Recuperar la ilusión

El presidente del Gobierno de España más breve de nuestra democracia convocó por fin elecciones. Lo hizo, sin duda, obligado por las circunstancias, obligado por una demostración de fuerza que los partidos constitucionalistas conseguimos hacer en unos pocos días como contestación a la traición del presidente, como contestación a la entrega de las llaves de España, de nuestra democracia, de nuestro orgullo, a los independentistas aceptando la figura del relator y quedando claro que aquello que denunciamos durante muchos meses, tras la foto de Pedralbes, era tal cual y había una serie de 21 puntos de negociación entre Sánchez y los independentistas de los que no se había informado.

Y tras esa traición, España reaccionó. Fuimos varios cientos de miles los que vinimos a Colón desde todas las partes de España para dejar muy claro nuestro orgullo de ser españoles, y nuestra repulsa a esa negociación que no solo secuestra nuestra esencia como país, si no que avergüenza a millones de españoles.

Fuimos muchos los que estuvimos y muchos los que hubieran querido estar porque somos millones los españoles los que queremos recuperar la dignidad de unas instituciones y de un gobierno que la ha perdido a la velocidad del Falcon 900B que tanto le gusta a Sánchez. Una dignidad que se ha ido dejando por el camino el Gobierno cuando no aprovechó el Brexit para recuperar Gibraltar, cuando se rindió a Podemos avalando el régimen de Maduro, cuando fracasó con unos presupuestos falsos y mentirosos, o cuando asaltó los medios públicos sin sonrojarse. Somos muchos los que queremos recuperar la dignidad de un país al que respetaban en Europa y no enmendaban los presupuestos, que creaba empleo y no lo destruía, que crecía por encima de las previsiones y no reducía las mismas cada mes.

Los españoles quieren recuperar la dignidad y quieren recuperar la ilusión. Y la ilusión tiene el nombre de Pablo Casado. La ilusión es un nuevo Partido Popular con la experiencia acumulada y con la seguridad de quien sabe que tiene el mejor proyecto para España, con la certeza de quien sabe lo que necesita nuestro país, como es bajar los impuestos o la aplicación inmediata del 155 en Cataluña.

Recuperar la ilusión es escuchar a Pablo Casado, es comprobar cómo desde la templanza y la firmeza se pueden defender los argumentos, esos argumentos que al Partido Popular lo hicieron siempre el partido mayoritario del centro-derecha.

Casi siempre lo nuevo no es sinónimo de lo bueno. Abrazarse a una bandera o a la indefinición no articula un proyecto de país que es mucho más que eso. Nosotros queremos una España fuerte dentro de una Europa fuerte. Queremos unas comunidades autónomas fuertes que articulen un país unido. Con los valores de siempre, pero con el ímpetu y el talento de Pablo Casado. Un proyecto que es el que más se le parece a España, un proyecto que cree en España, que no va a permitir que se trocee o que se indulte a los golpistas.

Han sido más de ocho meses de un gobierno desastroso, con dimisiones de ministros, con otros que tuvieron que dimitir y no lo hicieron, con actitudes mirando siempre al pasado en lugar de al futuro, y con mucha demagogia y fuegos de artificio.

Frente a eso vamos a recuperar la ilusión y la dignidad de nuestro país. Los españoles tenemos que pensar que España nos necesita, necesita que seamos valientes y defendamos esos emblemas que nos representan a todos, que defendamos aquella Constitución que hace más de 40 años nos dimos en una transición ejemplar.

Ahora que otros quieren reescribir la historia, nosotros, con Pablo Casado al frente, vamos a recuperar la ilusión de un país. Vamos a recuperar la dignidad de todos.

Víctor Piriz Maya es diputado por Badajoz y portavoz de presupuestos del Grupo Popular.

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