ETA ha segado una nueva vida. Ha vuelto a sembrar de terror y miedo las calles del País Vasco. Otra vez el ruido de las bombas nos recuerda que la violencia y la sinrazón es el único lenguaje que conoce la banda terrorista. Otra vez nos quedamos sin palabras que consuelen el dolor, casi sin argumentos para contener nuestra rabia. Porque el hartazgo que sentimos los vascos ante tanta barbarie y fanatismo parece no tener límite.
Eduardo Puelles era un ciudadano vasco que ha sido asesinado por defender la causa de la libertad en el País Vasco. Es muy difícil encontrar las palabras de solidaridad que ahora necesitan sus familiares, porque sé que no son suficientes. Nada ni nadie les va a devolver a su marido, a su padre, a su hijo… Pero es necesario decirles que no están solos, porque la mayoría de la sociedad vasca y española ha sufrido también un zarpazo. Cuando en una sociedad un ciudadano, cualquiera que sea su profesión o su ideología es asesinado, todos y cada uno de nosotros debemos sentirnos amenazados. Porque el terrorismo no entiende de razones ni distinciones. Sólo sabe matar. Sólo intenta imponer su doctrina totalitaria. Y no hay nada que pueda justificar este asesinato, ni tantos otros, porque no hay proyecto ni bandera que se pueda basar en el exterminio de la discrepancia, en el tráfico del dolor para conseguir fines políticos.
Hoy es un día de luto para todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y a ellos de manera muy especial quiero enviar nuestro aliento, cariño y respeto. Y quiero también recalcar nuestra confianza en su trabajo y dedicación, porque es el mayor activo para fortalecer nuestra democracia frente al terrorismo. Porque la derrota de ETA no llegará a través del diálogo con quienes sólo saben matar, sino que será la eficacia de nuestro Estado de Derecho la que finalmente destierre esta lacra de nuestras vidas.
Quiero finalmente apelar a la unidad de todos los vascos frente al terrorismo. Quiero pedirles que este fin de semana salgan a la calle para arropar a la familia de Eduardo Puelles, para solidarizarse con el trabajo de nuestras fuerzas de seguridad y para decir alto y claro que no vamos a caer en el desistimiento, porque entre todos vamos a demostrar que la sociedad vasca es firme en la defensa de los valores democráticos y en el logro de un futuro en paz y libertad para Euskadi.
Mari Mar Blanco, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco.