Una violencia de proporciones globales

Hace ya más de un año que asumí la dirección del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem). He viajado y aprendido mucho y he tenido también la oportunidad de conocer a gente muy diversa, tanto activistas de base como líderes de gobiernos de diferentes partes del mundo. A lo largo de este tiempo hay una pregunta que he ido escuchando en muchos lugares diferentes realizada por todo tipo de personas: ¿Por qué acabar con la violencia contra las mujeres es una de las principales líneas de trabajo de Unifem. Es realmente un problema de proporciones globales?

La respuesta a esta pregunta es, desafortunadamente, un sí rotundo.

Numerosas investigaciones muestran que la violencia contra las mujeres es terriblemente común y que es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas hoy en día, además de constituir también un obstáculo para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los 8 objetivos acordados en 2000 por los líderes mundiales para ser cumplidos el año 2015. Basándonos en estadísticas recopiladas en diferentes países, podemos observar que hasta un 70% de las mujeres experimentan, a lo largo de sus vidas, violencia física o sexual por parte de algún hombre. La violencia contra las mujeres puede ser física, sexual, psicológica y de abuso económico, y la encontramos en todas las edades, razas, culturas, niveles de riqueza y regiones. Adopta variadas manifestaciones, desde la violencia doméstica y sexual, pasando por prácticas nocivas tradicionales, el abuso durante el embarazo, los denominados crímenes de honor, los ataques con ácido, el abuso de la dote, así como la ciber-intimidación en Internet.

Echemos una ojeada a algunas de las estadísticas. En todo el mundo, 3 de cada 10 mujeres han realizado forzadas sus primeras experiencias sexuales. En el este de la República Democrática del Congo, la «capital mundial de la violación», han sido documentados, desde 1996, al menos 200.000 casos de violencia sexual, sobre todo contra mujeres y niñas. En Afganistán, el 87% de las mujeres sufre violencia domestica, lo que hace considerarlo como uno de los países más peligrosos del mundo para las féminas. La violencia de género también limita la habilidad de las mujeres de protegerse del VIH y el sida, siendo las jóvenes las que se encuentran en principal riesgo de contagio dado que representan, aproximadamente, el 60% de los 5,5 millones de personas de entre 15 y 24 años que viven con el virus o han desarrollado la enfermedad.

Sin embargo, activistas de base y numerosas coaliciones internacionales han trabajado duro por cambiar la idea de que la violencia contra las mujeres debe ser un asunto privado. Según el secretario general de la ONU en su Estudio a Fondo sobre todas las Formas de Violencia contra las Mujeres publicado el año 2006, 89 países tenían leyes sobre violencia doméstica en aquel momento. La violación conyugal es actualmente un delito como mínimo en 104 Estados, y 90 países cuentan con leyes sobre el acoso sexual. Sin embargo, en 102 países no existen leyes específicas contra la violencia doméstica y la violación conyugal no constituye un delito en, al menos, 53.

Por lo tanto, pese a los progresos en el ámbito institucional y en las políticas públicas, la violencia contra las mujeres persiste globalmente.

Unifem trabaja en varios frentes para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas: mediante el apoyo a la creación de marcos jurídicos y medidas nacionales específicas, el impulso de la prevención desde los niveles básicos, la recopilación de datos y la adquisición de nuevos aprendizajes sobre el tema. Y aborda la causa principal de esta violencia: la desigualdad de género. Estos esfuerzos se han multiplicado a través de campañas de promoción realizadas en colaboración con gobiernos, sociedad civil y el sistema de Naciones Unidas.

Por ejemplo, Unifem lanzó el pasado 6 de noviembre 'Di NO-ÚNETE para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres'. Esta innovadora plataforma multimedia cuenta y da a conocer acciones, poniendo así la atención en los esfuerzos que se están realizando con este fin en todo el mundo. La iniciativa está diseñada como contribución, mediante la movilización social, a la campaña del secretario general 'ÚNETE'. El noviembre de 2008, como parte de la primera fase de 'Di NO', se presentaron al secretario general de Naciones Unidas más de cinco millones de firmas, incluidas las de jefes de Estado y ministros de 69 gobiernos, y más de 600 de parlamentarios de todo el mundo, demostrándose así que la eliminación de la violencia contra las mujeres es una prioridad para gran cantidad de gobernantes. La página de Internet www.dinoalaviolencia.org permite participar en esta iniciativa.

De este modo, la respuesta es sí. La violencia contra las mujeres y las niñas es un problema mundial de proporciones alarmantes. Pero cada uno/a de nosotros/as puede ser parte de la solución y contribuir a su final.

Inés Alberdi, dtora. ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM.