Tenemos que asumir nuestra responsabilidad

"Fue un día increíble, distinto a todo lo que he vivido desde entonces". Albert Jarrett, que había ido desde su Jamaica natal al Reino Unido para trabajar como personal de tierra de los famosos cazas Spitfires de la Royal Air Force, celebró el final de la guerra en Europa hace 80 años en las salas de baile de Birmingham.

Las celebraciones se extendieron por toda Europa. Tal era la multitud en Londres que el primer ministro británico, Winston Churchill, pidió a los funcionarios que aseguraran que había suficiente cerveza. En París, un testigo dijo que "no cabía un alfiler". En Roma, cientos de iglesias tañeron sus campanas.

Pero además de la alegría hubo dolor. La escala de muerte y destrucción en Europa era brutal. Amigos y familiares perdidos para siempre. Localidades enteras aniquiladas.

Tenemos que asumir nuestra responsabilidad
Sean Mackaoui

Todos los europeos se han beneficiado enormemente de los sacrificios hechos para derrotar al fascismo. Esta semana recordamos humildemente esos sacrificios con la conmemoración del 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Veteranos como Jarrett ya no están con nosotros, pero es importante compartir sus historias con las nuevas generaciones.

El Día de la Victoria en Europa fue un momento histórico. Pero, como Churchill recordó a los británicos, aquellos que celebraban ese día "[no podían] olvidar por un momento el trabajo y los esfuerzos que quedan por delante". Se refería a la guerra que aún seguía en Asia, pero también a la crítica situación mundial. Las economías estaban destrozadas. Las tensiones en la alianza bélica con los soviéticos iban en aumento. Y había otro gran desafío: reconstruir la prosperidad al tiempo que se preservaba la seguridad.

Hoy también nos beneficiamos del éxito de Europa en superar ese desafío. Los gobiernos tomaron decisiones difíciles que han resistido la prueba del tiempo: la adopción de la democracia; la creación de la OTAN y el Consejo de Europa; mantenerse firmes contra la Unión Soviética hasta que cayó el Telón de Acero.

Quizás fue la experiencia de la guerra lo que aseguró que los europeos tomaran estas decisiones. El londinense Mervyn Kersh, de 100 años, es uno de los pocos veteranos de la guerra que aún está con nosotros. Como escribió en una carta a los niños de una escuela con motivo del Día de la Victoria: "Durante la guerra aprendimos sobre la resiliencia, la responsabilidad y cómo mantenernos fuertes. Se necesita mucha fuerza para lograr la paz".

Ayer, me uní a una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Varsovia. Con la guerra ilegal de Rusia en Ucrania aún en marcha, las palabras de Mervyn son muy oportunas.

Solo habrá una paz justa y duradera en Ucrania si sus amigos son fuertes. Putin se niega a participar seriamente en unas conversaciones de paz. Necesitamos aumentar nuestro apoyo a Ucrania y aumentar la presión sobre el Kremlin con sanciones. En los últimos tres años, Ucrania ha combatido heroicamente en defensa de su libertad y nuestra seguridad. Ha mostrado una fuerza notable en la adversidad. Nosotros también debemos mostrar fuerza.

Y eso empieza por invertir más en defensa. No podemos ofrecer proyectiles y drones a Ucrania si no producimos suficientes nosotros mismos. En el Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer ha anunciado el mayor aumento en nuestro gasto de defensa desde el final de la Guerra Fría. Nuestra próxima Revisión Estratégica de la Defensa establecerá un plan detallado para fortalecer nuestras capacidades en tierra, mar y aire.

Los presupuestos son ajustados, y no es fácil obtener más fondos, pero invertir más en defensa es lo correcto. Nuestros anfitriones en esta reunión, Polonia, están liderando el camino, y su primer ministro Donald Tusk planea gastar un impresionante 5% del PIB en defensa. Otros países en Europa, como España, también están aumentando su inversión. El reciente Libro Blanco de Defensa de la Comisión Europea refleja un consenso creciente en toda Europa de que el gasto en defensa debe aumentar.

Además de aumentar el gasto, también debemos aumentar nuestra cooperación. Me uní a la reunión en Polonia porque creo que podemos y debemos hacer más juntos para mantener nuestro continente seguro. Por eso estamos centrados en construir una relación en seguridad ambiciosa y a largo plazo que sostenga el crecimiento económico, proteja a nuestros ciudadanos y apoye la seguridad y defensa colectiva europea.

Ya trabajamos juntos de manera muy estrecha: aviones del Reino Unido, Polonia y Suecia patrullan el espacio aéreo polaco y báltico, expertos del Reino Unido y la UE coordinan estrechamente las sanciones contra Rusia. Estamos afrontando las mismas amenazas, defendiendo los mismos valores. Compartimos la misma gratitud hacia veteranos como Jarrett y Kersh.

Ochenta años después, nos corresponde a nosotros asumir la responsabilidad, tal y como lo hicieron ellos. Debemos mostrar la misma fuerza y unidad. En su nombre. Por nuestro bien. Y por el de las futuras generaciones.

David Lammy es ministro británico de Asuntos Exteriores.

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