Una tarea de todos

Terminaba el siglo XX cuando las Naciones Unidas decidieron que todos los 25 de noviembre tuvieran la consideración de Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Han pasado 18 años, y aquella resolución de la Asamblea General de la ONU sigue cumpliendo con la misión de sensibilizar a la opinión pública respecto de este grave problema.

Este Día Internacional nos recuerda que los 365 días del año debemos fomentar la igualdad entre mujeres y hombres, y defender el respeto a la dignidad de la persona, y a los derechos y libertades de todos. España está plenamente comprometida con estos objetivos y cada 25 de noviembre reafirmamos nuestra voluntad, como sociedad democrática, de erradicar la violencia de género y reforzar el apoyo a las víctimas.

La primera tarea para cumplir este compromiso es romper el silencio que ahoga a las mujeres víctimas. Que ellas sepan que hay salida y, también, que toda la sociedad tome conciencia del problema. Reforcemos cuantas medidas sean necesarias para frenar este ataque contra la dignidad de las personas, contra sus derechos y libertades, y, en demasiadas ocasiones, incluso contra su vida.

También es imprescindible proteger a las víctimas más vulnerables: adolescentes, mujeres con alguna discapacidad, mujeres mayores, del medio rural y niños huérfanos de mujeres maltratadas, que sufren por partida doble.

No debemos olvidar, asimismo, que una sola mujer asesinada es demasiado, y siempre serán escasos todos los logros para que las mujeres maltratadas consigan salir de la violencia que sufren por parte de su agresor. Pero esa constatación no debe nublar la voluntad política a la hora de confirmar el acierto de aquellas medidas que han conseguido avances importantes que han abierto la puerta de salida al maltrato a tantas mujeres.

Los españoles hemos conseguido que casi ocho de cada diez mujeres logren salir de la violencia, y nuestro objetivo no es sólo que lo consigan diez de cada diez, sino que ninguna más sea víctima de esa violencia.

Es de justicia confirmar que España ha sido reconocido en Europa como uno de los países de referencia en el diseño e implementación de políticas públicas en materia de violencia de género.

No es suficiente; nada lo es, pero sí marca el camino que debemos seguir recorriendo. Hemos adoptado muchas medidas para facilitar, por ejemplo, que las mujeres tengan más garantías a la hora de denunciar: hoy tienen reconocido su derecho de acceso a la justicia gratuita, lo que incluye asesoramiento legal previo para que no se archiven denuncias por motivos formales.

También marcan el camino medidas para la prevención y detección de violencia de género entre adolescentes, como la campaña Corta a tiempo. El maltrato no llega de repente. Hoy no sólo hay salida: hay más salida. Hay más mujeres que salen de la violencia, más denuncias interpuestas, más órdenes de protección y más llamadas al eficaz teléfono 016. Hay más mujeres que dan el primer paso, más rechazo social hacia cualquier forma de maltrato y más esperanza para las víctimas y para una sociedad que cree en la igualdad entre mujeres y hombres, así como en la dignidad de las personas, y las defiende.

Es un camino que hemos recorrido con medidas que han permitido reforzar la prevención del maltrato; que han dado más facilidades para la denuncia de los maltratadores; que han mejorado la protección de las víctimas, de forma muy especial cuando son menores; que han reforzado la coordinación institucional para ayudarlas a escapar de esa violencia; que han facilitado que la atención que se les presta sea cada día más integral y personalizada; y que han endurecido el control y vigilancia a los agresores. Y, además, que han hecho todo esto con la voluntad de cooperación entre las distintas administraciones públicas implicadas, buscando una eficaz colaboración que no se vea empañada por disputas partidistas.

Porque la lucha contra este drama es tarea de todos, como han acreditado las principales fuerzas políticas, en el Congreso de los Diputados y en el Senado, en sus trabajos para forjar un pacto de Estado en materia de violencia de género.

Los grupos parlamentarios han dedicado un año de intenso trabajo para detallar el contenido de un pacto de Estado que debemos a las mujeres víctimas de la violencia de género como sociedad comprometida a luchar por su erradicación. Ojalá seamos capaces de firmarlo en pocas semanas. Me comprometí a impulsarlo en el debate de investidura, y fue uno de los asuntos clave de la Conferencia de Presidentes. Porque la mejor garantía de éxito es trabajar unidos en esta imprescindible tarea que nos afecta a todos.

El pacto es un acuerdo que prevé la puesta en marcha de más de 200 medidas con el respaldo de un importante compromiso presupuestario en los próximos cinco años para implementarlas. Y con el objetivo, también, de realizar un seguimiento y evaluación de su cumplimiento en el Congreso de los Diputados y el Senado.

En 1993, seis años antes de la declaración del 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una declaración en la que se apelaba al compromiso de todos los países de asumir su responsabilidad en la defensa de los derechos de las mujeres y la erradicación de este tipo de violencia.

Han pasado casi 25 años y hemos avanzado mucho, pero queda también mucho camino por recorrer. Queremos ser capaces de recorrerlo juntos en España; desde el acuerdo, buscando consensos y poniendo el foco en la defensa de los derechos fundamentales de todas las personas. Éste sería el mejor homenaje para cumplir con el mandato de cada 25 de noviembre.

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno.

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