Vacunas, seguridad y recuperación

Europa está haciendo los deberes, a pesar de su escasa experiencia y de sus exiguas competencias en política sanitaria. Los euroescépticos y los populismos, como siempre, defienden el nacionalismo sanitario y señalan a Europa para dañarla.

Pero necesitamos, más que nunca, más Europa. Porque no sólo debemos responder a la pandemia, con las lecciones aprendidas, sino también proteger la salud de los europeos con más unión y coordinación. Con el liderazgo del Partido Popular Europeo (PPE) hemos puesto los primeros pilares para la construcción de la Unión Europea para la Salud, que será clave para responder mejor ante emergencias sanitarias.

Pese a todas las dificultades, la UE ha conseguido dos hitos históricos en tiempo récord: 750.000 millones de euros para la recuperación y vacunas para todos.

Con más de 200 millones de vacunas producidas hasta la actualidad, estamos a la par con Estados Unidos. La diferencia es que los europeos hemos sido solidarios con el resto del mundo a la hora de suministrar vacunas.

Con todo, Europa será el mayor productor mundial de vacunas contra la Covid-19 antes de finales de 2021. Alcanzaremos los 3.000 millones de dosis producidas al año.

La UE ha marcado el objetivo de un 70% de la población vacunada a mediados de julio. El ritmo de la vacunación contra la Covid-19 es insatisfactorio porque la Comisión Europea ha sido ingenua ante el incumplimiento y la falta de transparencia de AstraZeneca.

Esta se comprometió en su contrato con la UE a entregar 300 millones de dosis en el primer semestre del 2021, y sólo ha entregado 30 millones en el primer trimestre. Para el segundo ya ha anticipado que sólo entregará 70 millones de dosis.

Es decir, que en el primer semestre, AstraZeneca habrá entregado 100 millones de dosis de los 300 comprometidos. Sólo el 30% del total.

AstraZeneca ha incumplido el acuerdo y puesto en jaque la credibilidad de la UE. Desde el PPE hemos exigido a la Comisión Europea que reaccione ante este intolerable comportamiento que no sólo perjudica a los europeos, sino también al resto de industrias que cumplen sus contratos.

La UE no puede renovar contratos con aquellos que los incumplen. Debemos buscar alternativas para garantizar la vacunación en caso de incumplimiento. Ni degradación de la reputación de la UE ni freno a la vacunación masiva.

La UE debe vigilar que se cumpla lo acordado. Que lleguen en el segundo trimestre los 360 millones de dosis acordados con todas las farmacéuticas. Dosis que, sumadas a los 108 millones del primer trimestre, nos permitirían llegar al 70% de la población vacunada antes del 15 de julio.

Las vacunas son la solución a la Covid-19. Todas las vacunas que aprueba la Agencia Europea del Medicamento son seguras. Todas, sin excepción. Hasta hoy han sido aprobadas cuatro: Pfizer-BioNTech, Moderna, J&J y también AstraZeneca.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha demostrado durante treinta años una gran credibilidad, fiabilidad y seguridad, reconocidas y admiradas en todo el mundo. La farmacovigilancia de la EMA garantiza la seguridad de todas las vacunas aprobadas.

Los españoles siempre hemos confiado en la ciencia. Hemos confiado también en la EMA. Nuestros altos niveles de vacunación en Europa así lo demuestran.

No obstante, el gobierno de Pedro Sánchez está generando una desconfianza sin fundamento. Ha gestionado la pandemia con bandazos, liderando los peores rankings sanitarios y económicos del mundo desarrollado.

Ahora también está creando inseguridad en un proceso de vacunación que, repito, es fundamental para la recuperación y para conseguir el objetivo de un 70% de vacunados en verano.

Lamentablemente, y como en otras ocasiones, el Gobierno no decide con base en criterios científicos. Ni tan siquiera sigue las indicaciones de la fiable EMA.

Los constantes cambios de criterio de la Moncloa respecto a la vacuna de AstraZeneca han provocado una enorme confusión. En enero había un criterio que cambió en febrero, que volvió a cambiar en dos ocasiones en marzo, y en otras dos ocasiones en un mes de abril que todavía no ha acabado.

Las continuas contradicciones han generado alarma y miedo entre la población, y creado un doble precedente peligroso de aumento al rechazo a las vacunas entre los españoles y de puesta en riesgo de la credibilidad de la EMA y de la UE.

Necesitamos un Gobierno serio que se aleje de la incertidumbre y la inestabilidad, y que apueste por la gestión y la investigación. Apostar por la investigación es apostar por la salud y la economía. Sánchez debe aumentar el número de investigadores y la inversión pública en el CSIC para avanzar más rápido en la vacuna española.

En plena pandemia, es incomprensible que se destine más dinero a rescatar, y de manera opaca, a una compañía como Plus Ultra que a desarrollar vacunas contra la Covid-19.

A la preocupante falta de criterio, Sánchez suma la mentira permanente. No todo vale. La agitación y la propaganda deberían quedar al margen de la gestión sanitaria siempre. Pero, sobre todo, en plena pandemia.

Un presidente del Gobierno no debería haber puesto en duda, sin pruebas, los datos de contagios de una comunidad autónoma. Las declaraciones de Sánchez cuestionando a la Comunidad de Madrid durante un viaje internacional fueron una gran irresponsabilidad.

Parece que el electoralismo es el único criterio constante de Sánchez en sus palabras y sus actuaciones. Pero nunca, nunca debería jugarse con la salud de la población.

Incluso el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, tuvo que desmentir las falsedades de Sánchez.

Sólo con criterios claros, de la mano de la ciencia y con la verdad por delante lograremos superar esta crisis múltiple. Sólo con buen gobierno y más Europa recuperaremos la salud, la prosperidad y la libertad.

Dolors Montserrat es portavoz del PP en el Parlamento Europeo y exministra de Sanidad.

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