Un Madrid sostenible para todos

Nos adentramos en la segunda década del siglo XXI, en un contexto globalizado en el que las ciudades y la tecnología van a ser determinantes en nuestra forma de vida, y también en la búsqueda de soluciones para los grandes retos sociales y medioambientales a los que nos enfrentamos.

Uno de esos grandes retos es el logro de la sostenibilidad ambiental; y en el caso concreto de la ciudad de Madrid requiere como paso imprescindible la mejora de la calidad del aire que respiran los ciudadanos. Venimos de una década de incumplimiento de la directiva europea de calidad del aire y no nos podemos permitir continuar en esta situación.

Siguiendo la lógica aristotélica, es imprescindible analizar a fondo las circunstancias que concurren en nuestra ciudad para poder abordar las soluciones más ágiles y eficientes; y con esta firme voluntad venimos trabajando desde el inicio de esta legislatura.

Madrid es la ciudad más grande y poblada de España, tiene el doble de habitantes que Barcelona, la siguiente en población. Pero, además, Madrid tiene unas circunstancias climáticas muy concretas, con largos períodos de inversión térmica y una movilidad urbana muy condicionada por la entrada diaria de cientos de miles de personas que trabajan y desarrollan su actividad en la capital. Son unas condiciones propias y particulares que requieren de medidas ajustadas a su realidad y a su proyección de futuro.

Es esta tozuda realidad, la de los datos de calidad del aire y funcionamiento diario de la ciudad, la que ha puesto de manifiesto que los planes del gobierno anterior fueron completamente insuficientes para reconducir la situación: los parámetros de calidad del aire de 2019 seguían arrojando franco incumplimiento de la directiva y hemos recibido una ciudad sumida en el caos circulatorio. Es el resultado de unos planes que se ejecutaron tarde e improvisadamente, y que nos tienen inmersos en un procedimiento sancionador por incumplimiento de la directiva europea. Unos planes que confundieron pedagogía con prohibición, que solo llegaron a actuar en un 1,5% de la superficie de la ciudad y que se impusieron a última hora sin prever una transición social justa para la movilidad de nuestra ciudad.

El 30 de septiembre de 2019 presentamos la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360 y, en menos de cinco meses, ya hemos puesto en marcha algunas de sus principales medidas. Este plan no hace tabla rasa de lo anterior, sino que asume y mejora las medidas que han venido diseñando y planificando los sucesivos gobiernos de la ciudad a los largo de los años, con un enfoque más moderno que combina las necesarias prohibiciones con concienciación y, sobre todo, con apoyo y alternativas. Porque solo así la transición será asequible para todos los ciudadanos y no solo para los más pudientes.

Uno de los principales esfuerzos consiste en adelantar en el tiempo medidas que están encima de la mesa desde hace años, como la necesaria renovación de calderas y del parque automovilístico circulante. En Madrid, el 15% de los vehículos está generando el 50% de la contaminación, y esto se debe a que la antigüedad media de nuestro parque automovilístico supera los 10 años. La inseguridad sobre futuras regulaciones ha hecho dudar a los madrileños, que en los últimos años vienen adquiriendo vehículos de segunda mano en lugar de decidirse por la compra de vehículos con tecnologías más modernas y limpias.

Por eso Madrid 360 incluye una potente línea de subvenciones que estarán disponibles este mismo año, apoyadas por información de calidad, que permitirán a los madrileños optar por mejores soluciones de transporte, si necesitan utilizar el vehículo privado. Madrid 360 irá restringiendo la circulación a los vehículos más contaminantes hasta 2024, pero concederemos la mayor línea de ayudas de la historia para la renovación de flotas: 150 millones en cuatro años.

Pero, sin lugar a dudas, nuestra gran apuesta es el transporte público. Queremos convencer a los madrileños de que es la mejor forma de moverse por la ciudad, la más limpia, la más segura y la más rápida. Por eso estamos renovando y modernizando nuestra flota de autobuses y multiplicaremos por diez el número de autobuses eléctricos en los próximos años; por eso estamos trabajando desde la EMT con el Consorcio de Transportes en el incremento de frecuencias de las líneas de autobús; y por eso hemos activado la primera línea gratuita cero emisiones: la Línea Cero, única de sus características en una capital europea.

El miércoles pasado pusimos en funcionamiento la línea 001, que transporta a los viajeros que llegan desde la principal puerta de entrada a Madrid, Atocha, hasta Moncloa, pasando por la Gran Vía. El 3 de marzo inauguraremos la línea 002, que recorrerá el centro en sentido este-oeste.

Medidas que acompañaremos con la efectiva construcción de 14 aparcamientos disuasorios en las principales entradas de la ciudad. En las próximas semanas iniciaremos la obra de los dos primeros y licitaremos la construcción de cinco más.

Esta Corporación, además, será la primera que implante verdaderas zonas de «cero emisiones» en la capital, tal y como me comprometí a hacer en el marco de la COP 25, antes de que el Consejo de Ministros de Sánchez aprobara la declaración la emergencia climática. Será la Puerta del Sol la primera que se instaure el año que viene con su completa peatonalización. Además, ya hemos iniciado el procedimiento para establecer otras zonas «cero» en los 21 distritos del municipio. Porque entendemos que la sostenibilidad y la buena calidad del aire debe llegar a todos los distritos, no solo al distrito centro.

Para luchar contra la contaminación es necesario «saber cómo está hecho el nudo», y tener claro el modelo a aplicar, garantizando que la política medioambiental no colisione con las necesidades de movilidad de los ciudadanos.

Es un esfuerzo importante que requiere, sin duda, el consenso ciudadano y el apoyo entre administraciones. En la ciudad de Madrid muchos de los aspectos relacionados con la movilidad están condicionados por las inversiones del Gobierno central. Me refiero a las líneas de Cercanías con sus aparcamientos disuasorios y a los accesos mediante carriles bus-VAO por las principales arterias de acceso a la capital. Estoy convencido de que, por encima de las diferencias ideológicas, sabremos ponernos de acuerdo para cumplir con nuestros compromisos europeos y dotar a los madrileños de una mejor calidad de vida.

José Luis Martínez-Almeida es alcalde de Madrid.

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