Sumar fuerzas para el futuro

Por su interés, reproducimos en su integridad el discurso que Su Majestad el Rey pronunció anoche en la Casa de ABC, donde, acompañado de Doña Letizia, presidió la ceremonia de entrega de los Premios Cavia.

Muy buenas noches. Tanto a la Reina como a mí nos llena de alegría volver a ABC, a la Casa de ABC, donde siempre hemos sentido el afecto, la lealtad y la cercanía de todos vosotros. Me resulta difícil obviar el hecho de que es la primera vez que venimos como Reyes. Eso le añade algo de singularidad a nuestra presencia aquí esta noche; y también de emoción. Porque no podemos olvidar la historia que nos relaciona, ni a sus protagonistas. Permitidme que rinda un sentido homenaje a todos ellos –a sus obras, palabras y contribuciones– por siempre tener presente en ellas la voluntad de mejor servir a España.

Quiero, por ello, que mis palabras esta noche comiencen también con un reconocimiento sincero al esfuerzo informativo que habéis realizado los medios de comunicación, de manera muy especial en estos últimos meses, desde que he tenido el honor y la responsabilidad de asumir la Corona. Con vuestro trabajo, con vuestra contribución diaria, nos habéis ayudado a acercar y compartir con todos los españoles estos momentos extraordinarios y emocionantes.

Retrato de Mariano de Cavia
Retrato de Mariano de Cavia

Es evidente ya que la tecnología pone a nuestra disposición nuevas formas de interacción para casi todo, pero que particularmente contribuyen al desarrollo de la labor del periodista, una labor que sigue siendo imprescindible en la articulación de una opinión pública informada, madura, analítica, preocupada y concernida con su sociedad. En los periódicos conviven de forma natural la urgencia de la última hora con la hondura del pensamiento y la reflexión; que invitan más a conocer y comprender, a ampliar la perspectiva desde la que contemplamos nuestro entorno y su nitidez, a participar del debate de las ideas renovado todos los días en el papel, ahora también al segundo en los soportes digitales.

Ese trabajo, para el que se requiere oficio, talento y vocación, es el que cada año distinguen los Premios Internacionales de Periodismo de ABC (Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote), que en su edición de 2013 han recaído en Francisco Vázquez, Bartolomé Mitre y Olmo Calvo. A ellos les felicito ya, junto a la Reina, con todo afecto y reconocimiento. Pero me permito subrayar, además, la particular sensibilidad demostrada en esta edición por el jurado, presidido por don José Manuel Blecua (director de la RAE), al seleccionar trabajos y trayectorias pegadas a la realidad e inquietudes de nuestro tiempo.

La Prensa, al igual que todos los que estamos al servicio de los ciudadanos, debemos esforzarnos por vivir inmersos en la actualidad y en

Llo cotidiano de las personas y en sus problemas. Ser ejemplo para ellas y, a la vez, aprender de ellas. Actuar, cada uno en el ámbito de sus funciones, con la mayor responsabilidad y el más alto sentido del deber. Y la prensa, naturalmente, debe hacerlo a partir del rigor y la veracidad de la información; con la independencia, la libertad de expresión y cuantas garantías asisten y dignifican al periodismo; y en busca del interés general, la cohesión y la prosperidad de todos. a Tercera publicada en ABC por la que Francisco Vázquez ha merecido el 94º Premio Mariano de Cavia constituye una buena muestra. Un sencillo titular, «España», envuelve un ensayo profundo y solvente sobre la necesidad de avanzar unidos hacia el porvenir que queremos –y merecemos– los españoles. El mejor futuro es siempre el que suma fuerzas, inteligencias, sentimientos e ilusiones. Apoyarnos y enriquecernos mutuamente desde una historia común, cierta y fecunda; una unión de sensibilidades, culturas, lenguas, caracteres y tradiciones…

Como embajador de nuestro país en la Santa Sede, también como presidente de la FEMP y en cuantas responsabilidades le han sido encomendadas, Francisco Vázquez ha defendido con convicción los intereses de España. Ha trabajado por el entendimiento y comprensión mutuas, se ha esforzado por tender puentes, sabedor de que la diferencia no nos enfrenta, sino que complementa; tampoco nos divide, sino que multiplica. Así lo expone en ese artículo aparecido en ABC, diario que lleva igualmente el pluralismo en su personalidad. Mariano de Cavia nunca escribió en sus páginas, pero a su muerte en 1920, el periódico supo y quiso reconocer el magisterio y legado del periodista aragonés instaurando el premio que hoy recoge Francisco Vázquez.

Tuvieron que pasar aún nueve años para que ABC creara un galardón en memoria de su fundador: el Premio Luca de Tena, que en la actual edición ha correspondido a Bartolomé Mitre. Bartolomé Mitre ha hecho de la libertad de expresión la norma primera de su libro de estilo y del diario «La Nación». Además del nombre y apellido, heredó de su tatarabuelo, presidente de la República Argentina en la segunda mitad del siglo XIX, el matutino que hoy dirige. Desde su Redacción, trabaja con valentía y determinación por afianzar el compromiso democrático no solo de su país, sino del conjunto de América Latina; algo que los que nos sentimos genuinamente iberoamericanos –que somos cada día más–, apreciamos y agradecemos muy especialmente. Para él, la información es un derecho y una herramienta fundamental; indisociable de la educación y la cultura, los únicos patrimonios que no se devalúan y que incluso se revalorizan en tiempos de crisis.

En España, por debajo de cifras macroeconómicas que, en líneas generales, evolucionan positivamente, hiere todavía el drama de muchas personas y familias en dificultades. Por ello, la fotografía titulada «Desahucio» es el homenaje y el recuerdo a todas esas personas; es la imagen con la que Olmo Calvo ha obtenido el Premio Mingote: una fotografía que capta en toda su intensidad y gravedad unos sentimientos que, sin lugar a dudas, sacuden nuestras conciencias.

Olmo es un fotógrafo independiente. Su juventud e inquietudes, su compromiso social y espíritu emprendedor, proyectan los valores y el potencial de nuestras nuevas generaciones, preparadas y dispuestas a trabajar tanto por su propia realización personal, como por el bien común. Su ejemplo ha de servirnos de aliciente y estímulo para redoblar la confianza y el orgullo de pertenencia a un país que, aún sin minusvalorar nuestros problemas y necesidades, ha alcanzado los niveles más altos de progreso, desarrollo y bienestar.

Felicidades a Olmo Calvo; también a Francisco Vázquez y a Bartolomé Mitre. Enhorabuena a los tres por el premio pero, sobre todo, por las cualidades humanas y profesionales que os han hecho acreedores de él. Sois desde hoy dignos receptores de los Premios Internacionales de Periodismo ABC, un reconocimiento a la excelencia que ha contado siempre, y seguirá contando, con el respaldo de la Corona.

Muchas gracias.

Felipe VI

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