Todas las navidades del mundo

¿Qué celebramos el día de Navidad? No está muy claro; el significado varía de una familia a otra, de un país a otro. Por ejemplo, los árboles de Navidad que se erigen en Pekín o en Singapur no tienen ninguna relación evidente con la misa pontificia de la basílica de San Pedro de Roma. ¿Qué celebramos la semana pasada, el nacimiento de Cristo, la Navidad original o la fiesta de los niños, que a menudo no tienen educación religiosa o viven en un universo no cristiano? ¿Por qué deben los niños recibir regalos el día de Navidad y considerar a Papá Noel, que los trae, un primo lejano de Cristo?

Todas las navidades del mundoHace 70 años, esta celebración de la Navidad, que a estas alturas del siglo XXI se ha convertido en un ritual nacional en países no cristianos o multiculturales, nos habría confundido bastante a mis padres y a mí. Dado que éramos de origen judío en una Francia abrumadoramente católica -los musulmanes aún no habían llegado en masa-, al principio mis padres decidieron ignorar la Navidad, que para ellos era un día como cualquier otro. Pero yo, un niño rodeado de niños cristianos, me fijaba en que ellos recibían ese día regalos y se atiborraban de chocolate y yo no. Mis padres pensaron que habían encontrado la síntesis celebrando Janucá, una festividad judía que, en el calendario, coincide aproximadamente con la fecha de la Navidad. La Janucá, o Fiesta de las Luminarias, celebra, en principio, la reconquista del templo de Jerusalén por parte de la familia de los Macabeos contra los déspotas helenistas.

Pero durante mucho tiempo se consideró una fiesta menor y controvertida: la reconquista del Templo enfrentó hace 2.000 años (en 165 antes de nuestra era) a los fundamentalistas hebreos apegados al territorio de Israel y a los judíos, ya dispersos, que concedían más valor al estudio de la Biblia que a las piedras viejas. En términos contemporáneos, se puede deducir que Janucá es una fiesta sionista o, en sentido estricto, nostálgica de un pasado muy antiguo. La única razón por la que los niños reciben regalos en Janucá es para que no se sientan frustrados ante sus compañeros cristianos. De modo que yo recibí regalos por Janucá, nuestro sustituto de la Navidad.

Quedaba el árbol. ¿Por qué no teníamos abeto, a diferencia de nuestros vecinos? Mis padres cedieron: teníamos un árbol de Navidad, que les resultó fácil aceptar, ya que es una costumbre de origen alemán -totalmente pagana- y mis padres procedían de Alemania antes de emigrar a Francia. Este árbol adornado es ahora universal, al igual que Papá Noel, cuyo traje rojo y trineo de renos se pueden encontrar tanto en las calles tropicales de Bangkok o Río de Janeiro como en Pekín y Tokio.

Todos estos Papá Noel, que se han convertido en proveedores de regalos -por lo general inútiles- para los niños y cada vez más para los padres, tienen por tanto una relación cada vez más incierta con la Navidad cristiana. ¿Sabemos también que este Papá Noel, inicialmente copiado del germánico San Nicolás, que salvaba a niños desgraciados, es en realidad estadounidense? Tal y como se le conoce y representa en todo el mundo, gordinflón, jovial y con gorro, fue diseñado originalmente por el estadounidense Thomas Nast en el año 1862; entonces era una imagen publicitaria. Así que la Navidad se ha convertido en una campaña publicitaria para Papá Noel, tratándose quizá del único anuncio universal junto al teléfono inteligente de Apple.

Sin duda, los auténticos creyentes sufren una vez al año esta distorsión del significado: la Navidad como carnaval. Pero no se les impide rezar y las recriminaciones no serían bien recibidas. Después de todo, ¿no debería alegrarnos que una vez al año el mundo se una en torno al universo de los niños? Sin embargo, preferiríamos que esta unificación del mundo girara en torno a algunos valores morales y no solo a las cajas de cartón. Como en Estados Unidos, por ejemplo.

En Estados Unidos, el último jueves del mes de noviembre, todo el país celebra el Día de Acción de Gracias, que conmemora la reconciliación en torno a una comida común de los colonizadores británicos con las poblaciones indígenas locales, allá por el año 1621. Hoy es la única festividad verdaderamente nacional que celebran todos los estadounidenses de todas las confesiones y de todos los orígenes. Durante la cena, de menú prácticamente fijo (pavo asado y maíz en particular), se agradece a Dios o al destino que Estados Unidos haya alcanzado una democracia, imperfecta pero democrática a pesar de todo, y todos los comensales, por turno, dan gracias por alguien o algo positivo.

En lugar de tomar prestado el Papá Noel de los estadounidenses, probablemente deberíamos haber importado un Día de Acción de Gracias universal. Imaginemos que llega un día en que la pandemia del Covid, un auténtico demonio globalizado, es derrotada por la ciencia y por nuestro comportamiento racional y sensato. Ese día podría celebrarse en todas partes y por todos, sin siquiera tener que hacer regalos. La vida sería nuestro único regalo, y se celebraría sin restricciones.

Guy Sorman

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