El mundo Mundial (Continuación)

El delantero colombiano Radamel Falcao celebra su gol, el segundo de la victoria 3 a 0 de Colombia frente a Polonia en el estadio Kazan. Credit Jorge Silva/Reuters

Hoy vi mellizos casi viejos. Solemos pensar a los mellizos como niñitos adorables, sonrisas paralelas, sus ropitas iguales. Pero estos ya habían vivido medio siglo y esperaban en el andén un tren en shorts y camiseta, zapatillas, el pelo al ras sobre la casi calva, las narices ganchudas; comían cacahuetes con encono. Caminaban igual, mordisqueaban igual, me miraban igual, eran el mismo y eran dos: fue un rayo del espanto. Entonces, mientras mi tren se iba, empecé a preguntarme cuánto habría detrás, qué historias y qué dramas, qué misterios en esas cinco décadas de haber nacido iguales y seguirlo siendo. No miramos bastante las historias —de las personas, de las cosas—: como si hubiera otras cosas que mirar.…  Seguir leyendo »

El delantero mexicano Javier Hernández celebra al final del partido contra Corea del Sur en la que anotó el segundo gol del 2 a 1. Credit Martin Meissner/Associated Press

Muchas felicidades. Ayer hablábamos de la felicidad en sus versiones brasileña y tica; hoy los que están felices son los mexicanos. Es raro imaginar la felicidad en modelo mexica: el lugar común propone gritos, tragos, gestos estentóreos; es fácil pensarle agitación, bastante fuerza, un júbilo de machos demasiado masculino; me gustaría suponerle otras maneras.

Hoy los mexicanos están felices porque todo fue banal, nada distinto a lo esperado; el domingo pasado lo estaban por todo lo contrario. Son maneras distintas de la felicidad: aquella, sacudida, que nos ofrece la sorpresa; esta, más serena, que viene de la confirmación de lo supuesto.…  Seguir leyendo »

Ahmed Musa, delantero de la selección de Nigeria, celebra su segundo gol contra Islandia Credit Mark Ralston/Agence France-Presse — Getty Images

Hoy es el día de la resaca —o si acaso guayabo, cruda, goma—: ayer la Argentina sufrió uno de los grandes cachetazos de su historia futbolera y todavía no nos levantamos. El castigo llega por sacudones, por oleadas: una pelea inesperada, un famoso que insulta, otro rumor de despedidas, la conciencia creciente del fracaso, la obligación de ver un partido impensado.

Sí, es verdad. Héteme aquí, escribiendo sobre Islandia-Nigeria. Islandia es un pequeño país de más de 334.000 habitantes hiperricos y tan civilizados escondido en las brumas del norte, cuya selección nunca jugó un Mundial. Nigeria, en cambio, es un gran país africano y petrolero de 190 millones de habitantes pobres y amenazados por Boko Haram que cada tanto llega a los octavos del torneo.…  Seguir leyendo »

Lionel Messi, capitán de la selección argentina, después del partido en el que su equipo perdió 3 a 0 contra Croacia en el segundo enfrentamiento del grupo D Credit Matthew Childs/Reuters

Así somos: parece que así somos. En el mundo dicen —los que dicen algo sobre el tema— que lo que hacemos los argentinos es exactamente eso: sobrar, hacernos los vivos, simular que podemos lo que no podemos, creerlo incluso. Así somos: a los ocho minutos del segundo tiempo el arquero argentino, Wilfredo Caballero, recibe la pelota de un compañero y, en lugar de pararla o pasarla hacia un costado, intenta levantarla sobre la cabeza de un atacante croata y se la entrega. El croata, un tal Rebic, agradecido, lo fusila. Un partido tenso, difícil, en el que cualquier error podía ser fatal, se deshizo por esa obviedad: un argentino creyendo que puede lo que está claro que no puede.…  Seguir leyendo »

Isco y Diego Costa celebran el gol de España en el partido contra Irán Credit Roman Kruchinin/Agence France-Presse — Getty Images

Alguna vez la realidad debía empezar a adecuarse a los prejuicios. Hasta ahora, en este Mundial, la realidad se pareció muy poco a lo que preveíamos, se nos puso rebelde. Pero hoy estaba cansada y se dejó ganar.

Se suponía que las diferencias entre España e Irán serían extremas y los iraníes se lo creyeron y el viejo Freud se reía en un rincón murmurando sobre la profecía autocumplida. Porque los once iraníes se encerraron en su área y no salían. Entonces los españoles se dedicaron a darse mil y un pases, un gigantesco tikitaka, en pro de su muy noble voluntad de entrar al arco contrario con la pelota entre las piernas.…  Seguir leyendo »

El entrenador de la selección de Colombia, José Pékerman, en el primer partido de su equipo frente a Japón en el estadio Mordovia el 19 de junio de 2018 Credit Filippo Monteforte/Agence France-Presse — Getty Images

Cantaban el himno con tal brío —no es fácil pronunciar “oh gloria inmarcesible” con fiereza— que se veía que estaban por comerse el mundo. Quizá querían compensar la ausencia de su estrella, James Rodríguez, en el banco con un músculo intrincado. O quizá tenían miedo de su propio miedo o se adaptaban a su nuevo presidente belicoso. Por la razón que sea, lo gritaban más que lo cantaban, se ponían el mundo de sombrero: Colombia parecía dispuesta a todo.

Y lo estaba, porque tiene un buen equipo y fue la sensación del Mundial pasado y el Mordovia Arena rebosaba de camisetas amarillas: se calcula que hay unos 60.000 colombianos en Rusia, la mayor cantidad tras brasucas y mexicas, aluvión sudaca.…  Seguir leyendo »

Harry Kane, delantero de la selección de Inglaterra, en un momento del partido disputado en Volgograd frente a la escuadra de Túnez Credit Matthias Hangst/Getty Images

Llevan días jugando este partido. Lo repitieron varias veces, cada quien a su modo, pero en el fondo es siempre el mismo: Portugal se atrincheró contra España, Islandia contra la Argentina, México con Alemania, Suiza con Brasil, Túnez con Inglaterra y siguen firmas. En el partido más repetido del Mundial, un equipo que se supone inferior —que las apuestas pagan más, digamos— se amontona alrededor de su arco para impedir que el otro le aplique los goles procedentes.

La diferencia entre los dos debería quedar clara. El equipo atacante vale, digamos, mil millones; el defensor si acaso cien, doscientos. El equipo atacante tiene esos jugadores que todas las marcas quieren para sus clips; el defensor, los que venden gaseosa de segunda.…  Seguir leyendo »

Rafael Márquez y el resto de la selección mexicana celebran el triunfo frente a la escuadra alemana en su debut mundialista. Credit Antonio Calanni/Associated Press

Todos gritamos ese gol. En ese bar del centro de París éramos veinte o treinta y todos lo gritamos: franceses, americanos, africanos, árabes, algún polaco, dos o tres sudacas. No es fácil poner de acuerdo a tanta gente, pero hay algo que últimamente nos reúne: en fútbol —por lo menos— nos encanta que Alemania trastabille. Nos alegra que sea como los demás, que no avance como si fuera su derecho, altivo, mentones levantados; nos alivia que se tenga que buscar la vida. Por eso, supongo, todos gritamos ese gol de México. Y, supongo, también, porque era México: uno que no parece una amenaza, sino aquel que se merece, de tanto en tanto, pobre, una alegría.…  Seguir leyendo »

Lionel Messi, capitán de la selección argentina, después del debut en el Mundial contra la selección de Islandia Credit Clive Rose/Getty Images

Un Mundial empieza tantas veces: ayer, antes de ayer, mañana. Nadie podrá convencer a colombianos o mexicanos de que este ya empezó, de que todo eso que ahora sale por la tele es algo más que el prólogo. Ni a uruguayos de que no han dado un paso de gigantes —un cabezazo de gigantes—, ni a 20 o 30 millones de argentinos de que el Mundial no acaba de empezar, ahora mismo, hace unas pocas horas. Aunque todos preferiríamos que no hubiera empezado.

La Argentina, la orgullosa patria del mejor del mundo, la supuesta potencia futbolera, chocó contra el equipo de un país que nunca antes había estado en un Mundial: Islandia.…  Seguir leyendo »

El futbolista portugués Cristiano Ronaldo celebra su tercer gol en el partido contra España en el estadio Fisht, en Sochi. Credit Hannah Mckay/Reuters

España jugaba contra Portugal: muchos anunciaban un empate y, oh sorpresa, sucedió. Nada de lo que sucede en España en estos días era lo anunciado: cayó un gobierno, el nuevo tiene dos tercios de mujeres y acoge refugiados, el presidente echa en doce horas a un ministro por un fraude fiscal, el seleccionador huye al Real Madrid. Todo en España es muy distinto de lo que iba a ser, salvo esto: su equipo empató con Portugal.

Aunque, para lograrlo, jugó un partido caprichoso. Es cierto que hizo todo lo posible por perderlo, pero al fin no lo consiguió. Cometió errores, se confió, se relajó y armó un relato extraño: el juego iba por un lado, los goles por otro.…  Seguir leyendo »

En el estadio de La Bombonera en Buenos Aires, la selección argentina disputó un partido amistoso contra Haití el 29 de mayo de 2018. Lionel Messi lo jugó. Credit David Fernández/EPA, vía Shutterstock

Suelo pensar que el comunismo no era malo por sí mismo: que lo arruinó el hecho bastante fortuito de haber triunfado en Rusia —y no en algún país menos brutal—. Pero también es cierto que triunfó en Rusia: que fue en Rusia donde millones de obreros y soldados y campesinos echaron a un déspota y creyeron que hacían un mundo nuevo, que fue en Rusia donde más millones todavía murieron para que aquellos asesinos alemanes no pudieran quedarse con el mundo, y después los trucos de la historia consiguieron convencernos de que los malos son los rusos.

Rusia es el país más ambiguo.…  Seguir leyendo »

El nuevo entrenador de la selección de fútbol de España Fernando Hierro, exjugador del Real Madrid, durante la conferencia de prensa en la que se anunció su cargo Credit Manu Fernández/Associated Press

“Ya empieza, todo empieza. O todo, felizmente se termina: a partir de esta tarde, por un mes, millones y millones esperamos que ya nada de lo que nos importa nos importe, que nada nos preocupe de lo que nos preocupa; esperamos el regalo de una vida nueva —provisoria, es cierto, pero nueva— donde nada tendrá más peso que el tobillo de Messi, la pifia de Neymar…”, escribí, hace exactamente cuatro años, y ahora ya empieza, todo empieza. Quien diga que el tiempo no es cíclico, que no vivimos el eterno retorno, que no volvemos a ser los mismos cada cuatro años —a pretender que somos los mismos una vez cada cuatro años— nunca supo qué es el fútbol.…  Seguir leyendo »

Un cartel mundialista en Kenia, Nairobi, muestra al portugués Cristiano Ronaldo, al argentino Lionel Messi, al alemán Mesut Özil y al brasileño Neymar. Credit Simon Maina/Agence France-Presse — Getty Images

Fue un hondo drama humano: un joven arquero jugaba el partido de su vida —la final de la Champions Liverpool contra el Real Madrid— y cometió dos errores ridículos, que destruyeron a su equipo y lo llevaron a perder 3 a 1. El joven arquero —alemán, para colmo– había fallado en el momento decisivo; millones lo vimos llorando con hipos en la tele. Millones nos emocionamos con la pena infinita del muchacho que había arruinado su carrera: lo compadecimos, nos identificamos con su inmenso dolor; la vida, sin duda, es demasiado cruel. Hasta que, al día siguiente, empezaron a circular las fotos del muchacho —muy cachas, muy bonito— con una modelo rubia subiendo a un Porsche platinado, y algo se rompió.…  Seguir leyendo »