Una historia de amistad y solidaridad

Los ideales de una Europa unida, libertad, paz y solidaridad se expresan de la mejor manera en las palabras de Schiller, a las que Beethoven puso música, proclamando nuestros valores compartidos y nuestra unidad en la diversidad. Sugieren que la amistad duradera puede trascender la debilidad humana y ayudarnos a lograr algo más significativo.

Al salir el Reino Unido de la Unión Europea, me impacta el hecho de que durante los últimos años hemos vuelto a ver el poder de la amistad perdurable en acción. Esta amistad que trajo paz, reconciliación y prosperidad a Europa ha protegido la paz en Irlanda durante la primera difícil fase del Brexit. En nombre del pueblo de Irlanda, quiero dar las gracias a nuestros conciudadanos europeos.

A lo largo de los últimos dos años y medio he viajado por toda Europa, reuniéndome con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE para hablar sobre el Brexit y los retos que suponía para la isla de Irlanda. Jamás olvidaré la reacción de aquellos con quienes me reuní, los que preguntaron sobre el avance del Brexit, los que querían saber lo que significaría para mi país y aquellos que se preocuparon por la paz en la isla de Irlanda y nos desearon lo mejor. Sentí humildad ante su generosidad de espíritu, y la evidencia en cada ciudad europea de cómo el interés de uno se convirtió en la preocupación de todos.

Agradezco sinceramente a los dirigentes europeos, en los Estados miembros y en el Parlamento Europeo, que hicieron suyas las preocupaciones de Irlanda y se unieron a nosotros para alcanzar un acuerdo que protege la paz que tanto costó lograr en la isla de Irlanda. Doy las gracias al pueblo de Europa que supo entender nuestros temores y albergó nuestras esperanzas en sus corazones.

La unidad europea fue una idea que se convirtió en sueño y, luego, en realidad. La solidaridad y amistad duraderas que hemos recibido durante los últimos tres años son una prueba más de que el sueño es perdurable, puede soportar todo lo que le echen, y se ve fortalecido al superar juntos las tribulaciones.

Como taoiseach de Irlanda he visto la fuerza y la unidad de la Unión Europea, y todo lo que podemos lograr cuando los Estados miembros, los 27, pensamos juntos, trabajamos juntos y tenemos objetivos comunes. La unidad que hemos visto en los últimos años debe guiarnos en el futuro, puesto que confirma cómo Europa puede lograr sus objetivos cuando está unida. Creo que esto es algo que podemos, y debemos, aprovechar en futuras negociaciones sobre otros temas.

Estoy deseando emprender el siguiente paso para negociar un acuerdo de libre comercio entre la UE y el Reino Unido; un acuerdo que proteja el empleo, los negocios, las comunidades rurales y litorales.

En este momento necesitamos pensar sobre el futuro de la UE. Hoy en día, los jóvenes no tienen recuerdo de los horrores de la Guerra Mundial y la perversidad del fascismo y el comunismo. Para ellos, Europa necesita un nuevo proyecto, una nueva razón de ser. Enfrentarnos a retos que solamente pueden superarse a través de la acción colectiva y multilateral debe ser esa razón de ser, empezando por la acción climática. Otros retos incluyen la seguridad, migración y regulación de las grandes corporaciones, muchas de ellas que ya son más grandes que Estados.

Como dirigente de un país pequeño, he sentido enorme solidaridad por parte de nuestros socios europeos. A veces, las personas en países pequeños creen que pueden ser engullidas por las grandes organizaciones como la UE. Los últimos años han demostrado de nuevo que la UE es una unión, tanto de países como de pueblos, en la que los pequeños Estados se sienten protegidos y respetados.

Lamento profundamente que el Reino Unido se salga de la UE, pero respeto plenamente su decisión. Pase lo que pase, espero que siempre haya un lugar en la mesa para ellos si decidieran volver. Y estoy seguro de que pase lo que pase, nosotros —tanto Irlanda como el resto de la UE— mantendremos una amistad duradera con el Reino Unido, una verdadera colaboración en términos políticos, de seguridad y económicos.

Hemos alcanzado nuestros objetivos, como Irlanda y como Europa. Están protegidos los derechos de los ciudadanos de la UE residentes en el Reino Unido y los de los ciudadanos del Reino Unido residentes en la Unión Europea. Tenemos un acuerdo económico. No habrá frontera dura en la isla de Irlanda. Continuará desarrollándose la economía en toda la isla, así como la cooperación norte-sur prevista en el Acuerdo de Viernes Santo. Hemos asegurado la integridad del Mercado Único Europeo y nuestro lugar dentro de él.

Para alcanzar un acuerdo, ambas partes han mostrado flexibilidad y han estado dispuestas a encontrar un consenso. Ambos dimos un salto de fe y confiamos en que el otro nos ayudaría a lograr nuestros fines. Creo que es una buena señal para la próxima fase de las negociaciones, nuestra relación futura y lo que ha de llegar. Esto demuestra cómo la inspiradora letra del Himno de Europa se ha hecho realidad para nosotros en este siglo XXI.

Leo Varadkar es primer ministro de Irlanda.

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