Sahara: La amistad condicionada de Marruecos

Por Ana Camacho (GEES, 24/02/05):

Marruecos nunca renunciará a la soberanía sobre el Sahara Occidental. Así de rotundo lo volvió a repetir el rey Mohamed VI ante el rey Juan Carlos en la visita que los reyes de España efectuaron el pasado mes a la otra orilla del Estrecho para sellar el “nuevo talante” del Gobierno de Rodríguez Zapatero con el país vecino. El monarca alauita ha reiterado así su desafío a las resoluciones de la ONU a la vez que dejaba muy claro a los españoles que su amistad está condicionada por la complicidad de España en su atropello a la legalidad internacional que reconoce el derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro en un referéndum de autodeterminación.

Mohamed VI, dicen los saharauis y sus aliados argelinos, se ha envalentonado gracias al regreso de España a la órbita de influencia de Francia que, desde la sangrienta invasión marroquí de la colonia española en 1975 (la Marcha Verde con la que su padre, Hassan II, respondió al fallo del Tribunal de La Haya a favor de la autodeterminación saharaui), ha sido el principal valedor de las tesis anexionistas marroquíes. Ahora, añaden con inquietud, Mohamed VI lo tiene más fácil para presionar a España por las buenas y por las malas: ya no está tan claro que Madrid pueda contar con ese apoyo de Estados Unidos con el que, en 2003, contrarrestó las maniobras con las que Francia logró que la Unión Europea le diese la espalda ante la ocupación del islote de Perejil.

Marruecos tiene muchos Perejiles con los que represaliar a España si ésta decidiese volver al firme apoyo de las resoluciones de la ONU sobre el Sahara del último mandato de José María Aznar. Todavía está pendiente la delimitación de las fronteras marítimas entre los dos países y la nueva carrera por el petróleo (que también tuvo que ver con la ocupación de Perejil) multiplica las oportunidades de tener fricciones con Marruecos al margen del conflicto saharaui.

Este factor y la debilidad española, dicen varios expertos, explica la dejadez del Gobierno en Madrid a la hora de protestar por la concesión que Marruecos hizo el pasado julio a un consorcio petrolero australiano-británico en un área que incluye las aguas territoriales de Melilla, islas Chafarinas e isla de Alborán. Como denunció en noviembre el senador del PP, Ignacio Cosidó, se trata de una omisión que no sólo tiene consecuencias económicas, ya que podría suponer un reconocimiento a Marruecos de la soberanía sobre nuestras aguas territoriales.

Rabat ya ha intentado legitimar su soberanía sobre territorios que no son suyos dando a poderosas petroleras –la estadounidense Kerr-McGee y la francesa Total– concesiones en aguas del Sahara. Los saharauis han compensado la omisión de España, a la que el derecho internacional obliga a defender sus intereses, con la valiosa ayuda de la Coalición para la Protección de los Recursos Naturales del Sahara Occidental.

El movimiento de organizaciones de solidaridad con el pueblo saharaui de Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia, ha lanzado una campaña para que los fondos de inversión “socialmente responsables” se deshagan de las acciones de empresas involucradas en la explotación del territorio ocupado. Con esta táctica, han logrado la retirada de la noruega TGS-Nopec, la holandesa Fugro y la Thor Offshore Services, que realizaban estudios sísmicos para Kerr-McGee. Total también anunció en noviembre su retirada de la zona, alegando que no había localizado ni petróleo ni gas en el área.

La coalición ha puesto ahora en su punto de mira a Kerr-McGee, la única compañía de las contratadas por la petrolera estatal marroquí ONHYM que queda en el Sahara. Su portavoz, Frank Ruddy, antiguo responsable de la MINURSO (la misión de paz de la ONU en el Sahara) y conocido por sus abiertas críticas a las zancadillas de Marruecos al plan de paz de la ONU, ha advertido que la actuación de Kerr-McGee no es ética y roza la ilegalidad. En una carta a la petrolera, Ruddy recuerda que el asesor legal de la ONU, Hans Corell, admitió en su dictamen jurídico de 2002 que Marruecos no es la potencia administradora del Sahara, (condición que la ONU sigue atribuyendo a España) lo que implica que “ONHYM no tiene el derecho, bajo ninguna circunstancia, a actuar en nombre de los habitantes del territorio ocupado”. Ruddy asegura que el fondo noruego Skagenfondene ya ha vendido las 100.000 acciones que tenía en Kerr-McGee, lo que le ha supuesto a la petrolera una pérdida de dos millones de dólares.