Abstract
The recent crisis of 2008 has served to highlight the increasingly harmful effect of tax havens on the economy and on the social cohesion of developed and developing countries. The issue took on major importance at the G20 London Summit (April 2009), where the leaders announced a number of important steps to combat tax havens.
However, that initial drive has gradually lost momentum. The measures agreed at the time have proved incomplete, and in subsequent summits the G20 leaders have often limited themselves to expressing good intentions without taking concrete measures. It is to be expected that the next summit in Cannes (November 2011) will re-launch important aspects of the fight against harmful tax practices.
On the other hand, during the Spanish and Belgian presidencies of the EU in 2010, some important steps were taken towards a greater transparency in the international financial system and practices of multinational companies, which if fully implemented could have greater impact than the G20 measures.
This study seeks to take stock of progress achieved so far at the international level, particularly at the G20 and in the EU, and also to propose concrete measures for waging a more effective battle against one of the greatest scourges of our time: the dispossession of important resources from states and citizens for want of international coordination on taxation.
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By José Luis Escario Díaz-Berrio, Law graduate from Universidad Autónoma de Madrid, with a master’s degree in International and EU Law from the Université Catholique de Louvain, Belgium.
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El sentido común nos dice que la gente que paga sus impuestos se siente ultrajada y robada por esa minoría de gente rica que deliberadamente evade y/o elude los impuestos, incluyendo las compañías, con el uso de los paraísos fiscales. Es hora de actuar para hacer que el dinero que está “offshore” vuelva “onshore” entrando en la economía real.
Los gobiernos y los políticos han fracasado por completo en la lucha contra los paraísos fiscales, mostrando poca voluntad política para cambiar esta situación en el futuro. Este fracaso significa que la única línea de defensa recae en los ciudadanos mismos, y que estos no tienen más alternativa que combatir directamente a los paraísos fiscales. El remedio tiene que ser global y revelador…. y esto solo se puede hacer con una confrontación directa de los ciudadanos con cada uno de los paraísos fiscales, forzándolos a cumplir con las normas de transparencia exigidas.
El capitalismo puede vivir siglos pero solo transformándose. Para transformarlo hay que cerrar todos los paraísos fiscales que son las raíces de todo lo que hay que cambiar: los conductos del secretismo y de la corrupción. Los ciudadanos podemos luchar contra los paraísos fiscales con los medios que tenemos a nuestro alcance, sin ayuda de los políticos y gobernantes.