Un Departamento de Filosofía en una Facultad de Filología

Permítaseme hacer algunas observaciones al artículo de Carlos Andradas "A favor de la filosofía". Es tan llamativo como habitual el recurrir a lo que sucede en otros países de Europa, e incluso Estados Unidos, cuando se trata de defender algo que interesa llevar a cabo, y olvidarse de otras cosas, que también tienen lugar en la Unión Europea y en EE. UU. que nos beneficiarían mucho más. Recuerdo al respecto la oposición a la cómoda y estéril práctica de limitarse a copiar lo ajeno, que ya Ortega y Gasset expresara en 1930. Merece la pena reproducir algunas de sus palabras, extraídas de Misión de la Universidad:

"Una institución es una máquina, y toda su estructura y funcionamiento han de ir prefijados por el servicio que de ella se espera. En otras palabras: la raíz de la reforma universitaria está en acertar plenamente con su misión. Todo cambio, adobo, retoque de esta nuestra casa que no parta de haber revisado previamente con enérgica claridad, con decisión y veracidad, el problema de su misión, serán penas de amor perdidas. [...] No censuro que nos informemos mirando al prójimo ejemplar; al contrario, hay que hacerlo; pero sin que ello pueda eximirnos de resolver luego nosotros originalmente nuestro propio destino. Con esto no digo que hay que ser "castizo" y demás zarandajas. Aunque, en efecto, fuésemos todos —hombres o países—idénticos, sería funesta la imitación. Porque al imitar eludimos aquel esfuerzo creador de lucha con el problema que puede hacernos comprender el verdadero sentido y los límites o defectos de la solución que imitamos. Nada, pues, de "casticismo", que es, en España sobre todo, pelo de la dehesa. No importa que lleguemos a las mismas conclusiones y formas de otros países; lo importante es que lleguemos a ellas por nuestro pie, tras personal combate con la cuestión sustantiva misma."

Por otra parte, inmersos en la civilización del espectáculo —para decirlo usando el título del libro de Vargas Llosa—, vivendo en una sociedad en la que influye tanto la imagen, la apariencia, la publicidad, la mercadotecnia... no es lo mismo "Filología y Filosofía" que "Filosofía y Filología" (no es un juego de palabras, en efecto, pero el orden sí altera el producto) para denominar a la actual facultad de Filosofía. La primera opción sería la coartada para aquellos que quieren hacer de la filosofía un saber secundario o residual, e incluso abogan por su desaparición, y entonces, aunque no se pretenda inicialmente, acabe sucediendo que solo haya un Departamento de Filosofía dentro de una Facultad de Filología.

Finalmente, sería insensato negar la importancia de la economía, pero un pensaiento calculador, una mentalidad economicista, termina poniendo todo proyecto humano al servicio de la economía. Así las cosas, resultaría sarcástico que hubiera una facultad de Humanidades. Parece que nos hemos olvidado que Adam Smith, considerado el padre de la economía moderna, publicó una Teoría de los sentimientos morales (1759) antes que La riqueza de las naciones (1776).

José Antonio Martínez es Catedrático de Filosofía en Bachillerato

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