0,0010

(0,37)

-0,0018

(-0,07)

Unión Europea

0,1212***

(4,65)

0,1299***

(4,82)

EEUU

-0,0767***

(-3,57)

-0,0627***

(-2,81)

Multinacionales

-0,0834***

(-2,86)

-0,0808***

(-2,71)

PYME

0,1335***

(5,60)

0,1234***

(4,96)

Vías desarrollo

0,1444***

(7,78)

0,1524***

(7,93)

Agricultores

0,0458**

(2,09)

0,0498***

(2,17)

H0: Dummies de país

c2(14) 22,97*

H0: Dummies regionales

c2 (157) 309,63***

# Obs.

6.778

4.807

4.807

t-ratio robusto a heterocedasticidad entre paréntesis.
(*), (**) y (***): significativo al 10%, 5% y 1%, respectivamente.

En la segunda estimación se introducen las variables que recogen los diferentes aspectos de la globalización. Edad y área donde vive el individuo pierden su significatividad cuando se incluyen estas variables. Es decir, que estas dos variables afectan al apoyo a la globalización de modo indirecto: influyen en la percepción del individuo sobre las ventajas y en su opinión sobre las múltiples dimensiones de la globalización, que, a su vez, repercuten en el apoyo a la integración económica. Se confirma que los trabajadores manuales, junto a los empleados, son los que tienen menos probabilidad de alentar la globalización. Es decir que los autónomos y los no activos son los grupos que más apoyan la integración de los mercados. En cuanto a las demás variables se halla que, como se esperaba, la percepción de que la intensificación del proceso de globalización es favorable a los intereses del individuo incrementa significativamente la probabilidad de apoyar la globalización. La consideración de este proceso como una oportunidad o una amenaza al empleo también influye significativamente en la determinación del apoyo a este proceso. Pero consideraciones distintas a las de los intereses individuales también repercuten en el apoyo a la globalización. La opinión sobre el efecto de la integración económica sobre los servicios públicos se asocia positivamente con las preferencias por la globalización. Esta variable puede estar captando algunos factores ideológicos, pues indica que los individuos que crean que la globalización reduce la calidad de los servicios públicos se opondrán a este proceso. Asimismo, la percepción de que la globalización beneficia al progreso técnico y científico, a los consumidores, a la UE, a las PYMEs, a los países en vías de desarrollo y a los agricultores incrementa la probabilidad de estar entre el grupo que está totalmente a favor de la integración de los mercados. Por el contrario, la circunstancia de considerar que la globalización beneficia a las multinacionales o a EEUU reduce la probabilidad de apoyar la integración económica, incluso después de controlar por los intereses individuales. Este resultado confirma la observación de Bhagwati (2004) de que el movimiento anti-globalización en parte está basado en nociones anti-corporaciones. No se encuentra ningún efecto significativo de las opiniones sobre el impacto de la globalización en el crecimiento económico y mercados financieros sobre la probabilidad de estar totalmente a favor de la globalización.

En la tercera estimación se incluyen efectos idiosincrásicos de país y región que reflejan las preferencias y factores institucionales e históricos compartidos por los individuos de un mismo país o región. De este modo, se incluyen 14 dummies de país, todos con la excepción del primer país –que es Bélgica– y 157 de región –todas menos la primera de cada país para evitar la multicolinealidad perfecta–. La regresión 3 de la Tabla 2 confirma que las dummies de región son conjuntamente significativas al 5%. Por el contrario, tan solo 2 de las 14 dummies de país son significativas, Austria (-1,0374) y Portugal (0,9164), y conjuntamente son significativas únicamente al 10%. En consecuencia, las preferencias y factores institucionales compartidos por los individuos en el ámbito regional resultan ser más significativas en las actitudes hacia la globalización que los del ámbito de país. Los coeficientes encontrados para el resto de variables son muy similares a los de la segunda estimación, indicando que los resultados son robustos a diferentes especificaciones.

La importancia relativa de factores sociodemográficos y económicos en el apoyo a la globalización

A continuación se analiza la relevancia de cada uno de los aspectos analizados en la decisión final sobre el apoyo a la globalización. Para ello se realizará un análisis ANOVA, cuyos resultados se muestran en la Tabla 3. Pues bien, de esta Tabla se desprende que la percepción de los efectos económicos de la globalización sobre el entrevistado tiene una influencia decisiva en el apoyo final a la integración económica (55,0%). En particular, la sensación de que la globalización supone una amenaza para el empleo explica un 44,8% de la variación en las actitudes hacia la globalización. Los aspectos sociodemográficos, por el contrario, tienen una importancia mucho más limitada (6,5%). La edad es el factor más relevante de estos aspectos. En el apartado anterior se observó, además, que las personas en edad de trabajar se oponían en mayor medida a la globalización que aquellos jubilados o en edad de estudiar. Es decir, que esta variable parece también reflejar aspectos relacionados con la condición laboral. La percepción sobre las consecuencias económicas más generales de la globalización influye en un 30,3% en la decisión final sobre el apoyo o rechazo hacia la integración de los mercados. Entre los factores explicativos destaca la consideración de los beneficios de la globalización sobre los consumidores. Las consecuencias de la globalización sobre la calidad de los servicios públicos también parecen incidir en la opinión general sobre este proceso. Finalmente, los efectos idiosincrásicos de país y de región explican un 8,2% de la varianza.

Tabla 3. Importancia relativa de cada factor en la explicación del apoyo a la globalización
Variable

 

Variable

Explican (%)

Factores individuales sociológicos

6,5

Género

0,0

Edad

5,3

Ocupación

0,2

Educación

0,6

Área

0,4

Factores individuales económicos

55,0

Ventaja

10,2

Oportunidad

44,8

Factores colectivos económicos

30,3

Crecimiento

6,0

Científico

2,8

Servicios públicos

4,7

Empleo

0,4

Consumidores

7,8

Financieros

0,1

Unión Europea

1,0

Estados Unidos

1,5

Multinacionales

0,6

PYMES

2,8

Vías de desarrollo

2,4

Agricultores

0,2

Factores idiosincrásicos de país o región

8,2

Factores de país

2,9

Factores regionales

5,3

Total

100,0

Total

100,0

Conclusiones: La percepción de la globalización como una amenaza al empleo, o como una oportunidad, es la que explica la actitud de los individuos ante la globalización. Los trabajadores manuales son los que en mayor medida se oponen a este proceso, seguidos de los empleados. Por edades, además, las personas en edad de trabajar son las que más reticencias muestran a este proceso. Es interesante observar que retirarse del mercado laboral incrementa el apoyo a la globalización. En suma, la inseguridad en el trabajo está en la base de las reticencias hacia la globalización. Otros factores sociales –como el género, área de residencia o factores idiosincrásicos– o de índole política –como la percepción de las consecuencias de la globalización sobre los servicios públicos o de los beneficios que reporta a las multinacionales y a EEUU– juegan un papel muy limitado. Esta conclusión es una buena noticia para los que apoyan la globalización. Al delimitar las causas que están en la base de las reticencias de un sector de la población hacia la globalización a los aspectos laborales es más fácil saber como incrementar el apoyo a este proceso. El mantenimiento de un sistema de bienestar social, en particular de los subsidios de desempleo, que compense a los trabajadores de la inseguridad en el trabajo que genera la globalización reducirá las suspicacias que suscita este proceso económico. También una formación continúa y general que aumente la posibilidad de cambiar de rama de actividad en caso de deslocalizaciones y competencia exterior de las personas activas en el mercado de trabajo limitaría también la sensación de inseguridad económica.