Trump hizo estallar el debate (y a sí mismo)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, participan en su primer debate de la campaña presidencial de 2020. (REUTERS/Brian Snyder)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, participan en su primer debate de la campaña presidencial de 2020. (REUTERS/Brian Snyder)

El exvicepresidente estadounidense Joe Biden ingresó al primer debate presidencial el martes por la noche con una sólida ventaja en las encuestas, tanto a nivel nacional como en los estados que están aún en disputa. Cada semana hay más estados comenzando con las votaciones tempranas y los votos en ausencia, por lo cual el presidente Donald Trump necesitaba sacudir la carrera de una manera dramática. Trump no lo hizo y dejó intacta la ventaja de Biden. Quizá, lo dejó con la mayor ventaja que ha tenido.

Cuando se enfrentó a preguntas sobre su gobierno y políticas actuales, Trump lanzó palabras al aire, cambió de tema, hizo acusaciones difamatorias y convenció a cualquier espectador racional de que en realidad está rebasado. La mayoría de las veces interrumpió el debate para acusar repetida y falsamente a Biden de mantener posiciones que en realidad tenían sus oponentes más progresistas en las primarias demócratas. Trump era como un feed de Twitter caminante: sin hechos, todo fanfarronería e insultos. Desafortunadamente, el moderador Chris Wallace nunca pudo controlar a Trump, por lo que el debate se convirtió en una constante interrupción de su parte.

Trump terminó discutiendo con Wallace, quien señaló correctamente que Trump no tiene un plan integral de atención médica. Trump insistió en que estaba bajando los precios de los medicamentos (no lo ha hecho), pero sin admitir que no ha creado un reemplazo para el programa Obamacare. Biden explicó que no apoya al senador Bernie Sanders (independiente por Vermont) en el plan de ampliar el programa Medicare para todos, como afirmó Trump. Mientras Trump intentaba interrumpir una y otra vez, Biden preguntó burlonamente: “¿Tienen alguna idea de lo que está haciendo este payaso?”. En otro momento, Biden dijo en voz baja: “¿Puedes callarte, hombre?”. Dejó en claro que Trump nunca ha tenido un plan de atención médica.

Curiosamente, antes del debate, los operadores republicanos y sus opinadores conservadores parecían empeñados en bajar el listón de Biden, llamándolo senil y débil. En cambio, Biden le dio un nocaut técnico a Trump al señalar su mala respuesta ante la pandemia del COVID-19. Lo llevó metódicamente a través de las horrendas estadísticas de muertes y sufrimiento a causa de la enfermedad. “Es lo que es, porque eres quien eres”, le dijo Biden con calma. Nos recordó que Trump le dijo a Bob Woodward del Post que sabía que el nuevo coronavirus era mortal, mientras le decía al pueblo estadounidense que no era peor que la gripe. Dijo que Trump pensó que los estadounidenses entrarían en pánico, pero que Trump fue el que entró en pánico. Trump terminó en otra discusión con Wallace sobre cómo los propios asesores presidenciales cuestionan la cronología optimista de Trump sobre el tema.

En momentos, Trump simplemente lanzó insultos para inquietar a Biden. ("Nunca uses la palabra 'inteligente' conmigo", dijo el presidente). Insultó a Biden por usar cubrebocas con demasiada frecuencia. Defendió los mítines que ha hecho sin preocuparse por la propagación del COVID-19. Se jactó del tamaño de las multitudes que han estado en ellos, y admitió que le importaba más que hubiera participación en sus eventos que prevenir la propagación del virus.

Trump se jactó de que la economía en su gobierno es “la mejor de la historia”, pero Biden se puso del lado de la gente de a pie y señaló que la economía puede estar recuperándose para los ricos, pero no para los trabajadores comunes. Biden después le aventó a Trump a la cara su evasión fiscal, después de lo cual Trump se negó a confirmar si pagó 750 dólares en impuestos federales en 2016 y 2017, como informó recientemente The New York Times. Después, Trump mintió diciendo que tenía una deuda relativamente pequeña (según los informes, debe 421 millones de dólares) e insistió en que pagó “millones” en impuestos. Biden lo interrumpió, burlándose de él y diciéndole que publicara sus declaraciones de impuestos.

Biden señaló que hay estudios que muestran que su plan crearía más empleos y haría que la economía creciera más rápido que el de Trump. En respuesta a las burlas de Trump, Biden dijo sin rodeos: "Eres el peor presidente que ha tenido Estados Unidos". Biden dijo que le entregaron a Trump una economía en auge, pero Trump "lo arruinó" y no salvó al sector de la manufactura.

Cuando Trump atacó a Hunter, hijo del candidato demócrata, Biden trató de responder solo para ser interrumpido perpetuamente. Wallace trató de decirle a Trump que se controlara y lo reprendió por interrumpir. Pero Trump continuó interrumpiendo a Biden. Wallace le gritó a Trump diciéndole que no podía seguir hablando del hijo de Biden.

Sobre el tema racial, Biden repasó la lista de las veces que Trump ha apoyado al racismo y a los supremacistas blancos. Se burló de la idea de Trump de que ha sido mejor para los afroestadounidenses que cualquier otro presidente. Trump respondió sacando a relucir el proyecto de ley contra el crimen de 1994, enumerando las veces que él ha respaldado a la Policía y haciendo acusaciones descabelladas de que Biden no ha usado la frase “Ley y orden”. Biden habló con calma sobre convocar a encuentros para discutir las políticas de vigilancia policial que involucren a todas las partes, reiterando que la violencia nunca es apropiada. Trump insistió en que puso fin a los entrenamientos de sensibilidad racial para los trabajadores federales porque estaban tratando de hacer que la gente “odiara a Estados Unidos”, pero Biden enfatizó que sí existe el racismo y que esas actitudes se deben condenar. Biden hizo una súplica silenciosa pero apasionada por la unidad, criticando los llamados de Trump dirigidos a los suburbios, dejando en claro que estos no son completamente blancos como en la década de 1950 y defendiendo las políticas de acercamiento con la comunidad. Trump solo pudo responder con insultos y argumentos sin lógica.

Biden fue más convincente cuando acusó a Trump de "echar gasolina al fuego" en el tema racial. Wallace desafió a Trump a condenar a las milicias blancas y a los supremacistas blancos, pero Trump lo esquivó. De hecho, pareció animar a un grupo violento de supremacistas blancos: "¡Proud Boys, retrocedan y esperen! Pero les diré algo, alguien tiene que hacer algo con Antifa y la izquierda". Posiblemente fue el peor momento del debate.

Cerca del final, Biden acusó a Trump de ser el "cachorro de Putin" y lo criticó por no confrontar al líder ruso por otorgar recompensas por soldados estadounidenses. Cuando Biden planteó el tema de los insultos de Trump a los militares y a su hijo Beau, Trump una vez más comenzó a despotricar sobre Hunter Biden.

Sobre el cambio climático, Trump mantuvo su discurso de culpar a la mala gestión forestal por los incendios. En un momento admitió que los humanos causan el cambio climático, pero luego volvió a su perorata sobre los bosques. Es este tipo de estupidez abrumadora lo que apaga a la enorme mayoría de votantes. Trump se negó a dar una respuesta coherente para explicar sus esfuerzos por reducir los requisitos de consumo de combustible y derogar las regulaciones de la era del expresidente Barack Obama. Biden explicó su propio plan sobre la energía renovable y la construcción ecológica (¡Un plan! ¡Una política real!), pero Trump comenzó a gritar ideas derechistas sobre el Green New Deal. Biden respondió con calma que su plan no es el Green New Deal.

Finalmente, sobre la integridad de las elecciones, Biden desmintió las afirmaciones engañosas sobre el voto ausente y anticipado, acusando rotundamente a Trump de intentar desacreditar la elección. Descartó las amenazas y las payasadas de Trump y les dijo a los votantes que tienen el poder de expulsar a Trump. Trump luego arremetió con acusaciones desquiciadas sobre cómo el expresidente Barack Obama espiaba a su equipo de transición, revelando cuán loco está. Y, para probar el punto de Biden, trató de afirmar que las boletas electorales por correo equivaldrían a fraude. "Esto va a ser un fraude como nunca se ha visto", dijo, evidenciando el desprecio que tiene por el voto del que Biden acababa de acusarle. Trump incluso llegó a decir que podría tener que pedirle a la Corte Suprema, con su nuevo juez, que decida las elecciones.

Chris Wallace, quien dijo que intentaría ser “invisible”, en realidad fue atropellado, lo que llevó a un debate caótico que a veces era imposible de seguir. Debería haber detenido el debate o cortado el micrófono de Trump hasta que aceptara cumplir las reglas. La estrategia de Trump fue ser tan desagradable y agresivo que con ello pudiera evitar responder preguntas y tener que defender su mandato.

El trabajo de Trump era ganarse a los votantes. Es difícil creer que alguien que aún no sea parte de su culto pueda ser persuadido de apoyar a un tipo grosero, fanfarrón e ignorante. Biden se mantuvo tranquilo y sereno, mostrando su conocimiento y su normalidad. En esta elección, eso lo coloca muy por encima de Trump.

GANADOR: Joe Biden

PERDEDORES: Donald Trump y Chris Wallace

Jennifer Rubin.

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