¿Un comunicado histórico?

Rogelio Alonso es profesor de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (EL PAIS, 28/07/05).

¿Es el último comunicado del IRA realmente histórico? Este calificativo ha sido utilizado en numerosas ocasiones a lo largo de la última década en Irlanda del Norte. Otros anuncios previos de la organización terrorista también generaron optimistas expectativas que posteriormente dieron paso a la decepción. La atención mediática que los pronunciamientos del grupo terrorista despiertan suele desvanecerse gradualmente evitándose de ese modo un examen riguroso del verdadero alcance de los mismos. La valoración de los comunicados del IRA obliga a analizar tanto el contexto en el que éstos se producen como sus contenidos. En primer lugar, es necesario tener presente que quien firma la reciente declaración es una organización terrorista responsable del asesinato de miles de seres humanos que todavía hoy continúa amenazando, intimidando y financiándose a través de actividades criminales.

Así lo han constatado los primeros ministros británico e irlandés y la comisión independiente que tiene como misión juzgar si realmente los grupos terroristas norirlandeses respetan sus declaraciones formales de alto el fuego. Las denuncias contra el IRA por parte de tan relevantes actores ha colocado en los últimos meses una gran presión sobre el grupo liderado por Gerry Adams. El contexto internacional la ha intensificado propiciando este gesto público del grupo terrorista, pues en el escenario creado por el 11-S, el 11-M y el 7-J es impensable que el IRA vuelva a colocar bombas en Londres o a matar indiscriminadamente a civiles. En realidad, declarar el final de "su campaña armada" es en este momento redundante, pues poco probable era que el IRA perpetrara otra vez atentados que facilitaran la equiparación de Adams con Bin Laden cuando el primero ha invertido tanto en rehabilitar su imagen llegando al extremo de fotografiarse con Juan Pablo II.

Hace tiempo que los dirigentes del IRA han abandonado su denominada "lucha armada" conscientes de la ineficacia de la misma después de 30 estériles años de asesinar sin conseguir sus objetivos. Así lo constata el hecho de que quienes asesinaron por una Irlanda unida aceptan hoy administrar la limitada autonomía que bajo soberanía del Gobierno británico se introdujo en la región en 1999 y que permanece suspendida desde 2002 por las diversas actividades del IRA, entre ellas el espionaje de dichas instituciones o el cuantioso robo a un banco en Belfast. No renunciaron los responsables del IRA a mantener presente al grupo terrorista como elemento de presión con el que coaccionar a sociedad y políticos, prometiendo por un lado su desaparición pero condicionándola a que el Sinn Fein recibiera concesiones políticas. Esta estrategia ha generado numerosos engaños, siendo Tony Blair víctima de uno de ellos cuando en 1999, después de una conversación privada en la que dirigentes del Sinn Fein le transmitieron lo mismo que el grupo terrorista acaba de anunciar ahora, el premier británico declaró que el IRA estaba dispuesto a acometer "un gesto de proporciones sísmicas" en lo referente a su desarme. Cuando finalmente el IRA entregó algunas de sus armas, lo hizo sin satisfacer las expectativas, mientras los servicios de inteligencia descubrían que el grupo había ordenado fabricar nuevos morteros. En octubre de 2003, Adams pronunció otro de esos supuestamente "históricos" discursos que el tiempo ha expuesto como mera palabrería al no ir acompañado de hechos. Entonces, como ahora el IRA, Adams ya declaró que existía alternativa a la violencia afirmando su "compromiso absoluto con los métodos exclusivamente democráticos y pacíficos", oponiéndose a "cualquier uso de la fuerza o amenaza con fines políticos". Quienes interpretaron que Adams estaba cerrando la empresa que dirige desde hace 30 años, el IRA, se vieron decepcionados. Por tanto, para que las nuevas palabras del IRA reciban el calificativo de históricas requieren actos concretos que les den credibilidad.

Es oportuno destacar que el IRA no ha anunciado su completa desaparición, en cuyo caso Adams habría perdido el instrumento a través del cual ha chantajeado a Gobiernos y políticos. Este chantaje ha sido aceptado en el pasado por dirigentes que estimaron que así facilitaban la transición del terrorismo a la democracia, pero que ahora contemplan alarmados las consecuencias de su equivocada estrategia al haber logrado fortalecer al Sinn Fein, hoy el partido nacionalista más votado en Irlanda del Norte. Muchos de ellos aceptan que hubiese sido más eficaz haber exigido al Sinn Fein lo mismo que se requeriría de otro partido para su plena aceptación en la democracia, rechazando favoritismos inspirados en la presencia coaccionadora de un grupo terrorista a la sombra de un partido que ha explotado así el sistema democrático. El tiempo demostrará si las tácticas han cambiado.


Texto de la declaración del IRA, 28 de julio de 2005

"La dirección del Oglaigh na hEireann [nombre en gaélico del Ejército Republicano Irlandés, IRA] ha ordenado formalmente el final de la campaña armada. Éste entrará en vigor a partir de las cuatro de esta tarde. Todas las unidades del IRA han recibido la orden de dejar las armas. Se han dado instrucciones a todos los voluntarios para que presten su ayuda en el desarrollo de programas puramente políticos y democráticos por medios exclusivamente pacíficos. Los voluntarios no deben embarcarse en ningún otro tipo de actividades.

La dirección del IRA ha autorizado igualmente a nuestro representante a trabajar con la CIID [Comisión Independiente Internacional de Desarme] a fin de completar y concluir el proceso de inutilización verificable de las armas lo antes posible y de manera que se fomente la confianza pública. Hemos invitado a dos testigos independientes, de las Iglesias católica y protestante, para que den fe de ello.

El consejo militar ha tomado estas decisiones después de un proceso sin precedentes de debate interno y de consulta con las unidades y los voluntarios del IRA. Apreciamos la integridad y franqueza con la que se llevó a cabo el proceso de consulta y la profundidad y contenido de las propuestas. Estamos orgullosos de la camaradería con la que se condujo ese debate realmente histórico.

El resultado de nuestras consultas indica un apoyo muy firme entre los voluntarios del IRA a la estrategia de paz del Sinn Fein. Existe también una preocupación generalizada por el hecho de que los dos Gobiernos [británico e irlandés] y los unionistas no se hayan comprometido plenamente en el proceso de paz. Esto ha creado verdaderas dificultades.

La abrumadora mayoría de los irlandeses apoyan plenamente ese proceso. Ellos y los amigos de la unidad de Irlanda en todo el mundo quieren ver completamente aplicado el Acuerdo de Viernes Santo. A pesar de estas dificultades, hemos decidido avanzar en nuestros objetivos republicanos y democráticos, incluido el de una Irlanda unificada. Creemos que ahora existe una alternativa para conseguirlo y para terminar con la dominación británica en nuestro país.

Es responsabilidad de todos los voluntarios mostrar liderazgo, determinación y valor. Tenemos muy en cuenta los sacrificios de nuestros patriotas muertos, de los que fueron a la cárcel, los voluntarios, sus familias y la más amplia base republicana. Reiteramos nuestra opinión de que la lucha armada era totalmente legítima.

Somos conscientes de que mucha gente ha sufrido en este conflicto. Edificar una paz justa y duradera es un imperativo apremiante para todas las partes.

Se nos ha planteado el asunto de la defensa de las comunidades nacionalista y republicana. La sociedad tiene la responsabilidad de garantizar que no vuelvan a producirse los pogromos de 1969 y de comienzos de los años setenta. Hay también una responsabilidad universal de enfrentarse al sectarismo en todas sus formas.

El IRA está totalmente comprometido con los objetivos de la unidad y la independencia de Irlanda y de construir la República subrayada en la Proclamación de 1916. Hacemos un llamamiento a la unidad y al esfuerzo máximos por parte de los republicanos irlandeses dondequiera que se encuentren. Confiamos en que trabajando juntos, lograremos nuestros objetivos.

Cada voluntario es consciente del alcance de las decisiones que hemos adoptado y todos los Oglaigh están obligados a cumplir plenamente estas órdenes. Tenemos ahora la oportunidad sin precedentes de utilizar la energía y buena voluntad que hay a favor del proceso de paz.

Esta amplia serie de iniciativas sin parangón es nuestra contribución al mismo y a los esfuerzos continuados para lograr la independencia y la unidad del pueblo de Irlanda".