Terrorismo y democracia: España y los atentados del 11-M

Mabel González Bustelo, analista del Centro de Investigación para la Paz (CIP-FUHEM, DIC/05)

El 11 de marzo de 2004 se produjeron en Madrid varios atentados terroristas con el resultado de 191 muertos y más de 1.500 heridos. Tres días después, las elecciones generales llevaron al poder al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). En esos cuatro días de conmoción se produjeron numerosos acontecimientos y se consolidó un descontento que ya existía en amplios sectores de la sociedad española.
Posteriormente, desde el Partido Popular (PP) y medios de comunicación cercanos a él se han difundido dos líneas de explicación de los hechos que pretenden distorsionar o, de forma más precisa, crear una “nueva” realidad dirigida a cuestionar la validez de los resultados electorales y negar la responsabilidad del propio Partido Popular (PP) en su salida del poder.

La primera es que los españoles votaron el 14-M influidos por el miedo y, por tanto, los resultados electorales fueron una expresión de cobardía frente al terrorismo. Éste habría conseguido así su objetivo político de hacer caer al gobierno del PP para sustituirlo por otro más “blando” en la lucha antiterrorista y dispuesto a retirar a las tropas españolas desplegadas en Irak. La segunda se basa en cuestionar la “autoría intelectual” de los atentados mediante la sospecha de que en ellos participó una trama relacionada con ETA, personas vinculadas al PSOE, los servicios secretos marroquíes e incluso sectores de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Esta tesis sugiere que los detenidos por su implicación en los atentados fueron sólo instrumentos al servicio de oscuros intereses, que conspiraron para derribar al gobierno. Transcurrido más de un año, no ha sido avalada por ningún hecho o dato en la investigación policial y judicial ni en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados, pero se sigue utilizando para cuestionar la legitimidad de las elecciones.

El propósito de este informe es analizar las razones del vuelco electoral del 14-M y las numerosas cuestiones relacionadas con la historia y la cultura política del país que contribuyen a explicarlo. También se examinan las consecuencias de los atentados en cuanto a la legislación y las medidas antiterroristas y la situación y percepciones sobre las comunidades inmigrantes, especialmente las de origen árabe o musulmán. Hay notables diferencias entre lo ocurrido en España y en otros países en términos de respeto al estado de derecho o existencia de ataques racistas. En general, esas diferencias positivas reflejan la madurez política de la sociedad española, su larga experiencia en la lucha antiterrorista y la influencia de cuestiones históricas como una larga dictadura y una guerra civil. Sin embargo, es necesaria una reflexión más profunda para reflejar algunos riesgos y evitar que la situación pueda cambiar en el futuro.

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