Respaldo entre monarquías

La crisis de Estado que ha vivido Jordania ha provocado una serie de reacciones de apoyo y solidaridad muy apreciables, debido al valor estratégico para el equilibrio de Oriente Próximo de este pequeño país, de apenas diez millones de habitantes. Destaca la primera y más contundente declaración de respaldo al Rey Abdallah II por parte de Mohamed VI de Marruecos. Una llamada telefónica personal para expresar su plena solidaridad y apoyo total a las decisiones tomadas por el Monarca jordano para garantizar la seguridad del país, tras las detenciones practicadas para evitar un intento de golpe de Estado. La iniciativa, tan directa y personal del Monarca alauí, revela hasta qué punto las monarquías son conscientes de la necesidad de respaldarse en un momento delicado, donde los expertos en conspiraciones utilizan herramientas tan popularmente poderosas como las redes sociales, las noticias falsas y todo tipo de injerencias, con tal de favorecer oscuros intereses cercanos al populismo, el nacionalismo o el separatismo para debilitar a los países y a sus cúpulas dirigentes, en este caso monarquías parlamentarias, entre ellas, la española, que ha recibido la hospitalidad de Emiratos Árabes Unidos al Rey Juan Carlos I. Los ataques republicanos contra la Corona española desde la vicepresidencia segunda del Gobierno por parte del líder de Podemos, Pablo Iglesias, centran una estrategia de demolición de la Constitución del 78 que se incrementa con la celebración del 14 de abril, con mucho ruido y alharacas en redes sociales y los medios públicos que controlan, ante la pasividad del presidente del Gobierno, que simplemente se limita a respaldar al Jefe del Estado, pero mantiene una coalición insostenible también por los desacuerdos en materia económica, laboral, fiscal y de pensiones o en las políticas hacia la mujer.

Respaldo entre monarquíasLa evolución de la monarquía en Marruecos, con una reforma constitucional en 2011 que cedía diversos poderes al Gobierno, ha consolidado un camino de mejora democrática que tiene como desafío actual el cambio de modelo económico para afrontar el gran problema de la desigualdad.

Desde el norte de África llegó la primera llamada de apoyo al Rey jordano, e inmediatamente después se produjeron las de las monarquías del Golfo, con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos a la cabeza, con comunicados de apoyo a todas las decisiones y medidas del Monarca hachemita para proteger la seguridad y la estabilidad de Jordania y preservar sus logros.

En estos momentos de un trascendental giro geoestratégico en Oriente Próximo tras los Acuerdos de Abraham con el entendimiento entre países árabes del Golfo, como Emiratos Árabes Unidos y Bahréin con Israel, y con la posibilidad de recobrar las negociaciones sobre el acuerdo nuclear de Irán, cualquier opción que pueda favorecer los intereses de los islamistas radicales es una amenaza global para toda la región. En el caso de Jordania y Marruecos, comparten diversos intereses y respaldos mutuos, como el que expresó, a primeros del mes de marzo, el ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman al-Safadi, durante la inauguración en El Aaiún de su Consulado General, al asegurar que la nación jordana ha estado y seguirá estando siempre al lado de Marruecos en la cuestión del Sáhara Occidental, y que la representación consular jordana demuestra que estamos trabajando de acuerdo con las resoluciones de legalidad internacional y la iniciativa de autonomía para el Sáhara presentada por Marruecos. Además de estos asuntos estratégicos para cada país, el apoyo entre las monarquías se expresa habitualmente en las relaciones políticas, económicas, comerciales, sociales y culturales con el objetivo de garantizar la estabilidad en una situación tan grave como la creada por la pandemia del coronavirus y la crisis económica y de empleo que está provocando en todo el mundo. Jordania, además, recibió el apoyo claro y contundente de otros soberanos, como el español y varios europeos, y de países republicanos tan importantes como Estados Unidos, Francia, Alemania e Italia, entre otros. La respuesta de China y Rusia se mantuvo en un perfil más bien bajo.

Los problemas internos creados por la sucesión al trono de Abdallah II tras las críticas y movimientos del príncipe Hamzah bin Hussein, que han llegado mucho más allá de lo permisible por sus contactos y su vídeo contra el Rey Abdallah, eran un buen caldo de cultivo para quienes tienen especial interés en desestabilizar la región. La situación en Jordania siempre ha estado pendiente de los acuerdos con las tribus y la Corona hachemita, y condicionada en cierta medida por los más de dos millones de refugiados palestinos que viven en este país desde hace muchos años. Encima de la mesa de negociación, Israel ha propuesto desde hace tiempo que Jordania se convirtiera en Palestina y salvar así el obstáculo más complicado de aceptar la existencia de un estado palestino, pero fuera de sus fronteras y dando pábulo a las ambiciones territoriales israelíes en Gaza y Cisjordania. Y arbitrando una solución para el ‘status’ de Jerusalén.

En los últimos años, la llegada de más de un millón de refugiados sirios ha complicado la situación económica del país, con unos recursos limitados para poder afrontar el desafío de atender a más de un millón de personas procedentes de otro país. Es una situación parecida a la sufrida por Líbano, cuya economía y estabilidad se han visto dañadas por unos flujos de refugiados muy abundantes sin tener un incremento de ingresos y de recursos para atender a sus necesidades. El rompecabezas político libanés ha soportado los diferentes embates de los radicales, encabezados por Hizbollah, que defiende los intereses iraníes en la zona, incluida Siria y sus bases militares.

La crisis en Jordania es un aviso a tener muy en cuenta por la comunidad internacional, para facilitar a la Monarquía hachemí la ayuda que necesita para superar los efectos de la grave crisis económica y evitar conspiraciones políticas con perversas intenciones para Jordania y para toda la región de Oriente Próximo, que experimenta un progreso y una modernización notables por los planes en innovación, investigación y digitalización en Emiratos y en Arabia Saudí, con cambios progresivos, relativos al papel de la mujer, entre otros. El papel que cumplen las monarquías parlamentarias en muchos países del mundo, comprometidas con la Constitución, el Estado de Derecho y la economía de mercado, representa una garantía de estabilidad y seguridad frente a populismos, nacionalismos y separatismos, supuestamente republicanos, que buscan alcanzar el poder para instaurar otro tipo de régimen que se puede parecer mucho más a Venezuela, Cuba o Irán que a Estados Unidos, Francia, Alemania o México. Las monarquías se respaldan y cuentan con el apoyo de repúblicas verdaderamente democráticas.

Javier Fernández Arribas es periodista.

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