Ronald N. Giere (1938-2020) ha sido uno de los referentes de la filosofía de la ciencia de nuestra época. Estuvo durante años en el Departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia de Indiana University (Bloomington) y posteriormente en la Universidad de Minnesota. Fue uno de los más importantes impulsores del enfoque cognitivo de la filosofía de la ciencia con su obra seminal Explaining Science: A Cognitive Approach, en la que abogaba por la naturalización de la epistemología, en el sentido de que la filosofía no puede hacer caso omiso de los resultados de las ciencias empíricas y, en especial, de las ciencias cognitivas que han ido experimentado un avance indiscutible desde las últimas décadas del siglo XX hasta la actualidad.
Otra de las orientaciones de Giere fue mediar en el debate sobre realismo vs. instrumentalismo de las teorías científicas que denominó “Scientific Perspectivism”. La idea básica es que las teorías nos proporcionan diferentes facetas de la realidad sobre el conocimiento del mundo, a diferencia del instrumentalismo que considera las teorías como simples instrumentos para abordar la realidad. La analogía que elige son los mapas, pues cada uno nos da a conocer una parte de lo que intenta representar, que puede tratarse de una representación económica, física o demográfica, sin llegar a ser una copia exacta y completa de la realidad.
Uno de los elementos más novedosos de Giere es su visión sobre la relación entre modelo teórico y sistema real, que enlaza con la Teoría de los Modelos Mentales desarrollada por Johnson Laird en 1983. Es una muestra de su naturalismo filosófico. Los científicos conciben mentalmente un modelo del mundo que luego ponen a prueba con las hipótesis teóricas. En el esquema clásico del empirismo lógico una teoría es verdadera o falsa en función de si todos sus enunciados son verdaderos o hay alguno falso. La relación entre un modelo teórico y el sistema real es de semejanza, o sea, que admite grados. Esta concepción permite representar el conocimiento científico en ámbitos cuyos objetos de estudio sean muy complejos y no encajarían en la disyuntiva de verdadero vs. falso. De hecho, actualmente en la mayoría de las ciencias se presentan modelos, sean biológicos, computacionales, sociales, educativos, etc. La propuesta de Giere permite abordar este tipo de campos científicos y calibrar el grado de base empírica que poseen en función de las hipótesis contrastadas.
Giere tuvo muy buena aceptación entre la comunidad de filosofía de la ciencia en España. Ha sido una referencia no solo para filósofos sino para otros campos como la didáctica de las ciencias. De hecho su manual Understanding Scientific Reasoning se ha utilizado en las clases de filosofía de la ciencia, un signo de su preocupación por la enseñanza.
Finalmente, no puedo dejar de recordar mi etapa durante los años 1983 a 1985 en Indiana University, donde tuve el privilegio de asistir a sus cursos y con ellos asimilar su sabiduría. Ronald Giere era un maestro para sus alumnos, siempre dispuesto a ayudar y a facilitarnos la formación para nuestro futuro académico.
Anna Estany es Catedrática emérita de Filosofía de la Ciencia.