Vesalio «vivitur ingenio»

Sí, «vida al genio», en frase de Virgilio, al gran anatomista Andreas Vesalius (15141564), el creador de la anatomía moderna, cuyo V centenario se conmemoró el 31 de diciembre de 2014 y se prolonga a lo largo de 2015 en seminarios, exposiciones, conferencias, ediciones de libros por Europa y América: Bruselas, París, Lovaina, Amberes, Gante, Basilea, Cambrigde, Atenas, Zante (Grecia), Croacia, Filadelfia, Canadá, Nueva York, San Luis, Washington. Correos de Bélgica y Portugal han emitido conjuntamente unos preciosos sellos con detalles de figuras anatómicas de la célebre «La Fábrica del Cuerpo Humano (1543)», la monumental obra maestra de Vesalio, en siete libros, que supuso el cambio radical del conocimiento de la anatomía humana y el inicio de un nuevo paradigma médico.

La historiografía médica anglosajona y centroeuropea ha dedicado a Vesalio gran admiración y estudios de obligada referencia, que se acrecientan y completan en este V centenario. En España llama la atención su penuria, salvo los importantes textos de Pedro Laín Entralgo, José Barón Fernández y Juan José Barcia Goyanes, este último desmitificando a Vesalio y poniendo en cuestión los textos hagiográficos dedicados al médico brabanzón. Laín, entusiasta de la obra vesaliana, reconoció ante la solidez del estudio de Barcia Goyanes la necesidad de su revisión. La sorpresa es mayor si se tiene en cuenta la estrecha relación de Vesalio y de su familia ( médicos y farmacéuticos) con el emperador Carlos V y Felipe II, llegando a ser médico imperial de ambos y reconocido con el título de Conde Palatino y una remuneración generosa. Es más, el gran anatomista y médico dedicó «La Fábrica» a Carlos V, y el «Epitome», o resumen para estudiantes, a Felipe II. Desde 1544 hasta su repentina muerte en 1564, en un naufragio en la isla de Zante (Zákynthos), cuando regresaba de una peregrinación de Tierra Santa, su vida como médico en la Corte fue difícil, por el escaso nivel científico que se encontró y sobre todo por las rivalidades y envidias de sus colegas, que trataron de desprestigiarlo. Merecería una acabado estudio sobre Vesalio y España, ahondando en el libro de Barón y difundirlo por Europa en este V centenario.

Vesalio «vivitur ingenio»Nacido en Bruselas, una escultura suya lo recuerda en la plaza de las Barricadas. Se formó en Lovaina y especialmente en París, donde cursa sus estudios médicos; fue compañero suyo Miguel Servet, descubridor de la circulación pulmonar. Atraído por la ciencia y el arte italianos, viaja a Venecia y a Padua. La leyenda ha querido ver un supuesto trato y conocimiento entre Vesalio y san Ignacio de Loyola, habiendo coincidido en París, cuando en Montmartre funda la Compañía de Jesús, y en 1537 vuelven a reencontrarse en Venecia el creador de la anatomía moderna y el futuro General de los Jesuitas y adalid de la Contrarreforma.

En la Universidad de Padua recibirá el título de doctor y se encargará de manera inmediata de enseñar la cirugía y la anatomía. Vesalio reúne en su persona las «cuatro D»: docente, disector, demostrador y dibujante. Profesor lo fue en grado excelso, desde sus tiempos de París, y luego en Padua, Bolonia, Pisa, Lovaina, renovando la docencia, bajando de la cátedra al lugar de la disección con el cadáver, mostrando las estructuras anatómicas in situ, rectificando los errores del insuperable y pontífice Galeno, y sobre todo ofreciendo a los estudiantes el «Epitome»(1543), prontuario, resumen anatómico, de enorme valor didáctico. La grandeza de Vesalio está en la ruptura del modelo clásico de enseñanza de la anatomía humana, que fija junto al cadáver y muestra lo que ve y palpa, no lo que decían los libros de los autores consagrados. Demostrará una estructura humana nueva, real, no imaginada ni copiada de los animales, los monos «que engañaron a Galeno». Vesalio aportará una novedad más: la ilustración y el dibujo de las estructuras anatómicas, que, además de embellecer el texto, enseñan. Las láminas de la «La Fábrica» son obras de arte realizadas por artistas del taller de Tiziano, como Von Kalkar, o tal vez del mismo genio; destacan las figuras osteológicas y miológicas, en posturas artísticas y con el fondo de paisajes como las termas de Abano.

La impresión de «La Fábrica», en sus dos ediciones, 1543 y 1555, fue llevada a cabo, con mimo, en el taller de Oporinus, en Basilea, supervisada por el propio anatomista en sus mínimos detalles. Texto más admirado que leído, como dijo H. Cushing, por la dificultad del latín ciceroniano de su autor, de belleza extraordinaria, que acaba de ser editado en inglés, en Cambrigde, «New Fabrica».

Vesalio sigue suscitando admiración, su obra y su vida despiertan nueva curiosidad entre estudiosos y especialistas. Procuraremos que se le dedique algún recuerdo en el año 2015.

José María Urkia Etxabe, profesor de Historia de la Medicina en la Universidad del País Vasco.

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