Soy optimista en cuanto a España

Cuando España está a punto de lanzar su campaña «Marca España» esta semana, quiero sumar mi apoyo como embajador de Estados Unidos en España. Aunque afronta desafíos en varios frentes, es importante tener presentes las fuentes de su fortaleza y la base de su éxito. España es una democracia joven con una arraigada tradición de solidaridad familiar y comunitaria. Es la cuarta mayor economía de Europa y, aunque está experimentando una contracción económica, en los últimos diez años sus exportaciones han aumentado al ritmo de las de Alemania. España es líder mundial en infraestructuras, ferrocarril de alta velocidad, energías renovables y telecomunicaciones. La tecnología española ha llegado incluso a la superficie de Marte a bordo del vehículo de exploración «Curiosity». En asociación con el programa espacial de Estados Unidos, España ha aportado a esta misión al planeta Marte una conexión fundamental de telecomunicaciones con la Tierra, así como instrumental para grabar las condiciones ambientales en la superficie del planeta. España cuenta también con tres de las escuelas de negocios mejor valoradas del mundo y es el destino que cada año eligen más de 25.000 estadounidenses que quieren estudiar en el extranjero.

En los escasos tres años transcurridos desde que llegué a España, he viajado a casi todos los rincones del país. He estado en Málaga para mantener reuniones sobre la creación de un Silicon Valley en la costa mediterránea; en Sevilla para hablar de energía solar; en Cuenca con el secretario de Transportes de Estados Unidos para ver el excelente tren de alta velocidad; y en Barcelona para examinar iniciativas en seguridad portuaria. La lista sigue y sigue. Dondequiera que voy en España, veo optimismo y energía. Veo un sector empresarial dinámico que busca oportunidades y crecimiento y está en condiciones de avanzar a medida que se descubren oportunidades.

También paso todo el tiempo que puedo con jóvenes y estudiantes. Los jóvenes españoles son realmente la generación más preparada que ha producido este país. Estos jóvenes adultos son también muy conscientes del mundo exterior. Cuando hablo a grupos en universidades e institutos, siempre me impresiona lo comprometidos que están con las cuestiones a las que se enfrentan España y la comunidad mundial. El difícil mercado laboral está obligando a los jóvenes a centrarse en oportunidades más allá de las fronteras españolas, pero en la economía globalizada de hoy lo estamos viendo en países de todo el mundo. Y a medida que la tecnología, las comunicaciones y los negocios se van expandiendo, los mejores y más brillantes vincularán sus carreras, no a un lugar, sino a la siguiente buena idea, aparezca donde aparezca.

El Gobierno de España, como en Estados Unidos y otros países europeos, ha tomado medidas muy difíciles e impopulares para reformar el sector público y crear un sector privado más dinámico y competitivo. Tanto en España como en toda la comunidad europea están teniendo lugar debates importantes sobre qué medidas son más necesarias y eficaces, la mejor manera de ejecutar las reformas y cuál puede ser un calendario razonable. En Estados Unidos estamos llevando a cabo esta importante discusión sobre el papel y el alcance del gobierno: en todo el mundo se está lidiando con estas cuestiones difíciles pero semejantes.

Sigo creyendo que los líderes de España están trabajando mucho para mantener un equilibrio entre la necesidad de responsabilidad fiscal y de una reforma económica amplia y la necesidad igualmente importante de mantener la red de seguridad social. Pero hará falta tiempo para que las reformas produzcan resultados apreciables en el crecimiento económico y la creación de empleo.

Los desafíos a los que se enfrenta España son serios, pero es importante centrarse en cuáles son sus puntos fuertes y en cómo puede avanzar. España es un miembro clave de la Unión Europea y uno de sus pilares. Es la cuarta mayor economía de la UE y la duodécima del mundo por delante de Australia, México y Corea del Sur. El hecho de que su crisis fiscal y bancaria haya provocado una revisión y una reforma de todo el marco financiero y bancario de la UE da fe de su peso y de su importancia para la Unión en su conjunto.

España también se encuentra en el centro de la infraestructura de seguridad de Europa y ha realizado importantes contribuciones incluso cuando afronta desafíos internos. Ha apoyado los esfuerzos internacionales de mantenimiento de la paz en el Líbano y Timor Oriental. Fue una de los principales donantes de asistencia a Haití tras el terremoto y su apoyo a la seguridad y el desarrollo en Afganistán le ha ganado el respeto de la población local y de sus socios internacionales. Ha aportado recursos fundamentales para proteger del régimen de Gadafi a los ciudadanos de Libia, permitiéndoles poner fin a 42 años de dictadura. Y justo esta semana ha firmado un acuerdo en Bruselas que prepara el camino para el despliegue de buques estadounidenses en la Base Naval de Rota que formarán parte del escudo de defensa antimisiles europeo.

Incluso con el viento en contra por una contracción económica más amplia en la UE, las exportaciones de bienes y servicios españoles siguen creciendo de una manera firme. El turismo aumentó de forma sólida en 2011 y lo está haciendo de nuevo en 2012. Las empresas españolas se encuentran entre los principales inversores en Estados Unidos. Compañías españolas están construyendo nuestros mayores proyectos de energía solar y realizan algunas de las mayores operaciones de banca personal en Estados Unidos. Las empresas españolas han creado decenas de miles de puestos de trabajo en Estados Unidos (aproximadamente 16.000 sólo en el condado de Dade, en Florida) y esas mismas empresas están entre las mayores en España. Como resultado de las recientes reformas del mercado laboral, cuando comience la recuperación económica, España debería estar en mejor situación para aprovechar y estimular la creación de empleo y el crecimiento.

Resulta fácil centrarse en las imágenes negativas y es innegable que España afronta importantes desafíos. Pero creo que podemos centrarnos en estos retos poniendo de relieve los puntos fuertes de España. El Gobierno central está negociando con la UE unas reformas financieras que tengan sentido. Los gobiernos autonómicos están trabajando mucho para administrar presupuestos reducidos. Grupos vecinales, las ONG y organizaciones religiosas y civiles se han movilizado para apoyar a sus comunidades y ayudarse mutuamente. La sociedad civil sigue siendo civil cuando los ciudadanos ejercen su derecho a la protesta en actos mayoritariamente pacíficos. Las calles de Madrid, Barcelona y otras ciudades españolas bullen de actividad y vitalidad. No sé si España ha salido del bache todavía, pero estoy seguro de que hay luz al final del túnel. Lo veo a mi alrededor, todos los días, en España. ¡Viva la Marca España!

Por Alan D. Solomont, embajador de Estados Unidos en España y Andorra.

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