Un Ranking vergonzoso

Mi querida España, mi patria, uno de los mejores países para vivir por la magnífica calidad de vida que nos obsequia, al menos hasta ahora, tiene el dudoso honor de encabezar el ranking de muertes por habitante por el Covid-19. Como médico me pregunto cuál o cuáles pueden ser las causas. Podría haber causas cualitativas:

-Una infección por una cepa peor que la que ataca en otros países. Esto no se sostiene, por dos motivos: el virus tiene escasa tendencia a mutar y, por otra parte, hay países en que el porcentaje de letalidad porcentual por casos es parecido o más alto. Además estoy refiriéndome a países desarrollados como Italia, Francia o Reino Unido.

-Nuestra población es peor desde el punto de vista de riesgo, tendente a evolucionar mal ante la infección. Esto tendría dos facetas: la pirámide etaria poblacional, claramente envejecida pero con poca diferencia respecto a otros países europeos, y la peor calidad de salud de nuestra sociedad, explicación rechazable por tener iguales o mejores índices de salud cardiovascular y otros factores de riesgo que nuestros vecinos. Eso sin contar con nuestra saludable dieta mediterránea.

-Peor calidad asistencial por parte de nuestros sanitarios, médicos, enfermeros, auxiliares de clínica y resto de personal implicado. Nadie podría pensar en esta razón porque no se sostiene en absoluto.

-Capacidad de nuestro sistema asistencial, número de camas por habitantes, número de camas de UVI por habitantes, material médico y otros factores de infraestructura sanitaria. Esto tampoco puede aducirse como explicación. Es indudable que en número de camas de UVI por habitantes estamos en una proporción de uno a tres respecto a Alemania, pero no tenemos claras diferencias con otros países vecinos. Aunque ha habido momentos de saturación total, se ha conseguido casi doblar el número de camas de UVI, cuando se partía en números redondos de unas 5.000. Con esto ha quedado reducido el muy criticado problema ético de tener que elegir a qué enfermo no se le ingresaba en UVI, por su edad y/o por su comorbilidad. En momentos «punta» esto pudo darse en algunos casos pero aún así solo justificaría un número bajo de fallecidos.

-Problemas en residencias de mayores. Aquí sí hay una clara explicación, porque hay quien sostiene que las muertes de estos ancianos puede suponer el 40 por ciento al menos del total de fallecimientos. Pero iguales o parecidas circunstancias se dan en países vecinos.

-Maneras de contabilizar los fallecimientos, que pueden explicar las tasas muy bajas en algunos países, pero que siempre tienden a disminuir los números en todos ellos, sin hablar incluso de la posible falta de transparencia informativa que se sospecha pueda existir en algún caso.

-Conocimiento real del número de afectados, que posiblemente multiplique por diez o más las cifras conocidas de infectados en España. En este sentido los números son más reales en países que han realizado más pruebas diagnósticas en proporción al número de habitantes. Esto justificaría alguna baja tasa de mortalidad, caso de Alemania, que además de poder tener otras explicaciones es más real por existir muchos casos asintomáticos conocidos, lo que baja el porcentaje de mortalidad.

Pero finalmente existe una causa cuantitativa, realmente frustrante. Dando por bueno que no hay causas cualitativas claras, justificando la alta tasa de mortalidad en España por el escaso porcentaje de casos diagnosticados respecto a los casos reales, lo que no puede negarse es que rozamos la cifra de cuatrocientos muertos por millón de habitantes, la primera en ese vergonzoso ranking, y la única razón radica en que tenemos también, seguro, el mayor porcentaje de población infectada. Esto se comprobará cuando se realicen los test que están anunciados, y mejorará el porcentaje de letalidad y servirá para controlar, por fin, la propagación de la pandemia y su control de una manera más selectiva, pero no solucionará, porque ya ha sucedido, el enorme golpe que ha sufrido nuestra sociedad por el mayor porcentaje de contagios del mundo. Aquí, y solamente aquí, está la explicación de por qué sufrimos el mayor número de muertes en proporción al número de habitantes. Habrá que buscar las explicaciones a por qué hemos sufrido este hipercontagio, y quizás pedir responsabilidades.

Antonio Allona es Director de la unidad de urología del Hospital Ruber Internacional de Madrid.

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