Transferencias constitucionales

La ministra de Administraciones Públicas, Carolina Darias, reinicia su actividad con los consejeros de las comunidades autónomas después del parón sufrido por causa del coronavirus, de la que la titular ministerial fue víctima a comienzos de la pandemia. La primera cita telemática ha sido con el consejero del Gobierno vasco Josu Erkoreka, con el que ya ha acordado retomar la agenda de transferencias pactada entre ambos ejecutivos en el mes de febrero. Las primeras transferencias podrían producirse una vez que el País Vasco entre en la fase 3.

Los nacionalistas consiguieron incluir 32 materias dentro del calendario de negociación con el Gobierno de España, entre las que se encuentran todo un rosario de reivindicaciones, algunas antiguas, otras de nueva generación, concebidas recientemente, ya que, como indica el informe del Ejecutivo de Vitoria, «nunca la materialización de las competencias pendientes se correspondió con una foto estática». A su vez, califican el nuevo listado como «un referente de mínimos que no puede impedir que sean requeridos otros traspasos añadidos o de diferente contenido».

Desconozco la sensibilidad política de la ministra Darias en relación a la estructura de España y al ejercicio de las menguantes competencias del Gobierno de España en comunidades como Cataluña y Euskadi, pero le auguro que en el proceso negociador su papel va a ser meramente institucional. El objetivo del Gobierno nacionalista de Vitoria no es sólo la transferencia de las competencias señaladas en el Estatuto de Autonomía; esas realmente están transferidas prácticamente en su totalidad. El objetivo de Erkoreka va a ser el de que el Estado se inhiba voluntariamente de ejercer competencias de las que es titular en exclusiva por indicación del artículo 149 de la Constitución. Así lo han logrado los nacionalistas cuando en 2019 recibieron la transferencia de las autopistas A-68 y AP-1 en sus tramos por el País Vasco mediante la argucia de sacarlas del catálogo de la red estatal de carreteras al dejar de considerarlos de interés general.

Semejantes fórmulas se van a emplear para lograr la transferencia de la Meteorología, los puertos de Bilbao y Pasajes o la gestión de los aeropuertos. Realmente, deberíamos hablar de transferencias constitucionales más que de transferencias estatutarias. Nunca el PNV se había encontrado en una posición tan favorable para rebañar las últimas competencias que el Estado ejerce en el País Vasco. La debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez y su dependencia de cada uno de los votos que obtuvo en la sesión de investidura facilitan extraordinariamente el trabajo de los nacionalistas.

Erkoreka es un político bregado y, además de haber sido el portavoz del PNV en el Congreso durante dos legislaturas y consejero de Administraciones Públicas en el Gobierno vasco, es profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Deusto y letrado de la Secretaría General de Régimen Jurídico del Gobierno Vasco. Fue director del Instituto Vasco de Administraciones Públicas y, en definitiva, se ha dedicado toda su vida a estudiar y negociar las transferencias constitucionales y estatutarias al País Vasco.

Pero si su currículum no fuera suficiente, cuenta con el viento a favor de un Gobierno socialista que, además de necesitar sus votos en el día a día, se encuentra en la necesidad de resarcir al PNV del agravio que se le ha infligido con los oscuros acuerdos de PSOE y Podemos con Bildu. En estas condiciones, la negociación no va a ser de tú a tú, como siempre reclama el Gobierno vasco, sino mucho más favorable aún a sus pretensiones.

La única esperanza para que la negociación se haga de modo equilibrado y con respeto tanto a las competencias exclusivas del Estado como a las que corresponden a la Comunidad Autónoma es que el sentido de Estado prevalezca en la comisión negociadora, particularmente en los responsables del Ministerio de Administraciones Públicas, que no sean presionados por las conveniencias políticas del momento y que los acuerdos sean dirigidos desde la eficiencia y eficacia del sistema. Ya ven que las posibilidades de un acuerdo razonable, prácticamente, no existen.

Pues, a partir de aquí, lo que cabe pensar es que esta negociación va a entrar en el conjunto de elementos de los que dispone el Gobierno de Sánchez para prolongar la Legislatura. El PNV, socio habitual del PSOE en todas las instituciones, hará la representación de sus enfados y desavenencias, pero el Gobierno le va a dar motivos suficientes para que lo siga sosteniendo. El principal paquete de argumentos va a llegar en la negociación de transferencias entre Darias y Erkoreka. Piensen en quién se está frotando las manos.

Javier de Andrés es diputado general de Álava y exdelegado del Gobierno en el País Vasco.

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