Tecnócratas con corazón

La semana pasada, Pedro Sánchez declaró que la solución para España es que haya política con valores, con corazón y no tecnocracia que es lo que hemos sufrido estos últimos cuatro años. La afirmación del líder del Partido Socialista está en las antípodas de lo que queremos los españoles, con independencia de nuestra ideología, es maniquea e injusta, y además es, sencillamente, una boutade.

No creo, en primer lugar, que esta opinión sea compartida por la mayoría de los españoles que esperamos de nuestros gestores públicos menos propaganda y titulares y más trabajo riguroso y esforzado, menos visión del cortísimo plazo de las siguientes elecciones y más proyección al largo plazo. Lo explicaré desde mi experiencia personal.

Hace algo más de cuatro años, un recién nombrado secretario de Servicios Sociales e Igualdad me llamó para proponerme trabajar para el Gobierno de España. Soy profesora de universidad, lo he sido toda mi vida, no milito en ningún partido ni conocía a mi interlocutor, ni a la ministra. He dedicado una gran parte de mi trayectoria docente e investigadora a los temas relacionados con la protección a la infancia y con las políticas de apoyo a la familia y, conociendo esta experiencia, me pedían servir a mi país en estos ámbitos. Nunca pensé que algo así podía suceder; imaginaba que a estos cargos solo accedían personas «cercanas», nunca «independientes».

Enseguida comprobé que la mayoría de los directores generales del área social de este gobierno, éramos «técnicos», y fui confirmada que en otros ministerios sucedía lo mismo. A lo largo de estos años, he conocido a numerosos altos cargos que, como yo, fuimos invitados a «arrimar el hombro» para servir a España con ilusión, con mucho sacrificio y poniendo en la tarea lo mejor de nosotros mismos: jueces, fiscales, abogados y economistas del Estado, letrados de Cortes, inspectores de Hacienda, técnicos de la Administración civil, profesores de universidad… ¡Un verdadero ejército de tecnócratas que, a juicio de Pedro Sánchez, es lo que España ha sufrido en esta última etapa!

En segundo lugar, esta afirmación es profundamente maniquea, propia de quien clasifica a los otros en buenos y malos, naturalmente poniéndose a sí mismo en la primera categoría, y afirmando que los tecnócratas, sensu contrario, no tenemos corazón ni valores. No merece la pena explicar que, evidentemente, los técnicos también tenemos corazón, y «corazoncito», y unos determinados valores. Desde luego, con los que yo he trabajado en estos años, el valor de que el fin no justifica los medios, que debemos avanzar en la protección de los derechos fundamentales, especialmente de los más vulnerables, y de hacer sostenible uno de nuestros más preciados tesoros: el Estado del bienestar. Animaría al señor Sánchez a preguntar, por ejemplo, al tercer sector de acción social, con quien tan estrechamente hemos trabajado en estos años, por el «alma» y valores de este Gobierno en funciones y de sus técnicos. Hay una importante tarea realizada en estos años con ellos para afianzar el marco jurídico de las áreas clave en política social (con importantes resultados como las nuevas leyes de voluntariado y del tercer sector de acción social), garantizar la financiación de los programas sociales (con una nueva regulación de las subvenciones del IRPF consistente desde el punto de vista constitucional) y crecer en gobernanza participativa y en diálogo civil.

Finalmente, en tercer lugar, la afirmación del líder socialista es un titular hueco, una frase «bonita» con la que salir del paso a una propuesta de Ciudadanos que no coincide con sus intereses puramente personales… ¿Es esto lo que los españoles esperamos hoy de nuestros líderes? La sociedad española necesita trabajo serio, de políticos y de técnicos, porque ambos hacen falta, naturalmente con corazón y valores. ¿Qué pensarán de esta afirmación del secretario general del PSOE tantos técnicos extraordinarios e independientes que han trabajado, también, en diversos gobiernos socialistas? ¿Es ésta la nueva política? Me pregunto si el equipo que el señor Sánchez proyecta, en caso de tener la confianza suficiente, es un gobierno sin técnicos ni profesionales, de gente sin experiencia en la gestión de la cosa pública o en sus respectivas especialidades o profesiones, en caso de tenerlas. Estoy segura de que a los españoles les interesaría muchísimo saberlo antes de acudir, nuevamente, a las urnas.

Postscriptum: tras terminar este artículo, escucho, con asombro, al señor Hernando proponer un Gobierno liderado por Pedro Sánchez e integrado por «personas independientes con diversas trayectorias». Ahora lo entiendo todo: los profesionales que trabajan en un gobierno del PSOE son «independientes», y los que hemos trabajado en un gobierno del PP, somos tecnócratas sin alma…

Salomé Adroher Biosca, Directora General de Servicios para la Familia y la Infancia.

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