¿Se ha preguntado alguna vez qué sucede con sus datos personales cuando se conecta a internet para reservar un vuelo? ¿Puede borrar realmente una foto que en su día subió usted a una red social? ¿Sabe quién puede ayudarle si han robado sus datos o los han utilizado incorrectamente?
Muchos europeos se hacen las mismas preguntas. A pesar de que aceptamos la creciente importancia que tiene internet en nuestra vida diaria, un 72% (71% en España) de los usuarios de internet son conscientes de que proporcionan demasiados datos personales. Solo algo más de la cuarta parte de los usuarios de las redes sociales (26% en la UE, 23% en España) e incluso menos en el caso de los compradores en línea (18% en la UE, 21% en España) creen tener un control absoluto sobre sus datos personales.
En las redes sociales, en los teléfonos inteligentes que nos dicen dónde encontrar restaurantes en nuestra ciudad y en las tarjetas inteligentes que guardan información sensible sobre la asistencia sanitaria que recibimos dejamos rastros digitales cada vez que damos un paso. En este nuevo y desafiante mundo de los datos necesitamos dotarnos de un conjunto sólido de normas sobre protección de los mismos. En Europa, la directiva sobre protección de datos de 1995 constituyó un hito en el camino para garantizar nuestra intimidad y la protección efectiva de nuestros datos personales. Sin embargo, las diferencias en la manera en que los países han aplicado la ley han provocado lagunas jurídicas en esa protección, que varía en función de dónde vivamos o dónde compremos bienes y servicios. Es preciso modernizar las normas actualmente vigentes, que se remontan a una época en la que solo una pequeña parte de nuestros datos circulaba por internet y en la que el fundador de Facebook tenía 11 años.
Para proteger de manera más eficaz los datos personales, la Comisión Europea acaba de proponer una reforma global de esas normas. Con las nuevas normas tendrá usted un mayor control sobre sus datos personales y podrá acceder más fácilmente a ellos. Además, estará usted mejor informado de lo que sucede con sus datos si decide compartirlos. Las propuestas están pensadas para garantizar que sus datos estén protegidos con independencia del lugar al que se envíen o en el que estén almacenados, incluso si se mandan o almacenan fuera de la UE, como suele suceder en internet.
¿Qué cambiará concretamente para usted? Habrá un único conjunto de normas sobre protección de datos en los 27 estados miembros de la UE. Las normas de la UE se aplicarán cuando las empresas manejen datos personales fuera de la Unión o cuando ofrezcan servicios a los ciudadanos de la UE. Podrá acceder más fácilmente a sus datos personales y podrá transferirlos de un servidor a otro. Sus fotos, vídeos y contactos le pertenecerán a usted, no a la empresa que haya elegido para poner su perfil en la web. Si solicita sus datos, le serán devueltos en un formato usado habitualmente, lo que facilitará la elección de otro servidor. Se trata de una cuestión de competencia leal.
El derecho al olvido le ayudará a gestionar mejor los riesgos de la protección de datos en línea. Cuando ya no quiera que se traten sus datos y no haya motivos legítimos para conservarlos, podrá eliminarlos. Imagine que ha colgado una foto comprometedora en su página en una red social y tiene una entrevista de trabajo al día siguiente, por lo que desea eliminarla. Con arreglo a las nuevas normas, este derecho será una realidad y no un mero principio. Gracias a ellas, todos nosotros podremos controlar nuestros datos. Esto no significa que podamos borrar las noticias sobre nosotros que hayan aparecido en los periódicos o que podamos limitar la libertad de prensa. Las nuevas normas también dejarán claro que cuando usted autorice el tratamiento de sus datos, este deberá hacerse de forma explícita y con su conocimiento. En caso de que sus datos se roben, pierdan o pirateen, se le deberá informar de ello cuanto antes, no transcurrida una semana.
Por lo que se refiere a las empresas, las nuevas normas se traducirán en menos burocracia y mayor seguridad jurídica. En la medida de lo posible, se eliminarán las obligaciones de información exigidas a las empresas que resulten superfluas. Las organizaciones solo tendrán que tratar con la autoridad de protección de datos del país de la UE en el que tengan su sede principal.
Los ciudadanos podrán navegar por la red con seguridad y aprovecharse de las ventajas de comprar en línea y de las nuevas tecnologías, así como compartir información con amigos en todo el mundo. El lugar en el que se viva o en el que se encuentre el servidor o la sede principal de una empresa no dará pie a diferencias, lo que reforzará la confianza en el mercado interior y contribuirá a dar un mejor servicio a los consumidores en toda Europa, cuyos datos personales serán tratados de manera más segura y con menos gastos. En los complicados tiempos que vivimos, esto es lo que Europa necesita.
Por Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisión Europea.