Un motor que aún carbura

Apostar por la exportación es jugar a caballo ganador en la carrera del impulso de la economía española. O al menos, eso es lo que se aprecia con los datos de primeros de año. En el conjunto del primer trimestre, las exportaciones crecieron un 3,9% hasta alcanzar los 56.584 millones de euros y concretamente en marzo se registró un superávit comercial de más de 600 millones, circunstancia que no sucedía desde el año 1971. Este saldo positivo, que ha conseguido dar la vuelta al elevado déficit comercial que arrastrábamos, se debe en gran medida al aumento de las exportaciones nacionales y al esfuerzo de las empresas por ampliar su cuota de mercado a nivel global.

Estos datos evidencian la sobrada experiencia y capacidad competitiva de nuestro tejido empresarial para tener éxito en el exterior. La exportación es, sin lugar a dudas, uno de los motores de la economía que aún carbura. Una tabla de salvación para un país que atraviesa por una difícil situación económica, con una demanda interna muy debilitada y con un contexto industrial delicado por los efectos de la crisis, a nivel financiero, económico y social. Las empresas que ampliaron sus vías de comercialización a mercados exteriores consiguieron soportar mucho mejor este contexto adverso que las que se ciñeron al mercado doméstico.

España, como ya auguraba la Comisión Europea a finales de año, está a la cabeza de Europa en materia de comercio exterior y, en algunos sectores como el ferroviario o la ingeniería, es un referente a nivel mundial. De hecho, nuestras infraestructuras férreas ocupan la segunda posición del ranking internacional por detrás de China. De todos los sectores, el de los bienes de equipo (dedicado al diseño y fabricación de equipamientos para la industria) es el que ostenta el mayor volumen de ventas al exterior de nuestro país con un peso del 19%. Y es que en 2012 el esfuerzo exportador de esta industria se situó cercano al 85%, lo que implica que de los 38.258 millones de euros que facturaron en total, más de 33.400 millones correspondieron a las ventas al exterior. La industria española de bienes de equipo, que integra a más de 1.000 empresas, es un eslabón fundamental de la estructura industrial y económica de un país y fiel indicador de su eficiencia y calidad productiva. Por lo que la buena marcha de su comercio exterior es motivo de alegría y señal de esperanza, aunque debemos seguir trabajando en un plan de revitalización de la reputación industrial dentro y fuera de nuestros límites.

Desde el sector creemos conveniente reforzar, más si cabe, el apoyo a la exportación de bienes y servicios y continuar en la senda del impulso de medidas de estímulo que favorezcan la internacionalización. El Ministerio de Economía y Competitividad ha manifestado recientemente su intención de potenciar instrumentos financieros que permitan captar inversión para empresas exportadoras y apoyar así la internacionalización. El tiempo será testigo de los resultados de éxito de esta medida, pero al menos es un paso más en el camino.

Otra de las medidas que debería tomar el Ejecutivo, de forma prioritaria e inmediata, es establecer mecanismos que permitan invertir y crecer a la base industrial de las compañías exportadoras, al mismo tiempo que dé alas e impulso a las pymes para vender en el mercado internacional. No podemos olvidar que la pyme industrial es un potencial generador empleo y que mejora la contribución a la economía española. Las pymes son el motor del país y, por lo tanto, hay que darles oxigeno, músculo y capacidad para crecer creando riqueza y puestos de trabajo.

Lo que está claro es que las exportaciones son el mejor aliado del que disponemos para compensar la tónica contractiva de la demanda interna que lleva consigo el retroceso del PIB. En la patronal del sector de bienes de equipo llevamos desde nuestra instauración, hace cerca de 40 años, apostando fuertemente por la exportación e internacionalización como consignas empresariales de éxito.

El futuro de la industria española pasa inevitablemente por la internacionalización, el desarrollo tecnológico y la innovación. Sin excepciones. Según el informe «Impacto de la I+D+i en el sector productivo español», elaborado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, las empresas que innovan exportan un 18% más y generan un 2% más de empleo que aquellas que no lo hacen. Según su dimensión, las organizaciones pequeñas elevan sus ventas seis puntos porcentuales mientras que las de gran tamaño lo hacen un 1%. Todos los agentes implicados, tanto públicos como privados, deberemos sumar esfuerzos para que los buenos resultados en la balanza comercial durante el mes de marzo no sean un oasis en el desierto. Sólo así conseguiremos reactivar nuestra economía y recuperar la valiosa posición que hace años ocupábamos.

Por Antonio Garciapons, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Bienes de Equipo (SERCOBE)

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