Tiempo de pactos en ciencia

En los países anglosajones, es costumbre realizar un análisis de los 100 primeros días de cada legislatura para evaluar el cumplimiento de las promesas electorales por parte del Gobierno. Mariano Rajoy, investido presidente el pasado 29 de octubre, termina este periodo de gracia hoy lunes 6 de febrero.

La evaluación es sencilla: el Gobierno aún no ha implementado ninguna de las medidas en materia de ciencia propuestas durante la campaña electoral. Desde luego, el motivo no estriba en que la I+D en España no tenga problemas. La necesidad de aplicar estas medidas es apremiante. Muy apremiante.

De momento, el interés por generar cambios en el sistema de investigación español solo ha llegado en los últimos meses en forma de dos Propuestas No de Ley que Unidos Podemos y Ciudadanos han presentado en el Congreso, pidiendo respectivamente impulsar el sistema de I+D y la creación de un Pacto por la Ciencia.

Desde la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU) nos preguntamos si esta “apatía parlamentaria” en lo relativo al sistema científico español se debe a una falta de interés en implementar un sistema de desarrollo y riqueza basado en la I+D o debido a que Rajoy, sin mayoría parlamentaria, necesita pactar con el resto de partidos mayoritarios para poder sacar cualquier medida adelante. CERU, que ya analizó las propuestas sobre ciencia de las principales formaciones políticas de la pasada campaña electoral, quiere aquí resaltar las medidas más compartidas entre ellos y que por tanto debieran tener una mayor posibilidad de éxito.

Sin excepción, todos los programas electorales incluyen el objetivo de garantizar un sistema de ciencia e innovación estable e independiente. Esto queda patente en la importancia que dan a establecer un Pacto Nacional por la Ciencia e impulsar la Agencia Estatal de Investigación creada en la pasada legislatura. Dentro de esta línea, también convergen en aumentar la inversión en I+D hasta al menos alcanzar la media de la UE del 2%. Para ello, PSOE y UP proponen un aumento en la inversión pública de los Presupuestos Generales del Estado mientras que C’s propone reorientar la inversión en infraestructuras a I+D. El PP, sin embargo, no concreta medidas para incrementar la inversión pública.

Así mismo, para fomentar la inversión privada en I+D, el PSOE propone crear incentivos fiscales para la inversión en empresas que realicen investigación, medida en la que coincide C’s quien también propone desarrollar una Ley de Mecenazgo para I+D. En cuestión de la transferencia del conocimiento al sector empresarial, todos los grupos coinciden en apoyar a empresas innovadoras, ya sea mediante fondos públicos (C’s, UP, PP, PSOE), acreditaciones oficiales (PP, PSOE) o mejoras fiscales (PSOE).

Otro tema de interés común a todas las formaciones es que el sistema científico depende de atraer y retener el talento nacional e internacional. Las medidas varían desde el propósito de incorporar 10.000 investigadores en cuatro años (PSOE, sin explicar cómo), al desarrollo de programas de puntos para la contratación internacional (C’s) con posibilidad de contratos estables en caso de evaluación positiva (UP), hasta incentivos fiscales (PP). Una mejor definición de la carrera investigadora para aumentar la competitividad se toca en los programas de manera dispar aunque todos ellos coinciden en apoyar la movilidad de investigadores y en la evaluación de la calidad de producción científica.

Otro caballo de batalla de C’s, UP y tangencialmente del PSOE, es la correcta gestión de los Organismos Públicos de Investigación (OPIs), así como garantizar su independencia de los ciclos políticos (vital en la estrategia científica de la mayoría de los países europeos). El PP no menciona nada en este respecto en su programa.

Desde nuestro punto de vista, y siguiendo la línea de análisis del Informe de Recomendaciones sobre la I+D en España, que publicó CERU en septiembre del 2015, el programa del PP carece de concreción para implementar sus propuestas y tiene como punto fuerte las medidas que apoyan a las empresas. Por su parte, UP tiene propuestas interesantes para el desarrollo de la carrera investigadora, la atracción de talento y la divulgación, pero adolece de poca profundidad de ideas para mejorar la inversión en ciencia y su relación con la industria. El programa del PSOE muestra ideas claras en organización global de la ciencia y su relación con el mundo empresarial aunque fallan en concretar mejor los medios de financiación y aún han de definirse acerca del desarrollo de una carrera investigadora. Finalmente, C’s presenta la propuesta que más áreas toca, aunque faltaría profundizar en cómo mejorar la Agencia Estatal de Investigación o en cómo lograrían aumentar la financiación hasta llegar al 3% propuesto.

Lamentablemente, áreas muy importantes como la conciliación laboral e igualdad, el asesoramiento científico de la política, la diplomacia científica o el fomento de la cultura científica han quedado fuera de este resumen debido al poco consenso entre los distintos partidos, aunque se recogen en detalle en el extenso análisis antes mencionado.

Desde CERU esperamos que este análisis ayude a encontrar puntos comunes para implementar de manera urgente las mejoras que el sistema español de Investigación y Ciencia necesita.

Fidel Alfaro Almagro es investigador predoctoral en la Universidad de Oxford. Emma Martínez Sánchez es la Delegada de Comunicación y Política Científica de la Agencia Europea de la Investigación Animal. Ambos escriben este artículo en representación del Comité de Política Científica de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (CERU).

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