Televisión en tiempos modernos

Comenzábamos el mes de junio viendo por televisión la designación del séptimo presidente del Gobierno de nuestra democracia. Al mismo tiempo que esto sucedía, las televisiones de salones y bares se llenaban de tertulias y entrevistas. La forma en la que consumimos televisión en estos tiempos no es tan distinta de la que solíamos conocer.

Claramente más plural debido a la mayor oferta de canales en abierto, la televisión sigue siendo el principal medio de comunicación e información en nuestro país. No es solo una forma de ocio o consumo de contenidos. Vertebra la opinión pública. Es el medio elegido por los ciudadanos para mantenerse informados con una media de visionado próxima en España a las cuatro horas diarias, similar a la de otros países de nuestro entorno.Es evidente también, que aunque las formas de consumir actualidad e información no han cambiado, no cabe duda de que existen importantes grupos de usuarios, principalmente entre los más jóvenes, con nuevos hábitos de consumo de productos audiovisuales, más concurrentes que alternativos.

Sin embargo, cualquiera que consulte las reglas bajo las que operamos las televisiones en abierto y las compare con la falta de normativa vinculada con esta nueva realidad audiovisual, entenderá que hacen falta modificaciones legislativas que fomenten un tratamiento en pie de igualdad de los distintos distribuidores de contenidos, para garantizar el fair play necesario y en beneficio de los espectadores.

Las televisiones en abierto somos conscientes de nuestro alto grado de incidencia y alcance. Tenemos una responsabilidad con la sociedad y por ello estamos sujetos a un marco regulatorio exhaustivo y a menudo puntilloso. Por el contario, los nuevos distribuidores, multinacionales en su mayoría, desarrollan su actividad con limitados o nulos controles y obligaciones y con escasa contribución a la economía nacional. La falta de regulación sobre estas actividades deja en una clara situación de vulnerabilidad a los ciudadanos.

Por ello es importante y necesaria una equiparación en derechos y obligaciones de todos los operadores audiovisuales. La trasposición de la nueva Directiva europea de Comunicación Audiovisual se alza como la oportunidad idónea para la adecuación de la normativa a esta nueva realidad dinámica.

Sin embargo, éste no es el único reto al que se enfrenta el sector en su conjunto. La llegada e implementación de nuevas tecnologías, como el 5G o el internet de alta velocidad, supone la reducción de las frecuencias del espectro radioeléctrico dedicadas a la TDT. Este fenómeno, conocido como el Segundo Dividendo Digital, marca un reto para el sector a corto plazo, ya que puede llegar a limitar en gran medida las opciones de desarrollo de los operadores y de elección de los espectadores.

Garantizar el menor impacto y coste económico posible, tanto para los ciudadanos como para los distintos agentes afectados, es el objetivo primordial a perseguir en este proceso para el que los tiempos están tasados de manera muy rigurosa por la UE.

Del mismo modo, debemos conseguir que esta migración garantice el uso de las frecuencias para la TDT durante el mayor tiempo posible, al menos hasta el 2030, dotando al sector de seguridad jurídica y posibilidades técnicas para la mejora de la calidad y los servicios.

Estos son solo algunos de los retos principales a los que como consecuencia del entorno cambiante en el que nos encontramos, impulsado por la digitalización de la economía y la aparición de nuevas formas de consumo, se enfrentarán no solo las televisiones, sino todo el ecosistema audiovisual,

El futuro solo puede ser abordado con éxito desde la innovación permanente y la unidad. 30 años después de la promulgación de la Ley de Televisiones Privadas, UTECA lleva dos décadas representando como interlocutor único los legítimos intereses de sus socios en un entorno dominado por permanentes modificaciones regulatorias.

La realidad es poliédrica. Siempre han existido y existirán diferentes posiciones; sin embargo, todas las decisiones y actuaciones llevadas a cabo durante la historia de la Asociación han sido siempre fruto del consenso, a pesar de las significativas diferencias entre los socios en tamaño y modelo de negocio. Es por ello que los desafíos que todos los radiodifusores tienen que afrontar, como son el Segundo Dividendo Digital o la transposición de la nueva Directiva europea de Comunicación Audiovisual, y tantos otros que aparecerán a lo largo del camino, siempre serán abordados desde UTECA como aglutinador y defensor de las demandas del sector por encima de intereses particulares.

Henry Ford dijo «llegar juntos es el principio; mantenerse juntos, el progreso; y trabajar juntos es el éxito». Y éste es el modo en que UTECA seguirá operando: desde la unidad y la transparencia, para la defensa leal de los intereses conjuntos del sector.

Alejandro Echevarría, presidente de UTECA.

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