Todo sea en aras del 'proceso de paz'

Por Víctor de la Serna (EL MUNDO, 24/06/06):

[Nota: las dos noticias a las que se refiere Víctor de la Serna figuran debajo de su artículo]

Un presunto etarra dedicado a la extorsión de empresarios, Joseba Elosúa, habla por teléfono con un alto cargo del Partido Nacionalista Vasco, Gorka Aguirre, y le dice que su siniestro mecanismo de cobro ha sido «congelado». Según nos revela El País, Elosúa va y le espeta a Aguirre: «Pero congelado completo, ¿eh? Y si alguno tiene algún descuido, que te digan, ¿eh?».

¿Cómo hay que interpretar ese intercambio? ¿Como el del jefe de negociado del impuesto revolucionario con uno de sus recaudadores? No, nada de eso, nos explica el diario progubernamental en su titular, nada menos que a cuatro columnas en portada: ETA contactó con un cargo del PNV para que avisara si detectaba extorsión tras el alto el fuego.

La alambicada explicación es de las que le dejan a uno desconcertado. ¿Cómo puede ser que el representante de la banda que emite cartas de extorsión le pida a un político de un partido ajeno a ETA que le diga si se topa o no con esas cartas de extorsión? ¿Qué va a saber un político de la existencia o no de esas cartas... si tan sólo es un político?

(La información de El País contiene otras pinceladas llamativas, como la lírica descripción del recorrido vital de este sobrino del ex lehendakari José Antonio Aguirre: «Nació en el exilio en Bélgica, como todos sus hermanos, y creció conociendo de cerca los desvelos del primer Gobierno vasco, que vivió la larga espera del regreso»).

Todo ese extraño relato, publicado ayer, ha de colocarse en su contexto. Y éste no aparece en El País, cuyos lectores se habrán quedado rascándose, extrañados, la cabeza. Aparecía la víspera, el jueves, en EL MUNDO, dentro de la información sobre el chivatazo, presuntamente policial, al ínclito Elosúa, que impidió una amplia operación policial el 4 de mayo.

Explica Fernando Lázaro que, la víspera, los policías «detectaron una reunión entre Joseba Imanol Elosúa y un dirigente del Partido Nacionalista Vasco. Según explicaron fuentes de la Audiencia Nacional, este encuentro se celebró el 3 de mayo en una sidrería de Rentería, donde ambos almorzaron. Los investigadores sospechan y tratan de acreditar judicialmente que este representante del PNV le entregó dinero procedente de empresarios vascos a los que ETA había extorsionado. Se baraja que se trate de la misma cantidad, 60.000 euros, que al día siguiente tenía previsto entregar Elosúa en su bar al recaudador francés».

Huelga decirlo, pero lo decimos para que quede clara la cronología: el almuerzo de los 60.000 euros se celebró el 3 de mayo, y la conversación sobre los «descuidos» se había producido el 18 de abril, dos semanas antes.

Terrorismo callejero, una y otra vez, y también contra las sedes del PSOE en Burlada y Bilbao, como La Razón resalta en portada; extorsión de empresarios semanas y meses después de iniciado el supuesto «alto el fuego permanente». Pero no sucede nada, todo está «verificado», y basta acudir a la consabida portada de El País, con su consabido titular a cuatro columnas, para comprobar que todos los planes -a fecha fija: antes de terminar junio, dijo ETA- siguen incólumes: La detención de la red de extorsión de ETA no varía los planes del Gobierno.

Como observa un veterano periodista, avezado en aquellos esfuerzos informativos de la anterior era socialista, la de los GAL y el saqueo del erario, la actuación de los medios informativos afines ha variado desde entonces. Su estrategia de aquellos tiempos se limitaba, esencialmente, a mirar hacia otro lado y a lanzar la ocasional insidia sobre los torvos y oscuros motivos de la prensa crítica. Pero ahora el proceso de paz, expresión que se utiliza sin el más mínimo empacho, exige una participación mucho más directa de los medios informativos; como dicen los cursis de ahora, mucho más proactiva. Ya están todos en el proceso; ya participan reporteros en discretas reuniones políticas. Y hay que dar el callo, respondiendo a las noticias negativas de los demás con una contraprogramación tan sorprendente como la de ayer.

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Marlaska investiga si hay policías que avisan a ETA de redadas en marcha (EL MUNDO, 22/06/06):
Abre una pieza secreta para averiguar quién informa de sus actuaciones a los terroristas - El juez sospecha que un dirigente del PNV entregó el 3 de mayo dinero del 'impuesto revolucionario' al dueño del bar Faisán.

El juez de la Audiencia Nacional que instruye la causa sobre la trama de extorsión de ETA tiene abierta una pieza secreta y separada en la que trata de esclarecer posibles filtraciones policiales de la investigación al entramado etarra.

Fernando Grande-Marlaska está tratando de averiguar quién fue el que filtró a los investigados de la trama etarra que había un dispositivo policial contra ellos y que se iba a llevar a cabo el pasado 4 de mayo en la frontera con Francia, cuando preveían que se iba a llevar parte del dinero recaudado por ETA entre empresarios vascos.

El magistrado coordinó una operación desarrollada el pasado martes en España y en Francia contra el entramado financiero de la organización terrorista ETA. Siete presuntos implicados fueron capturados en Francia y cinco, en España. Grande-Marlaska realizó el dispositivo policial y judicial de manera conjunta con la magistrada antiterrorista francesa Laurence Le Vert.

Según explicaron fuentes de la Audiencia Nacional, el 4 de mayo la actuación habría tenido un mayor efecto puesto que estaba previsto que el recaudador francés de ETA, José Luis Cau Aldanur (detenido en el marco de la operación del martes), fuera al bar Faisán, regentado por otro detenido, Joseba Imanol Elosúa Urbieta. Cau tenía que recoger dinero del impuesto revolucionario en el hostal de Irún para llevárselo a Francia y entregárselo al aparato económico de ETA.

Los agentes tenían previsto desarrollar en ese momento la operación. De hecho, la previsión era detener el vehículo de los sospechosos, cerca de Francia, y realizar un «registro rutinario». Si detectaban el dinero, unos 60.000 euros, se habría dado luz verde al resto de la actuación.

Pero hasta el martes no se pudo poner en marcha el dispositivo. El día que se pretendía «reventar» la trama se produjo una filtración de las actuaciones policiales previstas. Según explicaron las citadas fuentes de la Audiencia Nacional, ese mismo día 4 de mayo por la mañana, cuando Joseba Elosúa salía de su domicilio, se le acercó un individuo que le alertó de que estaba siendo objeto de control policial y de que si realizaba el pago previsto para ese día, iba a ser detenido. Pero es que, además, ese comunicante anónimo le entregó a Elosúa un teléfono móvil con el que, al parecer, mantuvo una segunda conversación abundando en el aviso sobre la vigilancia policial.

Y el chivatazo surtió efecto. Elosúa tomó precauciones para evitar una actuación policial en caliente. De hecho, tras realizar una par de llamadas cortó las comunicaciones telefónicas y acudió directamente a Francia para entrevistarse con Cau Aldanur. Se trataba así de evitar la reunión en España y pasar la frontera con los 60.000 euros fruto de la extorsión a varios empresarios.

Las Fuerzas de Seguridad del Estado tuvieron conocimiento de estos hechos como consecuencia de las intervenciones judiciales que ya existían sobre los sospechosos. De hecho, el vehículo utilizado por el ahora detenido estaba, incluso, balizado. En las conversaciones, Elosúa habla de estos avisos e identifica como miembro del Cuerpo Nacional de Policía a su informador.

El juez de la Audiencia Nacional ha abierto una pieza secreta sobre estas filtraciones y trata de aclarar si ese contacto con el sospechoso fue hecho por un agente de la Policía, tratando así de evitar su detención.

Esta situación ha creado un fuerte malestar entre los agentes de la Comisaría General de Información. La posibilidad de que entre los policías que han participado haya un chivato que informa a la organización terrorista ETA ha roto los esquemas a un gran número de los agentes de Información que durante los últimos meses han estado cerrando el círculo contra el entramado de extorsión de ETA en Francia y en España.

Pero es que, además, los agentes que han realizado este dispositivo no se encontraron únicamente con esta sorpresa. La víspera de que se celebrara ese encuentro en el que estaba previsto poner en marcha la operación contra todo el entramado, los especialistas de información detectaron una reunión entre Joseba Imanol Elosúa y un dirigente del Partido Nacionalista Vasco. Según explicaron fuentes de la Audiencia Nacional, este encuentro se celebró el 3 de mayo en una sidrería de Rentería, donde ambos almorzaron. Los investigadores sospechan y tratan de acreditar judicialmente que este representante del PNV le entregó dinero procedente de empresarios vascos a los que ETA había extorsionado. Se baraja que se trate de la misma cantidad, 60.000 euros, que al día siguiente tenía previsto entregar Elosúa en su bar al recaudador francés. El magistrado Grande-Marlaska trata de esclarecer estos extremos.

En la operación desarrollada en España y en Francia el pasado martes la Policía capturó, entre otros, a uno de los fundadores de la organización terrorista, Julen Madariaga, quien ha renunciado expresamente a la violencia y forma parte de la Ejecutiva de Aralar, que se escindió de Batasuna tras acabar la anterior tregua.

Las pesquisas sobre esta trama comenzaron hace más de dos años. En aquel momento, el juzgado ocupado ahora por Fernando Grande-Marlaska estaba dirigido por Baltasar Garzón, que próximamente regresará al Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

El juez Grande-Marlaska tendrá «inmediato conocimiento» del contenido de las declaraciones de los siete detenidos en Francia. También se facilitará a la Justicia española la documentación incautada en el país vecino, según explicaron ayer los portavoces de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Juan Antonio García Jabaloy y Juan Moral.

La operación fue desarrollada por un equipo policial y judicial coordinado conjuntamente por Grande-Marlaska y la juez antiterrorista francesa Laurence Le Vert, por lo que no será necesario enviar comisiones rogatorias al país vecino para conocer la información que derive de las detenciones allí practicadas, entre las que está la de Madariaga.

Por su parte, el juez español remitirá a Francia el contenido de las declaraciones judiciales de los cinco presuntos miembros del aparato de extorsión de la organización terrorista capturados en nuestro país.

García Jabaloy precisó que no se contempla que Grande-Marlaska o él mismo, que es el fiscal adscrito a la investigación, estén presentes en las declaraciones en Francia, y añadió que la cooperación judicial entre ambos países se basa en la plena confianza.

Los portavoces de la Fiscalía eludieron adelantar si el Ministerio Público tiene previsto solicitar medidas cautelares contra los presuntos miembros del aparato de extorsión detenidos en España.

Por Fernando Lázaro.

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ETA contactó con un cargo del PNV para que avisara si detectaba extorsión tras el alto el fuego (EL PAÍS, 23/06/06):

Los integrantes de la red de extorsión desarticulada el pasado martes en una operación conjunta hispano-francesa contactaron con Gorka Aguirre, jefe de relaciones externas del Partido Nacionalista Vasco (PNV), para comunicarle que la cúpula terrorista había ordenado poner fin al envío de cartas de extorsión a empresarios, y que les avisase en el caso de que descubriera que seguían llegando misivas reclamando el pago del denominado impuesto revolucionario.

La investigación policial acreditó que el 18 de abril Joseba Elosua, detenido en relación con la red de extorsión de ETA, llamó por teléfono a Gorka Aguirre para comunicarle la paralización de las actividades de envío de cartas reclamando el pago del impuesto revolucionario a empresarios vascos, así como el interés de los dirigentes de la organización terrorista de ser informados puntualmente caso de que se detectaran nuevas cartas. La policía cree que ETA pretendía contrarrestar de esta manera la acción paralela de algún grupo incontrolado.

La conversación grabada por la policía entre Joseba Elosua y Gorka Aguirre pretendía fijar una cita para los próximos días y transcurrió en los siguientes términos:

Joseba Elosua: ¿Tienes el último panfleto [carta de extorsión]?

Gorka Aguirre: No, no lo he cogido todavía.

Elosua: ¡Ah!... Si lo tengo yo, pues... (...) El asunto de los bancos, del banco... dinero...

Aguirre: Sí.

Elosua: Congelado... completo, ¿eh?

Según la investigación policial, Elosua está comunicando a Aguirre que se ha congelado el envío de cartas de extorsión.

Aguirre. Vale

Elosua. Vale. Pero congelado completo, ¿eh? Y si alguno tiene algún descuido, que te digan, ¿eh?

Aguirre. Vale.

Elosua. Estos anda... este... anda la txakurrada (policías).

Aguirre. Vale, vale.

Elosua. Oye, si sabes de alguien que, ¿eh?

Aguirre. Tranqui... si...

Elosua. Di... ¿eh?

Aguirre. Conforme.

Tras esta conversación, la policía hace un seguimiento de Aguirre y Elosua, que se citan el 20 de abril en el bar Faisán, cita que se prolonga hasta las 19.20. El dirigente del PNV abandona el bar a esa hora con un periódico doblado y varios sobres en su interior.

Fuentes de la investigación aventuran que esos sobres podrían ser nuevas cartas de extorsión, las últimas escritas antes del alto el fuego pero aún no enviadas, correspondientes a Vizcaya, donde reside Gorka Aguirre.

Gorka Aguirre, de 56 años, es sobrino del que fue primer lehendakari, José Antonio Aguirre. Nació en el exilio en Bélgica, como todos sus hermanos, y creció conociendo de cerca los desvelos del primer Gobierno vasco, que vivió la larga espera del regreso. Vivió y estudió en la ciudad belga de Amberes, logrando su licenciatura de Economía.

Desde muy joven se afilió al PNV. Es yerno de Luis María Retolaza, ex consejero del Interior y otro histórico dirigente del partido nacionalista que, junto con Juan Ajuriaguerra, se dedicaron a recomponer el partido durante el franquismo en Euskadi.

Político discreto y de pocas palabras, poco amigo de declaraciones públicas, Gorka Aguirre pertenece al sanedrín del PNV y es miembro del EBB desde la época clandestina.

En Bélgica y Francia conoció el mundo de los primeros exiliados de ETA y ha seguido manteniendo sus contactos, sirviendo muchas veces de puente principal entre su partido y el mundo de la izquierda abertzale.

Fue, junto con Joseba Egibar, el interlocutor ante ETA y HB de la negociación que condujo a la tregua de 1998.

Fuentes cercanas a Gorka Aguirre informaron de que el político del PNV no iba a hacer declaraciones, si bien desmintieron que hubiese salido del bar Faisán con unos sobres que contuvieran cartas de extorsión. Las mismas fuentes insistieron que en la comida sólo se abordó el tema de la pacificación y del proceso de paz.

Por otra parte, según informaron fuentes de la investigación, el presunto recaudador del impuesto revolucionario Joseba Elosua indicó en sus declaraciones ante la policía que un pago que se imputa al fundador de ETA, Julen Madariaga, detenido en Francia, se refiere a la devolución de un préstamo y no a que Madariaga realizase labores de intermediación. Elosua declarará hoy ante el juez Grande-Marlaska.

Por Julio M. Lázaro.