¿Un PSOE ausente en Cataluña puede ser PSOE?

En el debate sobre el ser y el devenir en el que se halla inmerso el partido socialista español hay quien defiende que el tipo de encaje que el PSOE admita tener con el PSC posee todo el significado de un símbolo susceptible de ser elevado a la categoría de modelo territorial del PSOE para España.

La tesis, tradicionalmente defendida por el primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, ha sido ahora suscrita tras el Comité Federal por el primer candidato en postularse a la secretaría general de los socialistas españoles, Patxi López. Si Iceta y López no yerran, habrá que concluir que esa relación entre partidos no es un tema menor, pues la solución que dé el PSOE a su relación con el PSC será el correlato objetivo del modelo ideal que para España y Cataluña defiende el partido sobre el que recae la responsabilidad de representar a los votantes socialdemócratas de toda España.

Siendo esto así, cabe reflexionar sobre esta analogía, así como recapitular las causas que han llevado esta relación a la crisis que hoy se quiere superar.

Es sabido que el modo de plantear una cuestión puede ir cargado de significado. Si preguntamos, por ejemplo, sobre las relaciones entre Cataluña y España, sobre el famoso encaje de aquella en esta, ya estamos tomando partido: alguien nos podrá objetar que la pregunta es incorrecta, pues omite preceder el término España de las expresiones el resto de o bien el conjunto de, según nos refiramos a una u otra entidad. Conviene tener esto en mente para entender la analogía que podemos establecer cuando hablemos sobre las relaciones entre el PSC y el PSOE, sobre el famoso encaje de aquel en este.

Así pues, aplicando la analogía propuesta, dado que el PSC es un partido soberano y la presencia del PSOE está excluida de Cataluña, ¿no está dando por bueno Patxi López que Cataluña sea una comunidad política blindada en la que las instituciones del conjunto del Estado no tengan competencia alguna?

Otrosí: dado que el PSC es capaz de exigir voz y voto en los órganos del PSOE sin hallar contradicción alguna en el hecho de excluir al mismo tiempo al PSOE de sus propias decisiones, ¿sería para Patxi López deseable una relación entre Cataluña y España basada en similares asimetrías?

Pero la analogía da más juego. En los últimos tiempos hemos asistido a un choque de lealtades cuando el PSC votó en contra de la decisión adoptada en el Congreso Federal en el que había participado según las normas de la democracia. En realidad no se trataba de una indisciplina, sino de una férrea disciplina a un partido distinto: las deslealtades del PSC se explican por el hecho de que este partido tiene claro que su demos, es decir, su comunidad política de referencia, no es el conjunto del país, sino la parcela catalana; y las fronteras a la solidaridad del PSC con otras regiones de España tienen idéntico origen: la solidaridad se ejerce siempre en el seno del propio demos, no con el demos vecino. Siguiendo con la analogía, si esta relación es virtuosa, ¿la desea Patxi López para Cataluña y España?

Reconozcamos que el discurso del exlehendakari es coherente con esa visión de Cataluña y con el alcance de su reconocimiento de las singularidades territoriales. No obstante, equiparar el gobierno de todos con una agregación de parcelas suele ser bastante perjudicial para el progreso de un país: si lo que se persigue es la eficiencia, la integración económica, cultural y política de España, y la armonía de las instituciones, carece de sentido defender que Cataluña pueda ser para España lo que es el PSC para el PSOE.

Es en esa línea de coherencia que Patxi López afirma que "no se entendería un PSOE sin un PSC ni un PSC sin el PSOE". Es decir, que el PSOE que existiese en Cataluña no sería PSOE, o que sería aberrante que el partido que encarna la socialdemocracia española representase a aquellos ciudadanos catalanes que tienen a España, el conjunto del país, como su comunidad política de referencia. Si Patxi López no entiende un PSOE sin un PSC plenamente soberano en su territorio, ¿tampoco entiende una España sin una Cataluña plenamente soberana en su territorio?

La idea de que el PSC es el puente que une Cataluña y España ha calado en muchos socialistas de toda España. Sin embargo, la realidad es justo la contraria: los puentes son necesarios cuando hay que superar algún vado, cuando no hay camino llano, mas sucede que la mayoría de los catalanes no necesitamos ningún puente para comunicarnos con el resto de españoles.

Durante años el catalanismo del PSC ha ejercido como frontera; ha cavado primero las zanjas para justificarse después como puente. Así ha demostrado un potencial de desconexión superior al nacionalismo, una ideología más fácil de combatir. Lo que cierra Cataluña y la convierte en el pequeño país de los editoriales conjuntos, o de las universidades domésticas, lo que restringe el terreno de juego al ámbito del catalanismo, excluyendo cualquier otra opción, no es el nacionalismo, sino el catalanismo.

Desde su condición de representante en exclusiva del socialismo en Cataluña, el PSC ha monopolizado la representación del votante de izquierda no nacionalista, y con su catalanismo ha desactivado sistemáticamente toda resistencia al proceso de desconexión con el resto de España, ha ayudado a configurar una identidad catalana que ignora a la mitad de su población y ha consolidado las tendencias centrífugas en su comunidad.

¿Considera Patxi López que la acción del PSC en Cataluña ha sido virtuosa? ¿Tan virtuosa, además, que merezca ser ejemplo para la política del PSOE en el resto de España?

Si la respuesta es sí, debería resultarnos muy alarmante.

Si el PSOE no corta el nudo gordiano que lo ata al PSC, lo que se acabará cortando será todo cauce de comunicación entre los ciudadanos socialdemócratas catalanes que no comulgan con el catalanismo y el resto de sus conciudadanos españoles. Y lo que es peor: si la analogía de Iceta y López demostrase ser cierta, esa desconexión anunciaría la ulterior consolidación de una Cataluña blindada y soberana con respecto a España, como blindado y soberano es el PSC con respecto al PSOE.

Pedro Gómez Carrizo es el presidente de la plataforma Pro FSC-PSOE.

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