Una respuesta compartida

Europa se enfrenta al entorno de seguridad más complejo desde que se creó la UE. Nuestra seguridad interna se ve amenazada por el terrorismo islamista, y tanto Reino Unido como España hemos sufrido atroces atentados terroristas en los últimos años. También afrontamos amenazas externas, como la agresión rusa en la frontera europea, una campaña temeraria de ciberataques patrocinada por el servicio secreto militar ruso, y, tal y como vimos este mismo año, el uso flagrante de armas químicas para cometer un asesinato por encargo estatal en suelo europeo, concretamente en la localidad inglesa de Salisbury. Reino Unido y España son aliados muy próximos, y trabajan codo con codo en la UE y en la OTAN, pero tenemos que asegurarnos de que continuamos con esa estrecha cooperación en seguridad y defensa en una nueva y ambiciosa asociación tras la marcha de Reino Unido de la UE en marzo de 2019.

Europa también se enfrenta a un enorme desafío migratorio, ya que la guerra y la pobreza llevan a personas desesperadas a emprender el peligroso viaje de cruzar el Mediterráneo. Apoyar a esas personas de una forma humanitaria, a la vez que se intenta abordar las causas de esta migración, es una tarea que corre el riesgo de convertirse en una gran fisura, tanto dentro como fuera de Europa. Nuestra prosperidad también se ve cuestionada, ante una violenta reacción contra la globalización y el libre comercio, lo que conlleva el riesgo de un proteccionismo creciente. El consenso en torno a democracia, derechos humanos y libre comercio está sometido a la presión más fuerte de las últimas décadas.

En Europa tenemos que trabajar juntos para proteger el orden internacional basado en el derecho y para reforzar y revitalizar las instituciones en las que se apoya. En marzo de 2019, Reino Unido dejará la UE, pero no Europa, nuestro común hogar. Reino Unido será siempre una nación europea, comprometida orgullosamente con la seguridad europea, la prosperidad europea y los valores europeos. A lo largo de toda esta negociación de salida de la UE, hemos procurado alcanzar un acuerdo ambicioso y sin precedentes de comercio y de cooperación en materia de seguridad.

Nuestras propuestas son pragmáticas; a diferencia de cualquier otro acuerdo de libre comercio, partimos de una armonización total en normas y reglamentos. Queremos un acuerdo aduanero nuevo e innovador entre Reino Unido y la UE que elimine la necesidad de realizar verificaciones y controles. El Gobierno británico ha dejado muy claro que nunca debería de haber una frontera física entre Irlanda del Norte e Irlanda, por lo que cualquier acuerdo con la UE deberá facilitar una circulación de bienes libre de toda fricción entre Irlanda del Norte e Irlanda. Ambas partes de las negociaciones del Brexit están de acuerdo en la necesidad de incluir una cláusula de seguridad en el Acuerdo de Salida para garantizar que si hubiera cualquier retraso en la aplicación de la futura relación con la UE nunca habrá una frontera física. No obstante, la propuesta planteada por la Comisión Europea de intentar conseguirlo manteniendo a Irlanda del Norte de hecho en la Unión Aduanera es inaceptable, y ningún Gobierno de Reino Unido podría jamás darle el visto bueno.

Vamos a presentar una alternativa que preserva la integridad de Reino Unido y que está en línea con todos los compromisos que hicimos en diciembre, que seguimos respaldando. Pero claramente, ni Reino Unido ni Irlanda quieren ni tienen previsto que esa cláusula de seguridad se aplique. Nuestras propuestas para la relación futura entre Reino Unido y la UE proporcionan una solución permanente. Dichas propuestas se han diseñado para respetar la integridad del Mercado Único, respetar la autonomía jurídica de la UE, respetar la soberanía de Reino Unido y, al mismo tiempo, abordar exhaustivamente los compromisos compartidos sobre Irlanda del Norte.

Reino Unido y España tienen un interés compartido en nuestra seguridad y prosperidad mutua. Reino Unido quiere una UE próspera y fuerte tras nuestra salida. Por eso queremos que el acuerdo sea ambicioso y una cooperación estrecha en seguridad, sobre la base de los valores europeos que compartimos. Por eso hemos trabajado de cerca con el Gobierno de Gibraltar y nuestros socios europeos, entre ellos España, para abordar los retos que plantea el Brexit para Gibraltar y la región circundante, incluyendo los 8.000 ciudadanos españoles que cruzan la frontera cada día para ir a trabajar. Tenemos que seguir trabajando codo con codo, con ambición y determinación, para cerrar un acuerdo este otoño. Nos interesa mutuamente que así sea.

Si olvidamos nuestros intereses comunes y permitimos que los desafíos nos superen, y que nuestras diferencias nos separen, seremos menos fuertes. Solo con unidad y confianza podremos construir la nueva asociación profunda y especial que nos permitirá afrontar juntos los desafíos del futuro.

David Lidington es ministro de la Presidencia del Gobierno británico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *