Reencuentro: ¿Con quién? ¿Para qué?

La semana que acabó, en su domingo, nos trajo una vez más el dislate de la “Diada”, con un “curioso” deseo del Doctor Sánchez. Ello invita a unas sucintas reflexiones.

Ha quedado ya totalmente evidente que la Diada ha evolucionado hacia un acto de activismo secesionista, intimidatorio, con violencia de baja intensidad (como pegarle a una trabajadora de TVE) y absolutamente contrario al bien común. Basado, como siempre, en la ya larga intoxicación y manipulación informativa y educativa, en la complicidad y financiación de las Instituciones y en el envalentonamiento por la “debilidad regional” del Estado de Derecho. Podemos, por lo tanto, observar cómo se siguen cometiendo dos errores básicos. El primero es confundir la libertad de expresión y pensamiento con una supuesta libertad de actuar intensa e ilegalmente contra el bien común por parte de servidores del Estado que han tenido que prometer o jurar acatamiento a la Constitución vigente. ¡Ilegalmente, pero impunemente, por supuesto, que con las cosas de poltrona no se juega! Y el segundo es no querer comprender y analizar elpor qué el separatismo hispano catalán que tradicionalmente podía suponer entre un 10 y un 15% se ha disparado en un par de lustros hasta el cuarenta y mucho por ciento. Si no se evalúan bien los factores que han llevado a esto en los últimos años, como la deseducación, la mentira, el manejo de los medios, la desaparicióndel Estado, el racismo impune y militante, la lenidad de los Gobiernos nacionales y la dilución de una parteimportante del Estado de Derecho y el consiguiente deterioro de las condiciones democráticas, no se solucionará el problema, que es un problema de democracia español (y europeo) y para nada un problema catalán o entre catalanes.

Pero podemos observar como en esta Diada los errores se agigantan. Ahora resulta que la celebración de esta Diada ha sido fetén porque se han dividido entre separatistas buenos y separatistas malos. (A los primeros les indultamos). Y el Gobierno se frota las manos porque ello asegura que volvemos a los tiempos del ex honorable Jordi Pujol, en que yo acepto que “lo volverás a hacer”, pero más tarde, que te daré tiempo para seguir deteriorando el Estado de Derecho y machacando la convivencia y los derechos civiles de los españoles y a cambio, tú me das tus votos. El panorama de los últimos 26 años (al menos) que nos ha traído hasta aquí. Y, sin embargo, deberíamos haber aprendido que no hay separatista bueno.

Para dejar claro el sindiós en el que nos han metido los felones y los politicastros llega el mensaje de nuestro Presidente de Gobierno en el que felicita a la región por su día regional (nada que objetar, elemental protocolo) y añade que seguirá trabajando para el reencuentro… ¿El reencuentro entre quienes?

¿Qué reencuentro? Antes de que nos conteste, y por si acaso, permítanos que le recordemos que no tenemos ni pizca de ganas de reencontrarnos con golpistas, con racistas, con supremacistas, con totalitarios, con los incumplidores de las sentencias del Supremo, con los malversadores, con secesionistas ensoñados, con quemadores de contenedores, con cortadores de la Meridiana, con los espías lingüísticos de los patios de colegio, con los “lo volverán a hacer”, etc…etc… Es más, le debemos informar que le pagamos, los españoles, precisamente para que nos proteja de esos indeseables y nos evite reencontrarlos en nuestro camino democrático. Esos, que se reencuentren con su distinguida progenitora…

Coda a modo estrambótico: “No se supo nada más de la gacela que fue a negociar con el león” (Proverbio Masai).

Por Enrique Calvet Chambon, ex europarlamentario y Presidente de ULIS.

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